DE ADENTRO HACIA AFUERA.
“Todos llevamos nuestra posible perdición pegada a los talones”
Rosa Montero
Lo primero que llama la atención de The Bay es que huye descaradamente de los dramas criminales al uso, es decir, lo principal no recae en la trama principal. La resolución del caso y desvelar la identidad del culpable son importantes, claro está, pero el conflicto radica en todo aquello que hay a su alrededor, empezando por la complejidad y la oscuridad en que la que se ocultan todos los personajes en cuestión, las relaciones que iremos descubriendo y otras que se irán sucediendo, y sobre todo, el lugar donde se desarrolla la acción, la pequeña ciudad costera de Morecambe, en el condado de Lancashire, en el noreste de Inglaterra. Uno de esos lugares fríos y grisáceos, como la arena de su playa y sus edificios, que vive de la pesca y se mueven entre la cercanía y el alejamiento de todo. También, llama la atención la raíz de la trama, que se apoya en Lisa Armstrong, una madre soltera de dos hijos adolescentes rebeldes y conflictivos, que será la detective encargada de enlace familiar con la familia de los gemelos desparecidos. Una figura que quizás en otras producciones pasa más desapercibida, aquí se convierte en el centro del conflicto.
Los creadores Daragh Carville (Armargh, Reino Unido, 1969) dramaturgo y guionista de amplia experiencia y Richard Clark (Reino Unido, 1947) director experimentado en televisión dirigiendo series como Outlander o Innocent, entre muchas otras. Carville como guionista en jefe, y Clark han creado una serie que abarca 270 minutos repartidos en 6 episodios, en la que seguimos las pesquisas de Lisa Armstrong en su incesante búsqueda de los gemelos desaparecidos, añadiendo que la noche de los hechos, ella, de fiesta con las amigas, tuvo una aventura con Sean, el padre de los gemelos. La veremos lidiar con la familia, que oculta mucho más de lo que cuenta o aparenta, los tiras y aflojas con su jefe, y además, la relación con su nuevo compañero, sin olvidar los continuos problemas en los se meten sus atribulados hijos. La trama es pausada y densa, centrándose en todos los personajes y detalles, en ese tiempo presente que cae sobre las diferentes almas en liza, apenas se recurre al flashback, ya desde su narración formal, en un exquisito trabajo del cinematógrafo Ryan Kernaghan, donde los encuadres tienen mucho que ver en esa dualidad, tanto interior y exterior que tienen todos los personajes, donde se filma los rostros en un ángulo dejando la otra mitad desnuda, como la localización de la ciudad, en que tierra firme y bahía se componen creando ese espacio entre realidad y mentira, entre apariencia e interior, entre todo aquello que mostramos y lo que ocultamos.
Los directores Lee Haven Jones y Robert Quinn, experimentados realizadores de series, manejan con sensibilidad y realismo el tempo cinematográfico de la serie, generando las diferentes tramas que se van urdiendo a lo largo de los capítulos, masificando con orden y criterio todo lo que se va sucediendo, manteniendo ese clima de suciedad y densidad que tanto demanda una historia de estas características. Carville y Clark nos llevan por esa trama principal centrándose en la familia de los desparecidos, y todos los tejes manejes de drogas e infidelidades que saldrán a la luz, y todos los entresijos entre esa otra bahía, aquella que existe bajo las sombras, en el calor de la noche, donde parecen que esa otra ciudad alberga misterios demasiado oscuros. Bien llevadas las tramas secundarias que protagonizan los hijos adolescentes de la protagonista, que intercederán, como no podía ser de otra manera, en la trama principal, descargando su intensidad e introduciendo nuevos elementos en las diferentes situaciones.
La brillante e intensa composición de Morven Christie, que da vida a Lisa Armstrong, con su maravillosa capacidad para interpretar un personaje fuerte, de carácter, pero también vulnerable y torpe, dotándolo de esa humanidad que tanto se echa en falta en producciones del estilo. Excelentemente acompañada por Jonas Armstrong como Sean Meredith, el padre de los gemelos desaparecidos, un pobre diablo que anda perdido en una situación que le supera, Chanel Cresswell es Jess Meredith, la madre abnegada de los gemelos, que arrastra una vida dura, con escasos recursos y lidiando con un problema enorme, Matthew McNulty es Nick Mooney, el joven con discapacidad psíquica que tendrá mucho que ver con los desaparecidos, Daniel Ryan esTony Manning, el “boss” de Lisa, eficiente y líder, capitaneadno una investigación compleja e inquietante, y Tahenn Modak como Med Kharim, el nuevo compañero de Lisa que deberá aprender a marchas forzadas. The Bay es una serie magnífica y bien elaborada, en la que no deja cabos sueltos y urde una trama oscura y terrorífica, pero muy bien llevada, y no solo es un grandísimo drama criminal, sino que también es un certero retrato sobre muchos adolescentes perdidos y desorientados que acaban metidos en oscuros negocios, y una admirable y profunda estampa sobre las durísimas condiciones de muchas familias de esa otra Inglaterra rural, que debe subsistir con muy escasos recursos, y no tienen otro remedio que buscar el sustento que les falta en otros menesteres ilegales y terribles. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA