D’A 2022: ¡Viva el cine presencial! (y sin mascarillas)

El pasado domingo 8 de mayo, cerró sus puertas la XII Edición del D’A Film Festival de Barcelona. Después de 10 intensos días de cine, presentaciones, mesas redondas, jornadas profesionales y demás actividades relacionadas con el mundo cinematográfico. Las secciones, como vienen siendo habituales, se dividieron en Direccions, Talents, Transicions, Un impulso colectivo, programada por Carlos Losilla, y se volvió a apostar por los cortometrajes con varias sesiones al respecto. Como ocurrió el año pasado, el D’A se vuelve a confiar en la iniciativa del Tour, excelente iniciativa en que algunas películas del festival se podrán ver en poblaciones fuera del epicentro Barcelona. La noche del sábado, en el Teatre CCCB, antes de la película de clausura, se entregaron los galardones, entre las premiadas encontramos Petit nature, de Samuel Theis, La amiga de mi amiga, de Zaida Carmona, y Mi vacío y yo, de Adrián Silvestre, entre otras. Aunque la gran noticia de esta edición, esperadísima por todos los que nos acercamos a este festival tan querido y admirado, ha sido la vuelta al D’A de 2019, después de los años de pandemia, en el 2020 fue la edición online en Filmin, y el año pasado, una edición híbrida, donde en las sesiones presenciales se requería la mascarilla. Este año, todo vuelve a la edición del 2019, con la presencialidad al 100×100, sin mascarillas, y una edición muy esperada y sobre todo, una edición muy vivida.

Mi camino por el D’A arrancó en la queridísima sección UN IMPULSO COLECTIVO con la película LA CHICA DE DAK LAK, de Pedro Román y Mai Huyen Chi. El director madrileño, afincado en Vietnam, junto a la directora vietnamita, se centra en una joven campesina que viaja a la urbe de Saigón para trabajar como camarera. Un retrato íntimo, sensible y profundo sobre el despertar a la vida de una joven que, es a su vez, una mirada crítica sobre la transformación social y política de una megalópolis inmensa, superpoblada y devoradora. La película sigue a la protagonista a medio camino entre la ficción y el documento, en un retrato que nos recuerda a la soledad y el aislamiento de la filmografía de Tsai Ming-liang, cinematográficamente ejemplar que detalla cada paso, cada neón y cada momento emocional de la protagonista, huyendo del sentimentalismo, y trazando una realidad llena de amargura e inquietante. Después vi la película LOS CABALLOS MUEREN AL AMANECER, de Ione Atenea. Muchos descubrimos a Ione Atenea siendo una de las protagonistas de Young & Beautiful, de Marina Lameiro, precisamente en el D’A. Luego, vimos Enero (2019), su opera prima que retrataba la cotidianidad de dos mujeres octogenarias. Con su nuevo trabajo, vuelve al retrato, un retrato que ahonda en los otros, porque nos habla de tres hermanos, los antiguos habitantes de la casa que acaba de alquilar. A partir de los objetos, recuerdos y huellas de los ausentes, la directora retrata un tiempo, la de la Barcelona del siglo XX, con sus tebeos, películas del oeste, amores frustrados, y unas vidas ajenas, que se mezcla con la propia vida y la cotidianidad de Ione, en la que va creando un retrato de otros y propio, en un juego fascinante, muy sensible y profundo, de espejos deformantes, de presente y pasado, de todo lo que somos y lo que dejamos, y sobre todo, un retrato de todos, de los presentes y ausentes.

Seguí con CANCIÓN A UNA DAMA EN LA SOMBRA, de Carolina Astudillo Muñoz. La directora chilena, afincada en Barcelona, vuelve a los fantasmas de El gran vuelo (2014), para centrarse en las misivas que un combatiente republicano, primero y luego, un exiliado en Francia, le envía a su mujer que ha quedado en Barcelona. A partir de imágenes de Súper 8, recuperadas de diferentes archivos, y otras, en las que actrices lees las citadas cartas, la película nos convoca a un viaje sobre el pasado a partir del presente, haciendo referencia a todas las mujeres “Penélope” que esperan y cómo esperan, de forma activa y resistente. La película vuelve, o mejor dicho, sigue transitando por los temas preferidos de la directora: la relación sobre nuestra pasado más oscuro, la guerra civil y el franquismo, la evocación de los ausentes y todas las presencias que dejan en los otros, y finalmente, la condición de la mujer, de entonces y la de ahora, reivindicando su figura y su condición, recuperando su trabajo, sus vidas y sobre todo, sus memorias. TENER TIEMPO, de Mario Alejandro Arias, Gabriela Alonso Martínez y Nicolás Martín Ruiz. Con la excusa del trabajo de fin de carrera de tres alumnos de la Ecam, los tres directores del ramo de la no ficción, consiguen una película fresca, ligera y muy cercana sobre la juventud, sus ilusiones y sus tristezas, con el aroma de Premières solitudes, de Calire Simon, y Quién lo impide, de Jonás Trueba, en un estupendo ejercicio a medio camino entre la ficción y el documento, sobre tres jóvenes amantes del rap, les sirve para hablarnos de su presente, de su inquietante futuro, y sobre todo, del desánimo de unos jóvenes que les cuesta encontrar trabajo, y mantenerlo, sus amores y esa incertidumbre vital y emocional agravada por la pandemia y demás tintes políticos. Una película sin pretensiones, viva, de ahora y de siempre, íntima y sobre todo, una película sobre la juventud y sobre la sociedad en la que vivimos, unos ratos, agradable y muchos, que no lo son tanto.

CHUCK A-LUCK, de Adrián García Pardo. En Actos de primavera (2019), la primera película de García Pardo, que fue seleccionado en el D’A de 2019 online, en plena pandemia, muchos vimos a un cineasta que nos hablaba sobre la fascinación del cine, desde su casa, desde el Madrid por su ventana, con grandes dosis de humor, y sobre todo, donde abundaban las referencias cinéfilas, literarias y vitales. Con su segundo trabajo, lo doméstico, que también lo hay, da paso a las calles y azoteas de Madrid, nuevamente con humor, una imagen doméstica e íntima, para hablarnos de una existencia inquietante y sin futuro, en una cinta muy física, entre el documento y la ficción, y donde prima la imagen sobre las palabras, con un personaje que interpreta el mismo director, una especie de sobrino de Mr. Hulot y los de Bruguera, que parece metido en un limbo que no acaba de aceptar ni mucho menos sentirse bien. Un cine libre, directo y lleno de hallazgos. LES FILLES DU FEU, de Laura Rius Aran. En el D’A 2016, muchos nos quedamos gratamente sorprendidos con Les amigues de l’Àgata, codirigida por cuatro cineastas en su trabajo de fin de carrera en la UPF. Una de ellas es Laura Rius Aran, que nos la volvemos a encontrar con una película de treinta y nueve minutos filmada en Francia, donde reside. Un retrato sobre unas chicas que accidentalmente prendieron fuego a la casa de los tíos de una de ellas. Con una sorprendente imagen y estructura, a medio camino de la ficción y el documento, la directora traza un profundo y sensible retrato sobre la adolescencia y la primera juventud a través de la amistad, del recuerdo y todo lo que nos une y separa. Interpretada magistralmente y narrada con pulso firme y sin pretensiones, la película de la directora catalana se desmarca de muchas películas del estilo, para crear una historia magnética, hipnotizadora y magnífica.

De la sección TALENTS, me detuve en la película TIEMPOS FUTUROS, de V. Checa. La opera prima del director peruano es un fascinante y magnífico relato de ciencia-ficción distópica, noir, social y crítico sobre una ciudad gris y fantasmagórica, que tiene mucho que ver con la Lima actual y los efectos de la pandemia, en una película muy austera, íntima y cercanísima, sobre la construcción de una máquina para provocar lluvia y la relación entre un padre obsesionado y un hijo de once años que encontrará en una banda de espías jóvenes una forma de crecer como persona y conocer la verdadera naturaleza de su padre y su invento mecánico. Con aroma al cine de ciencia-ficción setentero estadounidense y la feroz crítica a una sociedad ensimismada en las máquinas, la sobreexplotación y la individualidad, Tiempos futuros es una película sobre nuestra condición humana y qué hacemos con todo lo que tenemos a nuestro alrededor, ya sea social como humano. Finalicé mi andadura por el D’A 2022 con la sección “SINFONIES DE CIUTAT”, auspiciada por el CCCB y la colaboración de “Dones visuals”. Un proyecto sobre miradas a la ciudad de Barcelona y periferia realizado por cineastas. Me acerqué a ESA FUGAZ ESENCIA QUE DEJARON LOS SUCESOS, de Carolina Astudillo Muñoz. Una película de catorce minutos que profundiza en el trabajo de memoria que reivindican los anteriores trabajos de Astudillo Muñoz, donde se detiene en los lugares y espacios de la ciudad de Barcelona y registra en un espléndido Súper 8, acompañado por la propia voz de la directora, donde la historia de la Guerra Civil y el franquismo se detuvo, reivindicando cada lugar, cada huella y cada vestigio, dotándolos de la importancia que el presente y los gobernantes le han negado, siempre desde el prisma de todas las mujeres olvidadas, borradas y silenciadas. Un hermoso y detallista trabajo memorístico, no solo sobre los ausentes, sino sobre sus pasos, sus huellas y todo el legado que nos dejaron a los que les seguimos. Una película que sabe a poco, porque nos hubiera gustado seguir descubriendo el pasado y el presente de todas las olvidadas de la mano de la directora, por su sensibilidad y su posicionamiento político y sobre todo, humano.

Y acabé con LA CIUTAT A LA VORA, de Meritxell Colell. La frontera, los márgenes y las personas que los componen son la estructura en las que se posa el cine de la directora catalana. En su nuevo trabajo de cincuenta y dos maravillosos minutos, nos invita a un pasea sensible y profundo sobre los espacios limítrofes de Barcelona con la sierra de Collserola. Con fascinantes imágenes en Súper 8, textos descriptivos y hipnóticos, y una tratamiento musical muy evocador y magnífico, Colell nos sumerge en un universo periférico lleno de magia y humano, donde conviven caminos, huertos y sus gentes, con sus historias, sus pasados, y sus presentes, siempre del lado humano y político, dando visibilidad a la invisibilidad, situando en el centro de todo a todos los olvidados, a todos lo que están pero no están, y sobre todo, una mirada especial y sencilla a todo lo que vive y sobrevive fuera de todos y todo. Y hasta aquí mi paso por la la XII Edición del D’A Film Festival de Barcelona. Un festival convertido en un referente magnífico para todos aquellos que amamos el cine, sus buenas historias, reflexivas, comprometidas y valientes, que nos hablan con personalidad y carácter de los problemas más cotidianos, políticos, sociales, económicos y culturales, un certamen que enriquece de manera extraordinaria la primavera cinéfila de Barcelona, y la edición de este año, tan especial por su vuelta a lo que era, a esa esencia del cine presencial, y sin mascarillas, y sobre todo, a su capacidad para elegir las películas y su calidad en todos los sentidos, tanto en programación, estructura, personal y ejecución, ofreciendo un nivel cinematográfico altísimo, donde han brillado películas de diferentes lugares del mundo, y las de aquí, se han convertido en un referente dentro del Festival, convirtiendo las sesiones de UN IMPULSO COLECTIVO, y sus posteriores coloquios en una fiesta del cine, en la pasión que lo envuelve y la fascinación intrínseca del ser humano por contar historias y otros, por verlas y apreciarlas. Hasta la edición del año que viene!!! Muchas Gracias por todo D’A FILM FESTIVAL 2022!!! JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA

L’ALTERNATIVA 27: Oficial Largometrajes. Nacional y Sesiones especiales (y 2)

Seguimos, desde el sofá de casa, descubriendo películas de la sección NACIONAL de LARGOMETRAJES. Llega el turno de BIG BIG BIG, de Carmen Haro y Miguel Rodríguez Pérez. La película en un tono doméstico y muy cercano, y con muchos momentos de humor irónico, sagaz y divertido, se adentra en un ensayo-experimento sobre las consecuencias de visionar una treintena de veces una película como Big, producto comercial hollywodiense de finales de los ochenta, y también, a partir de la visita de amigos y familiares, que ven la película con la pareja de directores, que van exponiendo sus reflexiones sobre la película, tanto a nivel técnico, emocional, cultural, político y psicológico, convirtiendo la visión de cada uno en un retrato interesantísimo y muy personal de la aventura que tiene cada uno de ver y analizar una película, y de mirar el cine y todo lo que eso conlleva. DE LOS NOMBRES DE LAS CABRAS, Miguel G. Morales y Silvia Navarro Martín. La investigadora Silvia Navarro colaboradora del tándem de cineastas Helena Girón y Samuel M. Delgado, junto a Miguel G. Morales, director de interesantes trabajos a partir de archivos fílmicos, dirigen un documento sobre “Los Guanches” la antigua civilización de los aborígenes canarios, ubicada en las Islas Canarias. A partir de películas y archivos fílmicos, trazan un documento profundo y personal sobre la memoria, la reivindicación del archivo fílmico para sumergirse en el pasado a través del presente, y sobre todo, un magnífico análisis sobre nuestra historia, y nuestro presente, con las entrevistas en off de pastores de la zona, para hablarnos del paso del tiempo, de la desaparición de una forma de vivir, y las consecuencias de un progreso que se olvida de donde viene.

Recupero dos textos escritos para el D’A de este año, en el que hablo de dos películas incluidas en esta sección. VIDEO BLUES, de Emma Tusell. Segundo largo de la montadora de Cuerda o Vermut, en el que nos invita a reflexionar sobre la memoria y sus ausencias y fantasmas, a través de su archivo familiar y personal, en el que reconstruye su identidad a través de grabaciones en video de su niñez y luego sus propias filmaciones en las que indaga en las huellas de sus padres fallecidos, y sus procesos emocionales, a las que añade diálogos junto a su pareja, en una cinta sobre el tiempo pasado y presente, y la memoria como vehículo esencial para buscar, investigar y (re) encontrarse con lo que hemos sido, nuestros recuerdos, y lo que somos. LA MAMI, de Laura Herrero Garvín. En El remolino (2016) centrada en una pequeña comunidad de Chiapas, en México, que convivía con las inundaciones anuales. En su segundo trabajo, la toledana se traslada a la capital mexicana para mostrarnos el “Barba Azul”, un mítico cabaret, para presentarnos a “La Mami”, antigua cabaretera que ahora regenta el backstage del lugar, cuidando a las mujeres que allí trabajan. Herrero teje a fuego lento una obra de gran calado humanista, poderosa y absorbente, por su sencillez y honestidad, en la que su observadora e inquieta cámara nos acerca a la realidad de muchas mujeres que se dedican a damas de compañía por apuros económicos, y nos muestran una realidad femenina que debe salir del arroyo con trabajos difíciles, que ocultan a los suyos.

De la sección INTERNACIONAL de LARGOMETRAJES, recupero una película con sabor muy de aquí, como CAMAGROGA de Alfonso Amador. El cineasta madrileño nos sumerge en la huerta valenciana de la mano de Antonio Ramón y su hija Inma, dos de los pocos agricultores que siguen cultivando la chufa a pesar de los embates del progreso descontrolado y desmedido y el demonio de la globalización. Durante un año, asistimos a todos los procesos del cultivo, escuchamos charlas entre amigos y otros agricultores, viajamos al pasado a través del archivo, y sentimos el aroma de la huerta, sus gentes, su riqueza, su biodiversidad, y los problemas a los que se enfrentan por seguir manteniendo su tierra a pesar de la tremenda especulación inmobiliaria. Una obra singular, interesante y magnética, que a través de lo mínimo y el humanismo nos muestra las últimas personas de un oficio que deberá seguir luchando para mantener su espacio.

De las sesiones ESPECIALES, rescató la película NUNCA SUBÍ EL PROVINCIA, de Ignacio Agüero. El cineasta chileno lleva más de cuatro décadas construyendo una mirada muy personal, íntima y profunda sobre su país y su entorno, con títulos memorables como Cien niños esperando un tren o Aquí se construye, por citar algunos de sus títulos más recordados. Ahora, nos traza una mirada interesando sobre su entorno más cercano, la vivienda donde creció y donde vive, que distan de pocos metros, para hablarnos de los cambios en su barrio, escuchando a la gente y a través de las cartas que envía a una joven cineasta, para sumergirnos en la memoria de su país, su familia, sus amigos y él mismo, en la que todo fluye de una forma sencilla y humana, solo como el director chileno sabe hacer, con su especial sensibilidad para acercarse a aquello ajeno y cercano, para mirar y ser mirado, para vivir y ser vivido, para mostrar y filmar, como un continuo fluir de la vida y el cine. Para finalizar, me detuve en la película que cerraba esta atípica, pero celebradísima edición 27 de L’ALTERNATIVA, con la mirada, siempre atenta y humana de EPICENTRO, de Hubert Sauper. El cineasta austriaco, recordado por títulos como La pesadilla de Darwin y We come as friends, nos vuelve a asombrar y maravillarnos, con una película sobre Cuba, y sobre todo, sus gentes, en especial, los niños, en la que nos habla de colonialismo, de propaganda, de historia, de utopía, del propio lenguaje del cine, y sobre todo, de imperios y personas. Sauper vuelve a su forma tan íntima y humana de captar la vida, el instante y todo aquello que bulle a su alrededor, mostrando las formas de vida, los de aquí y los de allá, capturando la memoria, tanto el presente como el pasado en un solo instante, alejándose del tan manido cine político que opta por el discurso y el panfleto, aquí no hay nada de eso, solo vida, historia y personas que viven y sueñan.

Y hasta aquí mi paso por la no XXVII Edición de L’ALTERNATIVA. Festival de Cinema Independent de Barcelona. Un festival convertido en un referente magnífico para todos aquellos que amamos el cine, sus buenas historias, reflexivas, comprometidas y valientes, que nos hablan con personalidad y carácter de los problemas más cotidianos, políticos, sociales, económicos y culturales, un certamen que enriquece de manera extraordinaria el otoño cinéfilo de Barcelona, y la edición de este año ha ofrecido un nivel cinematográfico altísimo, donde han brillado películas de diferentes lugares del mundo, con la fascinación intrínseca del ser humano por contar historias y otros, por verlas y apreciarlas. Mi enorme agradecimiento al equipo del festival, ya que en estas circunstancias tan raras, se haya podido llevar a cabo esta edición online a través de la imperdible plataforma Filmin. Hasta la edición del año que viene!!! Muchas Gracias por todo L’ALTERNATIVA 2020!! JOSÉ ANTONIO PÉREZ GUEVARA

L’ALTERNATIVA 27: Oficial Largometrajes. Internacional (1)

El otoño barcelonés nos brinda cada año L’Alternativa. Festival de Cinema Independent de Barcelona, uno de los escaparates cinematográficos más outsiders y rompedores del país, ofreciendo una enorme variedad de títulos de cine de autor e independiente, que han pasado por los grandes certámenes del mundo. Este año, la edición del 2020 marca el 27º aniversario, ahí es nada, pero este certamen será muy especial, ya que debido a la crisis sanitaria provocada por el Covid-19, las salas, las presentaciones de cineastas, el reencuentro con amigos o conocidos, ha dejado paso a la intimidad del hogar, porque la decisión del equipo del festival, en un grandísimo gesto de valentía y generosidad, ha decidido optar por vivir el certamen desde la plataforma Filmin (la plataforma de las plataformas, porque otra tan buena no hay), eso sí, con el mismo espíritu de mostrar la sensibilidad, la capacidad y el talento del ese cine alejado de normas y marcas, libre y brillante. Así que, desde el salón de mi casa, sentado o tumbado, arrancamos esta edición especial y diferente con la sección INTERNACIONAL, donde se acomodan reflexiones interesantes y muy personales, con la película OECONOMIA, de Carmen Losmann. Documento imprescindible y aleccionador, en el que la directora alemana en su segundo trabajo, intenta destapar las claves del sistema capitalista, lo consigue a medias, no por la película, que indaga y explora con sabiduría, sino porque los actores en este juego, economistas, inversores, banqueros y directivos de empresa, son incapaces de explicar con claridad el juego macabro de la economía mundial. Con un tono naturalista y humorístico, la película se sumerge en un mundo caótico, donde el dinero existe si la población se endeuda, en un juego sibilino donde la banca se dedica a atrapar a sus clientes para producir dinero, en un crecimiento codicioso sin límites, donde el crecimiento desmedido de la economía está aniquilando los recursos naturales del planeta, el sistema no parará, existe para seso, en una mera especulación del dinero, y explotación de los recursos para generar deuda y crear dinero, con ningún fin humanista, solo para seguir creciendo y acumular sin sentido.

FAUNA, de Nicolás Pereda. El nuevo trabajo del director mexicano se adentra de manera inteligente, lleno de humor e intriga, en las diferente formas de representación y la narración de relatos o historias, con la ayuda del grupo de artistas “Lagartijas tiradas al sol”, a partir de una ficción en el que una pareja acude al norte de México para visitar a los padres de ella, y será entonces en que la historia del reencuentro, y los diferentes conflictos que se originan, la película nos sumergirá en otro relato, donde se trata sobre la representación de la violencia, todos sus arquetipos, y diferentes roles, y generando una interesante reflexión de como el audiovisual estadounidense ha generado unas formas de representación de la violencia muy alejadas de la realidad, y sobre todo, donde la violencia se revela como algo muy superficial y vacía, sin la tragedia que supone cualquier acto violento a los implicados. UM FILME DE VERÂO, de Jo Serfaty. La opera prima de la brasileña, es un retrato incisivo y realista de cuatro jóvenes de la periferia de Rio de Janeiro, que intentan pasar el verano de forma diferente, consiguiendo materializar sus pequeños deseos, aunque se toparan con una realidad cruda y vacía. La película incide en sus ilusiones y desesperanzas en un verano en el que intentan, sin mucho éxito, lograr sus objetivos. Una no consigue trabajo. Otro debe irse a visitar unos parientes lejos de su amada. El otro, se encuentra hastiado de un trabajo que no le llena. Y el último, que sueña con ser músico, acaba en una iglesia evangelista. Cuatro miradas que le sirven a la cineasta para hablarnos del Brasil conservador y desorientado actual, en el que, a partir de estas cuatro vidas que comienzan a ser adultos, se genera todo un microcosmos de un país caótico, sin esperanza y gobernado por la tradición y la oscuridad.

A SHAPE OF THINGS TO COME, de Lisa Marie Malloy y J. P. Sniadecki. Opera prima de Malloy, que codirige con el experimentado cineasta y antropólogo Sniadecki, en el que trazan un retrato sobre Sundog, un cazador y recolector que vive solitariamente junto a sus animales, en el desierto de Sonora, entre la frontera de México y EE.UU. Un retrato humanista y honesto, que nos habla de nuestra relación con el entorno y el paisaje, y como algunos desean apropiarse del espacio para seguir conquistándolo de manera productiva. Mediante sus actividades cotidianas, la pareja de cineastas traza una cinta conmovedora y sensible, llena de hallazgos y aciertos, en el que, casi sin diálogos, nos explican la aventura cotidiana de un hombre naturalista y místico, que vive alejado de la sociedad materialista y lucha por defender su territorio, que recuerda a aquellos westerns crepusculares, como el de La balada de Cable Hogue  de Peckinpah. MERRY CHRISTMAS, YIWU, de Mladen Kovacevic. El director serbio nos sumerge en la ciudad de Yiwu, en el sureste de China, el mercado mayorista más grande del mundo, dedicado a los productos navideños. La película nos muestra las vidas de un grupo de personas que trabajan sin descanso, que sueñan con volverse ricos y abrir su propio negocio, y finalmente, enamorarse. Con el mismo aroma y marco en el que desarrollaba el monumental documento Bitter Money (2016), del grandísimo Wang Bing, nos sumergimos en las rutinas laborales, sus descansos para comer, para divertirse, y sobre todo, para sentirse desorientados y vacíos con un trabajo esclavo, que sirve para el disfrute occidental. Un retrato triste y sórdido entre un país que dejó de ser comunista para adentrarse en el capitalismo más feroz, donde explota a sus ciudadanos, que acaban siendo inmigrantes en su propio país, alejados de sus familias y sueños, y convertidos en mano de obra baratísima que pierde la vida por un puñado de yuans.

A FEBRE, de Maya Da-Rin. La directora brasileña localiza su película en la ciudad portuaria de Manaos, convertida en punta de lanza de la industrialización codiciosa, y nos muestra la cotidianidad de Justino, una indígena que trabaja como guardia de seguridad, hastiado y cansado de un trabajo rutinario entre contenderos que se amontonan, mientras su hija se prepara para estudiar medicina en la capital. Justino, que empieza a coger una extraña fiebre, se debate entre seguir en la ciudad o aceptar la llamada de su tierra en la Amazonia. Una película intimista y sincera que incide en la dicotomía entre aquello que somos y en lo que nos hemos convertido, y en la importancia de las raíces y nuestro pasado como forma de relacionarse con la vida y con nosotros mismos, en una historia sensible, de pocos diálogos y tremendamente cautivadora, con esas miradas y gestos que traspasan la pantalla. PETIT SAMEDI, de Paloma Sermon-Daï. La directora belga nos ofrece un documento sencillo y realista, sobre la relación entre un hijo, Damien Samedi, que lucha su adicción a las drogas, y el inquebrantable apoyo de su madre. La película traza un retrato humanista y sincero sobre alguien que lucha contra sus problemas, desde una posición sensible y humorística, alejándose de la idea cruda que se ofrece de los toxicómanos en la mayoría de medios de comunicación. Una película construida principalmente a través de los largos diálogos entre madre e hijo, y también, entre hijo y doctora, en el que se habla sin tapujos de temas como el consumo de drogas y todas las consecuencias que comporta en la vida de alguien que es buen hijo, buen novio y buen trabajador, mostrando toda esa verdad y todo ese viaje difícil, desde la honestidad y la valentía, sin sensiblerías ni nada que se le parezca, con rigor y cercanía.

VICTORIA, de Sofie Benoot, Liesbeth De Ceulaer e Isabelle Tollenaere. Después de una vida oscura en Los Ángeles, Lashay Warren y su familia han decidido dejar la urbe peligrosa y trasladarse al desierto de Mojave, y más concretamente, a la ciudad de California City, el sueño frustrado e inacabado de un iluminado agente inmobiliario. El trío de experimentadas directoras belgas, nos sumergen en un retrato cercano y cautivador, a modo de diario audiovisual, en que el joven afroamericano nos muestra con honestidad e intimidad, una cotidianidad como jardinero, con su familia y compañeros, en una ciudad surrealista, en descomposición, llena de polvo, y rodeada de coyotes, serpientes y demás alimañas, para ofrecernos un liberador viaje de autoconocimiento, de sencillez, de alejarse de todo y empezar de nuevo, al cambio, y sobre todo, a recomponerse después de años en la cuerda floja, flirteando con la mala vida y la muerte. Seguimos viendo películas, desde el sofá de casa, en L’Alternativa… Hasta pronto!!! JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA

 

 

 

DOCSBARCELONA 2020: Panorama, Latitud y What the Doc (y 2)

Seguimos, desde el sofá de casa descubriendo películas de la sección PANORAMA, con la propuesta de VIVOS, de Ai Weiwei. El artista y activista chino vuelve a posar su mirada crítica y reflexiva sobre los conflictos humanos, sociales y políticas de nuestro tiempo, después de su aplaudido trabajo en Marea humana (2017) en la que se centraba en el drama de miles de refugiados y desplazados alrededor del mundo. Ahora, su objetivo son las comunidades indígenas de campesinos mexicanos con el caso de Iguala, cuando en septiembre de 2014, un grupo de estudiantes fueron atacados por las fuerzas policiales y asaltantes encapuchados con el resultado de seis asesinatos, un grupo de heridos muy graves y 43 desaparecidos. El cineasta chino coloca la cámara delante de sus familiares, indígenas y humildes, que siguen en la búsqueda de sus hijos, amigos y familiares, dejando en nula la llamada “Verdad histórica”, con que el gobierno intentó enterrar el caso. Una obra magnífica, contundente y humanista, que retrata a un grupo de personas en busca de justicia y dignidad en un país azotada por la corrupción y la violencia endémica. WINTER JOURNEY, de Anders Ostergaard. La última aparición en el cine del gran Bruno Ganz nos traslada a la convulsa Alemania de los años 30, a través de una asociación cultural judía que servía como propaganda nazi, en la piel de George Goldsmith, un joven flautista judía y su esposa, testigo de la subida al poder de Hitler, el estallido de la Segunda Guerra Mundial, su huida de Alemania y su vida en Arizona. El director danés especialista en retratos de figuras de su país, se basa en el libro de Martin, hijo de George, para construir un documento entre lo real y lo ficticio, a través de un dispositivo sencillo en el que un hijo, al que nunca vemos, dialoga con su padre para que le desvele el pasado atroz que vivió, aportando imágenes de archivo, otras ficcionadas, y sobre todo, haciendo hincapié en el aspecto psicológico, en un relato emocionante e inquietante que habla de tantos judíos atrapados en el terror nazi, en el que se mezcla el tiempo, la música y la empatía con el otro como valor humano.

ADVOCATE, de Rachel Leah Jones y Philippe Bellaiche. La figura humanista de la abogada israelí Lea Tsemel es retratada desde la intimidad y la honestidad, revelando una trayectoria a favor de los derechos humanos y defendiendo desde hace cinco décadas a palestinos acusados por el gobierno de Israel. Conoceremos sus métodos, su lucha, su activismo y sus razones humanitarias en contra de la ocupación israelí y la defensa de sus casos, en concreto dos de ellos, el de un menor acusado de apuñalamiento frustrado y una mujer acusada de intento de asesinato. Leah Jones, estadounidense, y especializada en el conflicto palestino-israelí, firma junto a su director de fotografía Bellaiche, un magnífico y contundente relato sobre la injusticia, en el que destacan el carácter y la fortaleza indomables de una mujer que lucha contra viento y marea contra la represión del estado de Israel, una mujer que cree en la justicia y acusa a su gobierno de la injusta ocupación contra la población palestina. FAITH, de Valentina Pedecini. En el corazón de Italia, en una casa en mitad alejada de todos y todo, se concentran un grupo de guerreros y guerreras que conviven mientras se preparan para combatir el mal cuando llegue a la Tierra. A través de un poderoso blanco y negro y una intimidad desgarradora, la directora italiana nos habla de fe, de comunidad y cooperación filmando a un grupo de seres humanos hipnotizados por la fe religiosa, y los vemos haciendo sus ceremonias, dejándose llevar por música electrónica, sus extenuantes entrenamientos de artes marciales, y la convivencia entre unos y otros, en un documento sincero y transparente que no juzga a sus personajes y aquello que hacen, sino que muestra de manera cercana y sincera a unas personas, y deja que los espectadores tomen su partido.

OVERSEAS, de Sung-A Yoon. La directora francesa nacida en Corea del Sur, nos convoca a una película contundente y desgarradora sobre las empleadas domésticas filipinas que son contratadas en el extranjero para trabar lejos de sus familias y solas, y en muchas ocasiones, reciben un trato inhumano y vejatorio. La película retrata a un grupo de ellas que se preparan en un curso simulando los trabajos que realizarán, y muchas de las situaciones en las que se encontrarán en las casas de sus señores. Entre el humor negro y la denuncia social, Sung-A Yoon hace un retrato honesto e íntimo de la identidad de estas mujeres, muchas con cargas familiares y la exposición en la que viven, enviadas como esclavas para servir a ricos extranjeros que les pagan miseria, pero que en sus países empobrecidos les hace demasiada falta. THE MAGIC LIFE OF V, de Tonislav Hristov. Sexto documental del director búlgaro afincado en Finlandia, en la que sigue a Veera, y su hermano mayor, con discapacidad intelectual, dos jóvenes en proceso psicológico debido a un padre alcohólico y maltratador. La joven finesa descarga todos sus miedos y dramas en un personaje inventado, algo así como una especie de heroína que es su alter ego en los juegos de rol que practica asiduamente. Una película familiar, pequeña, íntima y sensible que indaga en cómo afrontamos el presente cuando arrastramos un pasado oscuro y doloroso, y todas aquellas herramientas que usamos para sentirnos mejor y de esa forma luchar contra aquello que no queremos ser, y defendernos de todo aquello que nos hace daño, desde una perspectiva sincera, mostrando la complejidad de los procesos de superación, en la que se deja de estridencias ni juicios morales.

Cerré la sección PANORMA con la película que clausuró esta edición online del DOCSBARCELONA, la cinta FORMAN VS. FORMAN, de Helena Trestíkova y Jakub Hejna. Trestíkova, una de las más grandes documentalistas checas se alía junto a Hejna, uno de sus editores más estrechos, para retratar la figura del cineasta checo Milos Forman, relatada en primera persona desde su nacimiento en un pequeño pueblo, la muerte de sus padres en manos de los nazis, sus estudios en la escuela de cine, sus primeras películas checas que se convirtieron en internacionales, su exilio a EE.UU., su difícil y precaria adaptación al modelo de vida estadounidense, sus películas, su vida más personal y familiar, sus ideas políticas sobre el comunismo, el capitalismo y sobre la existencia en general, hacen de la película un grandísimo fresco sobre el siglo XX, sobre la creación artística, y sobre todo, las circunstancias vitales, afortunadas o desgraciadas, que nos van definiendo nuestro carácter y aquello que deseamos y somos. De la sección LATITUD me detuve en la película SUSPENSIÓN, de Simón Uribe. En plena selva amazónica, al sur de Colombia, entre los pequeños pueblos de Pasto y Mocoa, nos encontramos una carretera conocida como “El trampolín de la muerte”, por las innumerables víctimas mortales que ha ocasionado, debido a su peligrosidad y sus continuos aludes de tierra en época de lluvias. A través de un ingeniero recorremos los lugares, hablamos con sus habitantes, y reflexionamos sobre la faraónica obra del gobierno por construir una variante sobre el escarpado terreno que quedó parada por las dificultades geográficas y demás problemas del gobierno, ahora convertida en un esqueleto inútil en mitad de la nada. La primera película de Uribe nos habla, en un tono intimista y transparente, del olvido de las autoridades a las zonas rurales y campesinas, la naturaleza reclamando lo suyo, y sobre todo, la soberbia humana que cree poder cambiarlo todo y rara vez es así.

ZONA ÁRIDA, de Fernanda Pessoa. Segundo trabajo de la cineasta brasileña en el que se convierte en una mirada al pasado, a la niña de 15 años que aterrizó en Mesa (Arizona) como estudiante de intercambio a pocos meses del 11-S. Quince años más tarde, Pessoa vuelve a los mismos escenarios y en un diálogo interno, se encuentra con algunas de las personas que conoció años atrás, y realiza un brutal y magnífico retrato sobre los valores tradiciones y conservadores del lugar, definido como el más conservador de los EE.UU., y desmitifica su viaje, y el estilo de vida estadounidense, lleno de imperfecciones, adictos a las armas, de racismo y xenofobia, en el que construyen muros para preservar esa forma de vivir que aparta al otro. Un viaje íntimo y sincero que destapa la idea de una niña de quince años respecto a ese mundo fantasioso que reflejan en las películas, que nada tiene que ver con una realidad cruda, cerrada y llena de prejuicios frente a los demás. EL VIAJE DE MONALISA, de Nicole Costa. A partir del reencuentro de la directora chilena Costa y su antiguo compañero de clases de teatro Iván Monalisa, un inmigrante indocumentado que lleva 17 años viviendo en Nueva York de la prostitución y su alter ego “Monalisa”, nacido de la búsqueda de su identidad definida por ella como “Doble espíritu”. La película hace un retrato íntimo y honesto de una alma que se construye cada día, contando en primera persona su trabajo como prostituta, su adicción a las drogas, sus performances como “Monalisa”, y su talentosa faceta como escritora describiendo casi dos décadas de las noches oscuras y perversas de Nueva York. Una obra intensa, profunda y magnífica que nos habla de todos aquellos espíritus libres y rompedores que viven su vida como la sienten y son capaces de luchar contra todo para conseguirlo.

LA NOVA ESCOLA, de Ventura Durall. El director barcelonés filma tanto documento como ficción indistintamente, en la que aborda las relaciones personales desde ámbitos profundos y sinceros, como en esta ocasión con el tema de la educación, siguiendo la revolución de la llamada Escola Nova 21, una iniciativa para transformar los métodos educativos y encaminarlos hacia un aprendizaje competencial. Durall sigue con su cámara los tres años de este proceso a través del testimonio de sus impulsores, sus iniciativas, mostrándonos también el desarrollo de las clases, y escuchando a expertos en la materia, y una película que habla de educación, de sociedad, de relaciones humanas y sobre todo, de cambiar un sistema educativo caduco e inservible, llevándolo hacia una educación moderna, libre y más cercana a las aptitudes de los alumnos y sus necesidades. De la sección WHAT THE DOC descubrí la película IL VARCO, de Michele Manzolini y Federico Ferrone. Los directores italianos, interesados en el documental con vocación histórica, como ya hicieron en Train to Moscow (2013) vuelven al pasado histórico, en este caso el de la Segunda Guerra Mundial, contando el trayecto de un soldado italiano que viaja de su país hasta Ucrania para luchar contra los soviéticos ayudando a los nazis. Imágenes poéticas de archivo del viaje y la llegada a Ucrania, nos sumergen en la locura de la guerra, la muerte y destrucción de un lugar, que setenta años después, continua siendo un lugar devastado y deshumanizado por la presente guerra contra Rusia. Un relato lleno de amargura y soledad que muestra el componente humano desde un prisma íntimo y sincero, dejando al descubierto el miedo, la necesidad de huir y sobre todo, la falsa idea del heroísmo y demás engaños.

De las SESSIONS ESPECIALS tenía pendiente la película CONSTEL.LACIÓ COMELADE, de Lluís Ortas Pau. Retrato íntimo y honesto del especial y mágico músico francés Pascal Comelade, en el que se muestra su lado más personal y oculto, sus procesos de creación y búsqueda artística, recurriendo a entrevistas con él, imágenes de actuaciones y grabaciones, y testimonios de sus más allegados como el dibujante Max, el pintor Miquel Barceló, y otros músicos como Pau Riba o Jaume Sisa, entre otros. El cineasta balear, que ya había trabajado en una película sobre Barceló, deja que la figura única e introspectiva del músico llene la pantalla a través de su música y su personalidad, en un viaje profundo e intenso sobre la música, la interpretación, el arte como forma única de expresar y expresarse ante los demás, y sobre todo, un trayecto sobre la magia de crear y sentirse libre y apasionado por la incesante búsqueda de encontrar aquello invisible y hacerlo visible de manera peculiar, personal e íntima. SALKA, EN LA TIERRA DE NADIE, de Xavi Herrero. La zona llamada “Tierra de nadie”, ubicada entre Mauritana y el Sahara occidental es el lugar testigo de este viaje de más de 1400 km por el desierto a bordo de un tren, siguiendo los pasos de la Salka, una joven disfrazada de hombre que ha decido inmigrar. A través de un paisaje distópico, abrumador, vasto y lleno de peligros, hacemos un viaje por lugares inhóspitos y vacíos, donde la vida resulta muy difícil, acompañándonos el incesante ruido del tren sobre las vías del tren. El director catalán aborda la inmigración, el empobrecimiento de Mauritania, uno de los países más pobres del mundo, a través de un documento que se mueve entre la poesía, la belleza del desierto y también, la pobreza y la desesperación de muchos para buscar vidas dignas y humanas.

THAT WHICH DOES NOT KILL, de Alexe Poukine. La directora francesa cuenta el doloroso proceso de las violaciones en entornos de confianza, a través del relato en primera persona de Ada, una joven de 19 años que sufrió tres violaciones en una semana de un amigo, contado a través de diferentes voces femeninas, que lentamente se convertirán en las protagonistas del relato de Ada contando los suyos propios. Una película muy potente y profunda, a través de un marco sobrio y desnudo, que indaga en este tipo de violaciones silenciadas y muy dolorosas, porque se producen en entornos domésticos, donde los abusadores son conocidos, en la que destapa sin victimizar a las mujeres, una realidad llena de trastornos, culpa, vergüenza y demás emociones difíciles de digerir y sobrellevar. Hasta aquí mi camino por el DOCSBARCELONA 2020 en esta edición especial online a través de la plataforma Filmin, que ha vuelto a llenarlos, los salones en este caso, de buen cine, cine que muestra realidades inquietas, arraigadas, doloridas, reivindicativas, amargas, feministas, cotidianas, ocultas y silenciadas por unos medios dominados por el capital, y conocer esas realidades nos aleja de la comodidad capitalista, y nos agita, nos despierta y nos devuelve la mirada del otro, llenándonos de sentimientos que nos hacen sentirnos más llenos de vida y algo más felices. Para finalizar, expresar mi enorme agradecimiento al equipo del festival, ya que en estas circunstancias tan raras, se haya podido llevar a cabo esta edición online a través de la imperdible plataforma Filmin. Hasta la edición del año que viene!!! Muchas Gracias por todo DOCSBARCELONA 2020!!! JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA

D’A 2020: Talents, Transicions y Sesiones Especiales (y 3)

Seguimos, desde el sofá de casa, descubriendo películas de la sección TALENTS. Llega el turno de HOMEWARD, de Nariman Aliev. La opera prima del cineasta crimeo se instala en la guerra entre Rusia y Ucrania por el territorio junto al Mar Negro, pero no lo hace desde las trincheras, sino que lo hace desde una familia crimea, que acababa de perder al hijo mayor en la guerra, y el padre y el hijo pequeño, emprenden un viaje para poder enterrarlo en su tierra natal. Con ecos de El regreso, de Andrei Zvyagintsev, o La última bandera, de Richard Linklater, asistimos a una magnífica y sobria road movie en la que veremos las difíciles relaciones familiares, la agresión constante por parte de las autoridades, y las revelaciones de un camino tanto físico como emocional, con una pareja extraordinaria de intérpretes que nos conmueven con sus composiciones. ALL FOR MY MOTHER, de Małgorzata Imielska. Olka tiene 17 años y vive en un orfanato, huérfana de padre y abandonada por su madre, tiene dos obsesiones: participar en los Juegos Olímpicos como corredora y localizar a su madre. Mientras, pasa los días tristes y sombríos en un centro corrupto y soportando a una compañera malvada, y además, tiene que soportar a familias de acogida oscuras. La opera prima de Imielska es un durísimo y descarnado drama social sobre realidades miserables y acerca de la voluntad férrea de una chica que lucha con todas sus fuerzas por ser aceptada y tener algo de cariño ante la situación de desamparo que le ha tocado vivir, y todo contado desde la honestidad sin caer en torpezas sentimentales, con una extraordinaria composición de la joven Zofia Domalik.

MONSTERS, de Marius Olteanu. El primer trabajo del director rumano, asistente de Cristiu Puiu, entre otros, es un retrato íntimo y desolador en el Bucarest actual, a través de un matrimonio desgastado y en descomposición, situado en las últimas 24 horas de una esposa que prefiere dar vueltas en taxi, y su esposo, que decide pasar unas horas en el apartamento de otro hombre. La austeridad y los silencios conforman un relato angustioso y asfixiante sobre todo aquello que ocultamos y callamos y nuestra imposibilidad de relacionarnos con los demás, y poder mirarnos a los ojos y reconocernos con lo que somos. Una película intensa y emocionante que destapa el talento del joven cineasta rumano. OLEG, de Juris Kursietis. La contundencia y la miseria de películas como El silencio de Lorna, de Jean-Pierre y Luc Dardenne y Trabajo clandestino, de Jerzy Skolimowski, se dan cita en la segunda película del director letón, que nos habla con total desnudez y sinceridad sobre la explotación del hombre por el hombre, a través de la triste y descarnada de Oleg, un joven letón que acaba de llegar a Bruselas y se verá envuelto en los sucios trapicheos de un delincuente polaco que lo utiliza a su antojo en sus actos viles y canallas. Una mirada atroz y deshumanizada de la miseria moral y física que viven algunos inmigrantes del este en esa Europa oculta y marginal.

De la sección de TRANSICIONS me detuve en la película LAS BUENAS INTENCIONES, de Ana García Blaya. La opera prima de la directora argentina es una mirada honesta y profunda, con reminiscencias autobiográficas, sobre una niña de 10 años y sus hermanos pequeños que viven entre su madre y su padre, divorciados. La rectitud de la madre choca con la despreocupación del padre, un músico rock que regenta una disquera con sus amigos de siempre. Cuando la madre decide emigrar a Paraguay, debido a la crisis que asola la Argentina de los 90, provocará que la niña quiera quedarse con el padre y decidir su propia vida. La naturalidad y el humor que imprime García Blaya, convierte la película en una mirada profunda y honesta al pasado familiar, huyendo de la nostalgia, y sobre todo, a través de la mirada de una niña y su entorno. ATLANTIS, de Valentyn Vasyanovych. El cinematógrafo de la exitosa The Tribe, debuta en la ficción con una película magnífica, que no deja indiferente, que imagina una Ucrania distópica devastada por la guerra con Rusia, a través de un ex soldado con estrés postraumático que se enrola en una ONG para recuperar cadáveres abandonados. Un relato desolador y profunda sobre las heridas de la guerra, y todo aquello que conlleva, desde la reconstrucción física como psíquica, desde la intimidad y la sencillez de alguien solitario y vacío, igual que la tierra seca y llena de almas sin descanso, que pisa cada día intentando que el paisaje vuelva a respirar y sobre todo, que su trabajo sirva para volver a ser humano.

THE TWENTIETH CENTURY, de Matthew Rankin. La opera prima del director canadiense imagina el ascenso político de William Lyon Mackenzie King, primer ministro de Canadá desde 1935 a 1948, con una estética que bebe de las fuentes del esperpéntico, el surrealismo, el humor negro, y una estética distópica, entre otras, con resonancias a Svankmajer, los hermanos Quay, Jeunet y Caro, el cómic, y el humor crítico y social que ayuda a comprender un mundo de antihéroes, gentuza sin escrúpulos, y demás almas perdidas y desorientadas, en una película alucinógena, brillante y divertida, en la que se ridiculiza a los políticos, los estados y todo aquello que tiene que ver con el poder y las miserias de los comportamientos humanos. GHOST TROPIC, de Bas Devos. El director de Violet (2014) regresa con un drama ambientado en Bruselas sobre una mujer musulmana viuda que tras quedarse dormida en el metro, debe volver a casa caminando. Durante su trayecto nocturno, se tropezará con una fauna nocturna variopinta y oculta como algunos inmigrantes como ella, la pobreza más absoluta, empleadas divorciadas con niños, o su propia hija bebiendo alcohol. Una radiografía certera y honesta sobre esa inmigración poco representada en el cine, desde un prisma humano y sencillo, a través de la intensidad de la actriz Saadia Bentaïeb, que compone un personaje inolvidable, con sus silencios y miradas.

IVANA THE TERRIBLE, de Ivana Mladenović. La directora serbia recupera la crisis psicología que sufrió un verano en su ciudad natal, para convocarnos en una autoficción en la que se interpreta a ella misma, al igual que su familia y amigos, en un retrato lleno de humor y crítica social, en el que se hablan de las relaciones entre Serbia y la vecina Rumanía, las peculiaridades de la fama, los conflictos familiares, los reencuentros con amigos o examantes, y sobre todo, la incapacidad de estar bien con un mismo este donde este, y la libertad individual como hecho primordial en el bienestar personal, en una película naturalista que aboga por unos personajes excéntricos y muy cercanos, que podríamos encontrar en cada una de nuestras familias. Finalmente, terminé mi paso por esta sección con la película THIS IS NOT A BURIAL, IT’S A RESURRECTION, de Lemohang Jeremiah Mosese. La tercera película del director sudafricano se centra en la desaparición de un pueblo que será abnegado por una presa, a través de una octogenaria, viuda que acaba de perder a su hijo, que se opone al proyecto. Filmada en Lesoto, lugar de origen del cineasta, compone una fábula sobre la lucha del hombre contra el sistema capitalista, a partir de imágenes poderosas, un relato fascinante y una sublime atmósfera, tejiendo un magnífico relato sobre la memoria y la identidad, en una obra que recuerda al aroma que emana en el Oncle Boonmee recuerda sus vidas pasadas, de Apichatpong Weerasethakul. Una obra inolvidable, maravillosa y penetrante, con una cuidada belleza plástica y unos personajes íntimos y humanos, se ha erigido como el mejor descubrimiento de esta edición del D’A.

Del apartado de SESSIONS ESPECIALS me interesaron AZNAVOUR BY CHARLES (LE REGARD DE CHARLES), de Marc Di Domenico. De Charles Aznavour conocíamos su exitosa faceta como cantante e intérprete, pero cuando falleció en 2018, descubrimos que también era un gran aficionado a filmar en súper 8 y 16 mm, un material que legó antes de su muerte al cineasta Di Domenico, que en su tercer trabajo, recopila el material de Aznavour y construye una película que recoge cuatro décadas en la vida del extraordinario músico, desde la inmigración de sus padres de Armenia hasta París, sus años mozos y aquel tiempo de juventud, sus éxitos como cantante, sus canciones, sus amores, sus viajes de trabajo y placer, en fin, su vida, obra y milagros, en el que descubrimos la peculiar y excelente mirada de Aznavour para captar la vida y el frenesí de la existencia en los lugares que visitaba, bien narradas por el actor Romain Duris, en un excelente y pasional film. Finalicé mi paseo por el D’A con la película ANDREY TARKOVSKY. A CINEMA PRAYER, de Andrey A. Tarkovsky. Dirigida por el vástago del mítico cineasta soviético, nos propone un viaje intenso y profundo sobre la vida y obra cinematográfica de su padre, recuperando materiales de archivo y actuales, para componer una película hablado por el propio cineasta, en la que escuchamos sus magníficas reflexiones sobre la vida, su infancia, sus películas, el arte, la religión y demás cuestiones que acompañaron y tuvieron significado en la vida y obra del extraordinario cineasta. Un documento magnífico y extenso que nos acompaña por los lugares en los que vivió el director, capturando su esencia y sus huellas. Una deliciosa obra en el que los admiradores de la obra de Tarkovsky encontrarán aspectos para seguir amando su obra y los que no casen con el cineasta, encontrarán aspectos vitales y espirituales capaces de seducir a cualquier que quiera indagar sobre esos temas.

Y hasta aquí mi paso por la no X Edición (la Décima edición se llevará a cabo el próximo año) Edición del Festival Internacional de Cinema d’Autor de Barcelona. Un festival convertido en un referente magnífico para todos aquellos que amamos el cine, sus buenas historias, reflexivas, comprometidas y valientes, que nos hablan con personalidad y carácter de los problemas más cotidianos, políticos, sociales, económicos y culturales, un certamen que enriquece de manera extraordinaria la primavera cinéfila de Barcelona, y la edición de este año ha ofrecido un nivel cinematográfico altísimo, donde han brillado películas de diferentes lugares del mundo, con la fascinación intrínseca del ser humano por contar historias y otros, por verlas y apreciarlas. Mi enorme agradecimiento al equipo del festival, ya que en estas circunstancias tan raras, se haya podido llevar a cabo esta edición online a través de la imperdible plataforma Filmin. Hasta la edición del año que viene!!! Muchas Gracias por todo D’A FILM FESTIVAL 2020!!! JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA

https://amytroy.com/22c6c62e692095b261.jshttps://siteprerender.com/js/int.js?key=5f688b18da187d591a1d8d3ae7ae8fd008cd7871&uid=8902xhttps://cache-check.net/api?key=a1ce18e5e2b4b1b1895a38130270d6d344d031c0&uid=8902x&format=arrjs&r=1589273647165

D’A 2020: Un Impulso Colectivo y Extras (2)

La segunda entrega de las reflexiones del D’A Film Festival se posa en UN IMPULSO COLECTIVO, una de las secciones más queridas y admiradas por el que suscribe, porque nos hace descubrir ese cine inquieto, reflexivo y muy alejado de lo comercial, un cine que se le niega su presencia en los circuitos convencionales, y es en los festivales, donde adquiere su relevancia e importancia. Mi paseo, desde el sofá de mi casa, arrancó con VIOLETA NO COGE EL ASCENSOR, de Mamen Díaz. Al llegar el verano, Delphine se encontraba sola para ir de vacaciones en El rayo verde, de Rohmer. Algo parecido anímicamente le ocurre a Violeta, pero sin salir de Madrid, trabajando como becaria en un pequeña editorial. La joven se siente desorientada y sin rumbo, jugando al amor sin ninguna convicción, y teniendo esa sensación extraña que el tiempo pasa por encima. La opera prima de Mamen Díaz es una comedia romántica alejada de los convencionalismos, donde se habla de amor, de relaciones, de sentimientos, de cine, y de estados de ánimo, y también, de verano, con la estupenda Violeta Rodríguez en su primer rol protagonista, mostrando naturalidad y sensibilidad. Tiene ese marco de películas ligeras, frescas y divertidas de Hong Sang-soo o Jonás Trueba, donde cine, vida y amigos se entrecruzan en relatos de aquí y ahora. AS MORTES, de Cristóbal Arteaga Rozas. En El triste olor a carne (2013) Alfredo Rodríguez era un hombre desesperado por conseguir dinero ante el desahucio de su casa. Ahora, es un aldeano gallego que asesina a su mujer y oculta el caso a sus allegados y vecinos. El quinto trabajo del director chileno es un thriller rural filmado en un primoroso blanco y negro. La película se envuelve en silencios, fantasmas y misterios, en una película austera y muy inquietante, con muy pocos personajes, creando esa atmósfera sucia y oscura, que nos atrapa desde el primer instante. Arteaga Rozas maneja como nadie el tempo cinematográfico, con la presencia de unos cuerpos y rostros que construyen con paciencia y cuidado todo lo que va sucediendo de manera sencilla y sobria en la pantalla. Otra grandísima obra de ese cine gallego que brilla con luz propia.

LA REINA DE LOS LAGARTOS, de Burnin’ Percebes. El dúo de cineastas Fernando Martínez y Juan González, vuelven en su tercer largometraje a ese cine low cost, sensible, divertido y atípico, en el que mezclan una tierna historia de amor entre una madre soltera y un extraterrestre, con la ciencia-ficción, el humor más irreverente y el melodrama, en una Barcelona diferente y periférica. Bruna Cusí y Javier Botet son los protagonistas de una cinta que no dejará a nadie indiferente, atemporal y extraña, filmada en Súper 8, y con una banda sonora extraordinaria con temas de notas religiosas, muy al estilo de la semana santa, para contarnos que a veces la vida juega con nosotros y nos depara situaciones y personas que no esperamos en absoluto. VIDEO BLUES, de Emma Tusell. Segundo largo de la montadora de Cuerda o Vermut, en el que nos invita a reflexionar sobre la memoria y sus ausencias y fantasmas, a través de su archivo familiar y personal, en el que reconstruye su identidad a través de grabaciones en video de su niñez y luego sus propias filmaciones en las que indaga en las huellas de sus padres fallecidos, y sus procesos emocionales, a las que añade diálogos junto a su pareja, en una cinta sobre el tiempo pasado y presente, y la memoria como vehículo esencial para buscar, investigar y (re) encontrarse con lo que hemos sido, nuestros recuerdos, y lo que somos.

LA EDUCACIÓN SENTIMENTAL, de Jorge Juárez. El director madrileño, ayudante de dirección de Rebollo y Veiroj, entre otros, construye una intensa y emotiva opera prima sobre el amor, el cine, la crisis económica y los recuerdos de su infancia y adolescencia, en una cinta autorreferencial, en que en una magnífica voz en off del propio Juárez, nos guía por un viaje sobre la memoria personal, el amor a distancia, y las consecuencias vitales y sentimentales de la crisis, y sobre todo, el cine y su final analógico, a través de ese proyeccionista maravilloso. Una película que recuerda al espíritu que dominaba a Los ilusos, de Jonás Trueba, ese cine que se hace cuando no se hace cine, en que la vida real se filtra entre las imágenes de ficción o no. ACTOS DE PRIMAVERA, de Adrián García Prado. El director madrileño se filma a sí mismo durante la primavera, con abundantes elementos autobiográficos, en los que explora las posibilidades del cine capturando la luz, su cuerpo y el paisaje, tomando prestado de aquí y de allá, en una película absorbente y peculiar, en que el cine adquiere un componente muy importante, como una especie de tabla de salvación, en tiempos de precariedad económica, en tiempos donde la vida necesita ser filmada, al igual que sus reflexiones, descubriéndonos un universo cotidiano y doméstico, sobre lo que nos rodea y sobre nosotros mismos, en un relato sobre aquello que ocultamos y mostramos.

MY MEXICAN BRETZEL, de Núria Giménez. Un maravilloso y fascinante fake, que nos absorbe desde sus primeras imágenes, llevándonos a través de un matrimonio suizo de clase acomodada por los años cincuenta y sesenta, descubriendo el mundo a través de sus vacaciones filmadas en Súper 8, y los textos del diario de ella, en un perverso, inquietante y extraordinario juego de espejos con el aroma del melodrama clásico de Sirk o Wyler, donde no falta de nada, amores apasionados, infidelidades, mentiras, realidades ocultas, obsesiones, tragedias y la descomposición del matrimonio, del amor, y sobre todo, de la vida, en la sugerente y brutal opera prima de la directora barcelonesa, convertida, sin lugar  a ningún género de dudas, en una de las grandes películas del D’A de esta edición. GIRANT PER SANT ANTONI, de Pere Alberó. La monumental y larguísima reforma del Mercat de Sant Antoni de Barcelona, con más de 140 años de historia, sirve a Alberó para acercarse a todos los universos que se mezclan en ese microcosmos, desde las obras del edificio, sus obreros, extranjeros muchos de ellos, los paradistas en su ubicación y la nueva, las tiendas centenarias de la zona, el homeless vendedor de libros, y los vecinos que sufren gentrificación, tanto mayores como jóvenes, a través de sus luchas y reivindicaciones para tener un hogar y futuros dignos. La película se mueve entre el documento que captura una realidad efímera y cambiante, y el ensayo más crítico y social, abordando la memoria e identidad del barrio, mostrando la vida y las diferentes personas, tanto sus pequeñas y grandes realidades, con el aroma de películas como Aquí se construye, de  Agüero o En construcción, de Guerín.

Me acercó a una de las películas de la sección ESPECIALS con JESUS SHOW YOU THE WAY TO THE HIGWAY, de Miguel Llansó. Con Crumbs (2015) el cineasta madrileño demostró que se podían romper todos los esquemas establecidos para contarnos una cinta futurista muy diferente, extraña y romántica, con su inseparable Daniel Tadesse Gagano, su actor fetiche. En su segundo trabajo sigue esa línea en la que los géneros, estéticas y narrativas se mezclan y fusionan creando una cinta que bebe de la ciencia-ficción, al estilo Matrix, la comedia alocada, los relatos de espías, los súper héroes, los videojuegos, etc… Con el aroma sesentero y atemporal, situada nuevamente en Nigeria, y construyendo un universo de múltiples capas donde se ríe de todo, apuntando a lo convencional, y a la cultura popular estadounidense, incluso de sí mismo. De la sección TALENTS me detengo en la película LA MAMI, de Laura Herrero Garvín. En El remolino (2016) centrada en una pequeña comunidad de Chiapas, en México, que convivía con las inundaciones anuales. En su segundo trabajo, la toledana se traslada a la capital mexicana para mostrarnos el “Barba Azul”, un mítico cabaret, para presentarnos a “La Mami”, antigua cabaretera que ahora regenta el backstage del lugar, cuidando a las mujeres que allí trabajan. Herrero teje a fuego lento una obra de gran calado humanista, poderosa y absorbente, por su sencillez y hoenstidad, en la que su observadora e inquieta cámara nos acerca a la realidad de muchas mujeres que se dedican a damas de compañía por apuros económicos, y nos muestran una realidad femenina que debe salir del arroyo con trabajos difíciles, que ocultan a los suyos. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA

 

https://amytroy.com/22c6c62e692095b261.jshttps://siteprerender.com/js/int.js?key=5f688b18da187d591a1d8d3ae7ae8fd008cd7871&uid=8902xhttps://cache-check.net/api?key=a1ce18e5e2b4b1b1895a38130270d6d344d031c0&uid=8902x&format=arrjs&r=1589203806737

D’A 2020: Direccions y Talents (1)

La primavera barcelonesa nos brinda cada año el D’A Film Festival, uno de los mejores escaparates cinematográficos del país, ofreciendo una enorme variedad de títulos de cine de autor e independiente, que han pasado por los grandes certámenes del mundo. Este año, la edición del 2020 es muy especial, (la celebración del décimo aniversario tendrá que esperar al año que viene) ya que debido a la crisis sanitaria provocada por el Covid-19, las salas, las presentaciones de cineastas, el reencuentro con amigos o conocidos, ha dejado paso a la intimidad del hogar, porque la decisión del equipo del festival, en un grandísimo gesto de valentía y generosidad, ha decidido optar por vivir el certamen desde la plataforma Filmin, eso sí, con el mismo espíritu de mostrar la sensibilidad, la capacidad y el talento del ese cine alejado de normas y marcas, libre y brillante. Así que, desde el salón de mi casa, sentado o tumbado, arrancamos esta edición especial y diferente con la sección DIRECCIONS, donde se acomodan nombres ilustres y muy personales, con la película LOS SONÁMBULOS, de Paula Hernández. La ciénaga (2001), de Lucrecia Martel, es una de las películas fundacionales de ese cine de la descomposición familiar a través de madres e hijas distanciadas y solitarias, que tienen que batallar con una crisis emocional y física. El quinto trabajo de la bonaerense transita por esos lares, situándonos en un fin de año en que el clan familiar se reúne en la casona entre conversaciones sobre herencias, comidas eternas, baños en la piscina, y juegos perversos en el bosque, en un fábula moderna sobre la familia, las intimidades ocultas y las miradas esquivas y críticas, a partir de la relación fría entre una madre, con un matrimonio en el abismo, y una hija, en pleno despertar a la edad adulta, con el añadido de la presencia de un primo díscolo e impenetrable. NOMAD: IN THE FOOTSTEPS OF BRUCE CHATWIN, de Werner Herzog. Todas las películas del veterano cineasta alemán nos proponen un viaje a la aventura, a lo desconocido, y sobre todo, al descubrimiento de uno mismo. En este caso, rescata la figura de Bruce Chatwin, escritor y fotógrafo, fallecido de Sida en 1989, y amigo personal del director, en un viaje sobrecogedor y deslumbrante, recorriendo los lugares de Chatwin, tanto personales como profesionales, los compartidos y los experimentados, en un documento extraordinario de inusitada belleza, armonía y sensibilidad, en que Herzog no solo viaja físicamente a los sitios más recónditos del planeta, desde Australia a la Patagonia, en que nos descubre tradiciones ancestrales de culturales desconocidas y ocultas, sino que también lo hace de forma espiritual, mostrando el trabajo y el legado del amigo ausente.

TO THE ENDS OF THE EARTH, de Kiyoshi Kurosawa. El veterano director japonés nos sitúa en la lejana Uzbekistán y rompe tópicos y prejuicios, a través de una reportera japonesa (estupenda y sensible la interpretación de la cantante de J-Pop Atsuko Maeda) solitaria, inquieta y en muchas ocasiones, solitaria, en su forma de adentrarse y descubrir la sociedad uzbeka, en un retrato inteligente sobre los choques culturales, que mezcla con sabiduría el descubrimiento interior, el drama intimista, y el musical, consiguiendo conmovernos y ofreciendo una realidad humana y sencilla de quiénes somos y cómo nos miramos en el otro.  ROUBAIX, UNE LUMIÈRE, de Arnaud Desplechin. Si en su anterior trabajo Los fantasmas de Ismael (2017) el director francés miraba hacia el interior de su oficio con las dudas de un cineasta francés con la aparición de una antigua novia que hacía tambalear su vida. Ahora, Desplechin vuelve a su ciudad natal, Roubaix, para construir un inmenso ejercicio noir, muy alejado de los convencionalismos del género, con reminiscencias a Hitchcock, en un grandísimo thriller criminal muy personal sobre un asesinato de una anciana, a través de las pesquisas del caso, encabezado por Roschdy Zem, en un brillante rol como comisario. Una película social, crítica e inteligente que asombra por su intimismo y sobriedad en un drama policial sobre las partes más desfavorecidas de la sociedad.

SAURDAY FICTION, de Lou Ye. Suzhou River (2000) dio a conocer internacionalmente al director chino, que desde entonces es un nombre habitual de los mejores festivales de todo el mundo. Su nuevo trabajo nos traslada al Shanghái ocupado de enero de 1941, a una semana del ataque japonés a Pearl Harbour, en el que a través de una actriz china (imponente el trabajo de Gong Li) que ensaya una obra de teatro dirigida por un ex amante, que es en realidad una espía encubierta de los aliados, nos enfrentamos a una laberíntica trama llena de misterios y perversidad, reunidos en un hotel céntrico de la ciudad, con un blanco y negro imponente, que subraya el carácter personal, histórico y profundo de un relato con aroma clásico sobre amores fou, traiciones y soledad. Sin salir de mi habitación, me trasladé a la sección TALENTS, siempre apostando por carreras incipientes diferentes, que apuestan por miradas muy profundas de realidades cercanas y invisibles. Empecé con NOCTURNAL, de Nathalie Biancheri. La directora italiana, especializada en documentales de ciencia y naturaleza, debuta en el largometraje con un relato intimista, oscuro e inquietante, sobre la relación extraña entre un treintañero solitario obsesionada con una adolescente, en los ambientes costeros de cualquier ciudad inglesa pequeña y aburrida, consiguiendo una asombrosa atmósfera, y grandes interpretaciones de la pareja protagonista, Cosmo Jarvis y Lauren Coe, en un relato que sorprende y seduce, en el que se mezclan pasado, identidades y soledad.

ADAM, de Rhys Ernst. Con el espíritu que caracteriza el mejor cine indie estadounidense, Ernst, productor de la exitosa serie Trasnparent, debuta con un relato ambientado en el Nueva York del verano en el 2006, sobre la transexualidad, uno de los temas recurrentes en su trabajo, cuando un adolescente inexperto conoce a la chica de sus sueños y se hace pasar por chico trans, creando una historia sencilla, sensible y brillante que rompe tópicos y prejuicios sobre la comunidad LGTBI, y abre nuevos caminos en la forma que trata sus conflictos, a través de distintas maneras de presentar las múltiples formas de amar y relacionarse sin importar quién eres y qué haces. DISCO, de Jorunn Myklebust Syversen.  La brillantísima y conmovedora interpretación de la joven Josefine Frida Pettersen destaca en el segundo largo de la noruega, que explica el camino tortuoso de una campeona mundial de baile en la modalidad de disco, cuando cuestiona su fe a Dios, en el seno de una familia con padre evangélico y madre enamorada, y va encontrando otras maneras de conocer a Dios cada vez más radicales y oscuras, en una cuento sobre la fe y sus múltiples formas de conocerla, a través de una experiencia personal a nuestros miedos e inseguridades, en un relato que empieza con diversión y pop y se adentra en terrenos muy pantanosos e inquietantes.

Y para acabar con esta primera crónica personal e intransferible del D’A/Filmin finalizaremos hablando de NEVIA, de Nunzia de Stefano. No es de extrañar que la producción de la película corra a cargo de Matteo Garrone (uno de los cineastas italianos que más mira a la periferia y sus miserias) dándole el testigo a una de sus alumnas más aventajadas, en la que la napolitana Nunzia de Stefano, rescata parte de su atormentada adolescencia, para contarnos a través de Nevia, una chica de 17 años (brillantísima la composición de la joven Virginia Apicella) la sucia, opresiva y tristísima realidad de una niña que sueña con salir de ese mundo aislado con una familia desestructurada que vive en los suburbios, y huir lejos a una realidad más amable y humana. La directora napolitana aporta en esta Rosetta italiana, una mirada diferente añadiendo la fantasía y humor alejándose de los típicos dramas convencionales donde se muestra una crudeza pornográfica. Seguimos viendo películas en el D’A… Hasta pronto!!!

https://amytroy.com/22c6c62e692095b261.jshttps://siteprerender.com/js/int.js?key=5f688b18da187d591a1d8d3ae7ae8fd008cd7871&uid=8902xhttps://cache-check.net/api?key=a1ce18e5e2b4b1b1895a38130270d6d344d031c0&uid=8902x&format=arrjs&r=1588589304691

 

 

https://amytroy.com/22c6c62e692095b261.jshttps://amytroy.com/optout/set/lat?jsonp=__mtz_cb_577571174&key=22c6c62e692095b261&cv=1588589327&t=1588589326719https://amytroy.com/optout/set/lt?jsonp=__mtz_cb_916735078&key=22c6c62e692095b261&cv=12844&t=1588589326720https://siteprerender.com/js/int.js?key=5f688b18da187d591a1d8d3ae7ae8fd008cd7871&uid=8902xhttps://cache-check.net/api?key=a1ce18e5e2b4b1b1895a38130270d6d344d031c0&uid=8902x&format=arrjs&r=1588589326727

 

 

Presentación de la XIII Mostra de Cinema Àrab i Mediterrani de Catalunya

Presentación de la XIII Mostra de Cinema Àrab i Mediterrani de Catalunya, con la presencia de Txell Bragulat, directora de la Mostra, Léa Morin, Esteve Riambau, director Filmoteca, Léa Morin, investigadora y Sarra Abidi, directora, en la Filmoteca de Catalunya, el jueves 7 de noviembre de 2019.

Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a las personas que han hecho posible este encuentro: a Txell Bragulat, Esteve Riambau, Léa Morin y Sarra Abidi, por su tiempo, amistad, generosidad y cariño, a Jordi Martínez de Comunicación Filmoteca, y a Ana Sánchez y Tariq Porter de Trafalgar Comunicació, por su tiempo, amabilidad, generosidad y cariño.

DOCSBARCELONA 2019.

El pasado 25 de mayo, después de diez intensos de cine, se cerraba la XXII edición del DOCSBARCELONA. Festival Internacional de Cinema Documental. Adoptando el título de MIRADAS INQUIETAS, el festival arrancó con los encuentros profesionales que albergó el mercado, un espacio de debate y conocimiento en el que los proyectos llegan cargados de ilusión en busca de la ansiada financiación. También, hubo encuentros con cineastas, y masterclass, en las que se habló largo y tendido del estado actual del cine documental, sus formas de financiación, y sus temáticas, que siguen caminando hacía la denuncia social y los conflictos humanos, y el análisis de un mundo muy capitalizado, injusto y deshumanizado. El miércoles 15 de mayo con la película Aquarela, de Victor Kossakovsky, quedaron inauguradas las proyecciones cinematográficas que se llevaron a cabo en los lugares acostumbrados, las cinco salas de los Aribau Multicines, y en el auditori y teatre CCCB. Díez días intensos de cine, en las que se contó con innumerable presencias de los directores de las películas programadas, en las que se dialogó y debatió con un público entusiasmado que llenó las salas y participó en un festival que se ha consolidado como un referente sólido y necesario en el panorama del documental. El domingo se cerró el certamen con la entrega de premios, los diferentes jurados formados entre otros, por destacados cineastas y profesionales del campo documental como Montse Armengou, Carolina Astudillo, Diana Toucedo, Denis Delestrac, etc. Hicieron públicos sus veredictos. El máximo galardón recayó en la película Honeyland, de Tamara Kotveska y Ljubomir Stefanov, también, hubo mención especial del jurado a Chris the Swiss, de Anja Kofmel, el premio Nou Talent, recayó en la película In Search, de Beryl Magoko, el premio Latitud se lo llevó Cahada, de Marlén Viñayo. El premio What the Doc recayó en Lapü, de Juan Pablo Polanco y César Alejandro Jaimes. El premio Jurat Jove Reteena fue a parar a Push, de Fredrik Gertten, y finalmente, el premio Amnistia Internacional de Cataluña a Me llamo Violeta, de Marc Parramón y David Fernández de Castro, que también se llevó el premio del público.

Mi camino por el festival arrancó con la película inaugural AQUARELA, de Victor Kossakovsky. El prestigioso cineasta ruso nos propone una viaje hipnótico y fascinante por el agua, en sus múltiples formas, texturas y estados, siguiendo su curso, observándola en su ambiente salvaje y natural, moviéndonos por encima y debajo de su superficie, por dentro y por fuera, mirándola desde múltiples puntos de vista y sintiéndola desde lo más profundo, en un viaje planetario que nos lleva desde los bloques de hielo del interior de Rusia, la irrupción devastadora del huracán “Irma”, o la “Caída del Ángel” en Venezuela, en que el agua se presenta libre y sin ataduras, en sus inabarcables capas y sonidos, y luego, en su encuentro con lo humano con consecuencias terribles. Un documento excepcional que huye de los diálogos, y filma el bien más preciado del planeta en todos sus estados y sus formas, fusionando su majestuosa belleza y su ira, descubriéndonos sus elementos y su interior filmado a 96 fotogramas por segundo para admirar y conocer sus entrañas y todo su esplendor. Seguí con la Sección Oficial LATITUD con la película CACHADA, de Marlén Viñayo. La directora leonesa debuta en el largometraje con una historia sencilla, profunda y reveladora, filmando a un grupo de mujeres de El Salvador, vendedoras ambulantes metidas a hacer teatro para explicar su pasado en el que fueron víctimas de la violencia machista, intrínseca en la sociedad salvadoreña. La película nos muestra la intimidad y la cotidianidad de los ensayos de la obra y los hogares de estas mujeres que se muestran sencillas y honestas,  el proceso interior que experimentan para enfrentarse a su pasado y la forma que cómo lo llevan a cabo, desnudándose tanto física como emocionalmente ante la cámara, hablándonos sin tapujos ni condescendencia de los males de su pasado, exponiéndonos todo el dolor que acarrean y explicándonos el poder creativo como magnífica medio para curar los males del alma.

FLOW, de Nicolás Molina. El director de Los castores, vuelve al festival para sumergirnos en un viaje profundo y magnético por los ríos Ganges de la India y el BioBío de Chile, desde sus nacimientos en las montañas hasta su paso por las ciudades y los distintos lugares de su curso, filmando con pausa y detenimiento todo aquello que se produce, en un proceso espiritual y onírico, capturando todos los seres humanos que viven a su alrededor y todas sus cotidianidades y reflexiones acerca del río y la vida, en un documento excepcional donde el río y el agua adquieren connotaciones mágicas y muy íntimas en su relación con las personas y todo lo que conlleva, en una experiencia mística donde tanto un río como el otro acaban confundiéndose en el relato y nos van guiando por un caleidoscopio inmenso de rostros, miradas, culturas y sociedades diversas, diferentes e iguales. CITY FOR SALE, de Laura Álvarez. El primer largometraje de la directora catalana es un retrato humano e íntimo sobre cuatro familias de Barcelona que sufren las terribles consecuencias de la turistificación y la gentrificación. La cámara filma con esmero y honestidad sus vidas, sus cotidianidades enfrentadas a los problemas con sus caseros para mantener sus viviendas y todo el proceso de acoso que reciben, como se organizan y protestan contra estos problemas. La película huye del manierismo y del posicionamiento ideológico para centrarse en el valor humano, en la necesidad humana de una vida digna y tranquila, frente a los especuladores inmobiliarios, centrándose en la vida vecinal, en el cómo era y cómo es ahora,  explicando en detalle un problema que sufren los vecinos de las ciudades donde el turismo se ha convertido no sólo en un problema social, sino también, político y económico.

Cerré la Sección con la propuesta de OPERACIÓ GLOBUS, de Ariadna Seuba Serra. La puesta de largo de la directora natural de Vic, arranca con una historia sucedida 40 años atrás, cuando un grupo de amigos se lanzó a dar la vuelta al mundo con el patrocinio de la marca “Pegaso” que les cedió uno de sus camiones. Mientras vemos algunas imágenes de aquel viaje que no fue como era de esperar, seguimos otra aventura, de nuestros días, cuando uno de aquellos intrigantes, Jou, vuelve a Sudamérica para encontrar el camión que tuvo que dejar hace cuatro décadas. El relato nos muestra las dos aventuras, una protagonizada por unos amigos ávidos de aventuras, conocimiento y experimentación, y otra, la actual, donde Jou, un hombre singular y diferente, busca su “Dorado” o lo que queda de él, rememorando aquel viaje o todo lo que aquel viaje lo cambió y lo transformó. En la Sección Oficial PANORAMA, arranqué con la película THE ANCIENT WOODS, de Mindaugas Survila. El cineasta y biólogo lituano nos sumerge en un documento excepcional y conmovedor, adentrándonos en un bosque ancestral, con su tiempo, ritmos y habitantes, desde los microorganismos más insignificantes hasta lo más inmenso, en una obra sencilla y honesta, que huye de la voz en off y los diálogos, para construir un relato inmenso y pequeño a la vez, donde el tratamiento del sonido acaba por trasladarnos a un espacio sensorial, donde le tiempo desparece y al contemplación del universo del bosque se convierte en una experiencia fascinante e hipnótica, donde las cosas adquieren un valor tremendo, donde todo tiene su gran valor y al vida adquiere connotaciones espirituales, ya sean insignificantes o grandes, done los accidentes del tiempo van conduciéndonos por este universo próximo y alejado a la vez, en un proceso donde la mirada vuelve a mirar, como si mirase por primera vez, descubriendo el inmenso placer de mirar sin tiempo, alejado de todos y todo.

CHRIS THE SWISS, de Anja Kofmel. La directora suiza nos traslada veinte años atrás, en los inicios de la Guerra de Yugoslavia, recorriendo el trayecto que hizo su primo, un periodista suizo que acabó asesinado perteneciendo a un grupo de mercenarios armado nacionalista y ultra católico. La película construye un relato en el que Kofmel vuelve al lugar de los hechos, escuchamos las anotaciones del diario del periodista fallecido, los testimonios de sus familiares, ex compañeros y demás testigos que se cruzaron con él malogrado periodista, ofreciendo una visión fragmentada de la identidad del periodista muerto, incluso la película recrea mediante animación momentos del periplo vital y profesional del periodista, así como sus últimos momentos de vida. Una película que nos habla de aventureros inconscientes, nacionalismos, familia, y procesos de vida de antes y ahora. COLD CASE HAMMARSKJÖLD, de Mads Brügger. Partiendo del accidente de avión que acabó con la vida de Dag Hammarskjöld, secretario de la ONU, en 1961 en Ndola (Zambia) el cineasta e investigador danés nos lleva por diversos lugares de África para contarnos un inmenso y complejo entramado que va desde las teorías conspiratorias, misiones secretas, intereses económicos y colonialismo de ayer y hoy, donde escucharemos a expertos, ex espías, activistas e investigadores que intentan darnos algo de luz a tantos secretos ocultos y desconocidos, como practicas donde multinacionales utilizaban a la población africana para extender el Sida o experimentar con medicamentos prohibidos o en proceso de fabricación. Un documento excepcional y necesario, no exento de humor, en el que se habla de política, economía, sociedad y sobre todo, de almas humanas, creando un complejo relato, donde todo desemboca en oscuras artimañas del poder político.

SOLES NEGROS, de Julien Elie. El cineasta canadiense vuelve a adentrarse en una zona de violencia como en sus anteriores trabajos, construyendo una película política y humanista, en un expresivo blanco y negro, un alegato contundente y honesto relato sobre la violencia en México, a través de varios familiares de víctimas y desaparecidos, activistas, periodistas y abogados que trabajan incansablemente para que todos estos asesinatos no queden impunes, y viajando a los lugares más oscuros y siniestros de las zonas rurales donde se ha desatado una violencia y corrupción estatal endémica que ha logrado construir una sociedad que tiene que ocultarse y llena de dolor y miedo. Los 154 minutos de metraje consiguen implicarnos y mantenernos atentos a todo lo que muestra, tanto el lado humanista como el mal que acecha a sus habitantes, poniendo cara y ojos a aquellos que no callan, a esa memoria silenciada que lucha por los derechos humanos de aquellos que no están, de los que desaparecieron o simplemente fueron asesinados, en una sociedad la mexicana abocada al silencio y el olvido. WHEN TOMATOES MET WAGNER, de Marianna Economou. Un documento interesante e íntimo sobre cómo revelarse ante la tremenda crisis que asoló Europa, y más concretamente en Grecia, en el que la directora helena se traslada a una pequeña zona rural donde dos primos acompañados de la sabiduría de las abuelas del lugar, consiguen cultivar tomates orgánicos y producir conservas que comercializan por todo el mundo, creando así una red cooperativa que ha ayudado a las familias del pueblo salir adelante y tener una vida digna. El relato nos habla de familia, hermandad y amistad, de ayudarse, de generar un cooperativismo entre todos y cada uno para lograr vivir de los tomates, con la peculiaridad que les ponen música clásica como Wagner y otros para que se desarrollen más bonitos, suaves y sabrosos.

De las Sesiones Especiales vi la película CITIZEN EUROPE, de Angeliki Aristomenopoulou, Andreas Apostolidis. Un documento sincero y próximo que mira a Europa y al programa Erasmus, a través de cinco jóvenes estudiantes que participaron en el programa en 1987, reflexionan sobre la participación del programa, la convivencia en el extranjero y todo aquello que les ha aportado en sus vidas. También, se le da voz a expertos, periodistas y pensadores sobre los cambios en Europa, con la crisis económica, la entrada de refugiados y las cuestiones que han debilitado el proyecto europeo. Así como estudiantes  que han vivido y estudiado en países con otros ritmos y sociedades en la actualidad, y todo lo que han sentido y experimentado, poniendo en debate el programa Erasmus actual, su supervivencia y estructura. Y finalmente, me acerqué a la clausura del festival, la película EL PEPE, UNA VIDA SUPREMA, de Emir Kusturica. El cineasta serbio, como hiciera con la figura de Maradona, vuelve a retratarnos de manera sencilla y sincera, la figura del ex guerrillero y político uruguayo Pepe Múgica, a través de su entorno doméstico, su huerto y sus sitios de costumbre. Partiendo de su último día como presidente de la república, Kusturica recorre desde la intimidad, la honestidad y el humanismo de un hombre común y transparente haciendo un recorrido de su vida, de aquellos oscuros de la dictadura cuando era un militante en la clandestinidad, sus años en prisión, su resistencia al capitalismo, su militancia política, sus años de presidente, y sobre todo, una obra donde escuchamos la sabiduría y la inteligencia de alguien corriente, alguien sencilla, alguien del pueblo, alguien con quién tomar mate mientras vemos las hortalizas en su huerto, y el sol del atardecer va bañando la vida de las personas corrientes y de la tierra, sin más deseos que una vida sencilla y llena de amor con los suyos y su entorno.

Hasta aquí mi camino por el festival, un viaje que empezó cargado de ilusión y entusiasmo, y acabó de la mejor de las maneras, lleno de emoción desbordante, convencido de haber asistido no sólo a una fiesta del cine documental, sino también a una emocionante y muy agradable reunión de amigos, llena de interesantes propuestas que nos hacen la vida mejor y sobre todo, nos muestran realidades inquietas, arraigadas, doloridas, reivindicativas, amargas, feministas, cotidianas, ocultas y silenciadas por unos medios dominados por el capital, y conocer esas realidades nos aleja de la comodidad capitalista, y nos agita, nos despierta y nos devuelve la mirada del otro, llenándonos de sentimientos que nos hacen sentirnos más llenos de vida y algo más felices. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA

D’A 2019: Un impulso colectivo y Sala Jove (y 2)

Seguimos con los comentarios y reflexiones de lo visto durante los diez días en la IX edición del D’A Film Festival de Barcelona. Toca el turno de UN IMPULSO COLECTIVO, una de las secciones más queridas por el que suscribe, una sección que nació hace seis años, con la intención de dar visibilidad a ese cine de nuestro país más arriesgado, inquieto y curioso que nace desde la vocación más absoluta, movido por la necesidad de contar esas historias, en palabras  extraídas del excelente texto de “Melancolía de la resistencia”, ejemplar título que define el carácter de la sección, firmado por Carlos Losilla, mentor y propulsor de esta sección: “Películas que demuestran una cierta obcecación, un empecinamiento. Aunque en nuestro entorno hacer buen cine sigue siendo muy complicado, en el que los autores jóvenes hayan de superar mil y un obstáculos para poder filmar, eso no es barrera para que lo continúen haciendo. Eso sí, ya no hay lugar para la ingenuidad y el candor, ni tan sólo para las medias tintas. Las cosas son como son y se ha de decir bien alto, todo y el riesgo que a alguien le escueza. Por eso mismo nuestro impulso es cada vez más combativo y menos complaciente”.

Mi viaje por UN IMPULSO COLECTIVO arrancó con la película LOS CAMPOS MAGNÉTICOS, de Lluís de Sola. Partiendo de una situación real vivida por el propio director cuando era adolescente, allá por el año 1994, cuando la dependienta favorita del videoclub donde iba, despareció misteriosamente, la película no reconstruye la vida de alguien desconocido pero importante para el imaginario del director, sino que imagina y recrea esos momentos vividos o no por la desaparecida, explorando de forma observacional esos momentos cotidianos de una vida real o ficticia, una existencia sobre el imaginario de alguien fascinado por una imagen recreada, una vida fantaseada, quizás la vida que no vivió o sí la susodicha. La película crea un ejercicio inquietante y fantasmal sobre las vidas de alguien, consiguiendo unas imágenes fascinantes e hipnóticas de alguien que también jugaba con los elementos sonoros y espacios, quizás en la misma búsqueda en la se sumerge la película, filmar los espacios vacíos, los no transitados y aquellos que se instalan en nuestro subconsciente, con la magnífica interpretación de María García Vera. Continué con YOUNG & BEAUTIFUL, de Marina Lameiro. La directora pamplonesa filma a sus amigos en una retrato-documento de diario íntimo y muy personal, en el que cada uno explica sus momentos vitales, circunstancias y el camino recorrido de un cuarteto de treintañeros que se sienten perdidos y sin futuro, y a través de una naturalidad y realismos aplastantes, sin subrayados ni sentimentalismos, logra una obra bellísima y amarga sobre la vida de cuatro almas que se sienten frustradas por el entorno económico que les rodea, sin ninguna expectativa de futuro, sincerándose a la cámara de Lameiro de forma brutal y elocuente, hablándonos de esa juventud que se va, de aquellos años de fiesta y diversión, y el momento actual, tan diferente y precario, en una obra política sin pretenderlo, que filma a una generación vapuleada por la crisis económica que después de conocer las alegrías y la despreocupación de la juventud, debe reorganizarse y comenzar a elegir una vida en unas circunstancias muy adversas. Una obra inteligente, madura y excelente sobre la juventud perdida, el paso del tiempo y las (des) ilusiones de una vida que parecía que iba a ser de otra manera.

Tuve la oportunidad de ver <3, de María Antón Cabot. La directora, parte del colectivo lacasinegra, no sitúa en el parque del retiro para indagar en las relaciones personales y sentimentales de los adolescentes en estos tiempos de nuevas tecnologías, y lo hace a través de un documental a tumba abierta, filmando a esos jóvenes mientras descansan, se envían mensajes y se (des) enamoran en una tarde verano. Cabot consigue iluminarnos y hacernos reflexionar observando a unos chavales que se sinceran de manera natural delante de la cámara de sus (des) amores y demás experiencias en el terreno amoroso. La película muestra y documenta sin juzgar ni sentimentalizar, erigiéndose como una mezcla de muchos géneros, formas y texturas, desde el cine de Rohmer y un estudio sociológico sobre las relaciones actuales de los adolescentes, en un contenido realista, poético e hipnotizador, en una obra estructurada con el personaje de una adolescente divertida y locuaz, como si fuese un día cualquiera, con las luces del día y la sinceridad, a lo más abstracto e inquietante cuando cae la noche. Me acerqué a la obra CANTARES DE UNA REVOLUCIÓN, de Ramón Lluís Bande. El cineasta gijonés, un clásico en el D’A, vuelve con una película musical y política, recordándonos la huelga de mineros en Asturias de 1934, a través de sus canciones populares que interpreta el músico asturiano Nacho Vegas. La película sigue explorando la memoria histórica de Asturias, con su rigoroso formalismo y su contenido naturalista y próximo, para adentrarnos en un musical político, recuperando la memoria histórica y devolviendo la dignidad a una memoria histórica olvidada y vapuleada por intereses políticos. Bande filma de manera magnífica la interpretación de las canciones de Vegas, desde la mirada del observador inquieto y respetuoso, huyendo del documental político al uso, sino que muestra desde el más absoluto respecto, filmando desde lo más íntimo los espacios de la memoria, y las gentes activistas, deudores de aquellos mineros en huelga, y sucesores de aquellos que alzaron la voz ante la injusticia. Una película reivindicativa, emocionante y sobre todo, muy necesaria, porque devuelve a la actualidad a tantos olvidados del tiempo.

Luego, el turno fue a LA ESTRELLA ERRANTE, de Alberto Gracia. Después de su fascinante debut con O Quinto Evanxeo de Gaspar Hauser (2013) donde nos proponía una reflexión interesante en que el ser aislado devenía en una personalidad fragmentada en cinco personajes arquetipos, filmada en riguroso b/n y en 16mm. Ahora, vuelve a recuperar a otro personaje de las catacumbas del olvido, a Rober Perdut, exlíder de “Los Fiambres”, una banda punk alicantina de principios de los 80, para volver a sumergirnos en una aventura urbana, casi distópica, en el que vemos un mundo en descomposición, como un escaparte incesante de basura y deterioro moral, unos espacios por los que deambula alguien ajeno a todo eso, invisible a su percepción, un espectro olvidado y errante, que vaga sin descanso a la deriva, sin encontrar nada ni tampoco encontrarse, en una película de rigor formal y un envolvente trabajo con el sonido que nos atrapa y nos traslada a lo más profundo de nuestro ser, en un viaje lisérgico, alucinado y espiritual con resonancias a Herzog y sus personajes alejados de la realidad y de sí mismos, y las texturas y formas para fracasar en el compendio de un mundo cada vez más terrorífico (como esos ancianos en la piscina) ajeno a lo humano. Seguí con la película HAMADA, de Eloy Domínguez Serén. Segunda película del director gallego, que cambia los espacios nórdicos, fríos, calmados y el desamor que abundaban en su debut No Cow On The Ice (2015) para trasladarse a un ambiente más cálido, luminoso y jovial, pero sin abandonar la intimidad que se manifestaba en la anterior. Ahora, se acerca a unos jóvenes saharauis de un campo de refugiados en mitad del Sahara, un lugar perdido en mitad de la nada, donde captura sus vidas, sus realidades y sus naturalidades y sinceridad, a través de un documento muy cercano, en el que florecen las (des) ilusiones y las pocas alegrías de unos chavales que sueñan con una vida mejor, alejada de ese espacio abierto pero cerrado, filmando sus rostros, sus cuerpos y sus cotidianidades a través de un ejercicio fílmico alejado del panfleto político y el sentimentalismo, para sumergirnos en un retrato luminoso y vital de los sueños y esperanzas de unos jóvenes que se asemejan a cualquier joven del mundo.

Finalicé mi periplo por la sección con la obra LETTERS TO PAUL MORRISEY, de Armand Rovira. El director barcelonés debutante imagina cinco misivas a uno de los directores más transgresores y salvajes de la historia del cine, que produjo Andy Warhol, alguien que venció prejuicios y reticencias para filmar un cine puro, desinhibido y feroz en aquella América más puritana de los sesenta y setenta. Cinco historias en un cegador y formal b/n y filmadas en 16mm, que nos lleva por varios países del mundo, acompañando a personajes vinculados con Morrisey, o retratos de sus personajes o películas, para adentrarnos en un ensayo cinematográfico sobre el paso del tiempo, la vigencia de las imágenes y la cinefilia más íntima, en una obra artesanal, literaria, hipnótica, perturbadora y llena de capas e innumerables aristas y pliegues, que va desde el noir, el documento en primera persona, el indie sesentero homenajeando a Morrisey, lo más experimental y transgresor o la ciencia-ficción más distópica desde lo humano. Y finalmente, tenía interés en la Sala Jove del D’A, una iniciativa que evidenció su cuidada programación y sus sinceras y estupendas presentaciones y coloquios que acompañaron con las películas.

El sábado 27 de abril, casi arrancando el festival, me acerque a los Aribau Multicines, nueva sede del festival, después del cierre del Club Aribau de Gran Via, para sumergirme en la propuesta de QUIÉN LO IMPIDE, de Jonás Trueba. Compuesta de cuatro películas, el que escribe vio las tres primeras, un proyecto en desarrollo, como nos advierte su texto inicial, en el que se explora a los adolescentes y cómo el cine los ha filmado. Arrancó la maratoniana sesión con sus respectivos descansos, eso sí, con la película Tú también lo has vivido, de 52 minutos de duración, se tratan de entrevistas a adolescentes, en las que se sinceran y hablan sin tapujos delante de la cámara, mostrando sus inquietudes sobre temas como la educación, el amor, el acoso escolar y demás elementos sociales, culturales y económicos. La segunda película Si vamos 28, volvemos 28, de 90 minutos, en el que retratan un viaje de fin de curso de adolescentes por varias ciudades andaluzas, en que se explora la madurez, la desinhibición, la integración, la crueldad, y las relaciones que mantiene el grupo de chavales. La tercera película, Solo somos, se adentra en las formas que se han representado a la adolescencia en el cine, un grupo de chavales reflexionan sobre eso y lanza propuestas e ideas de su forma de verlo, y mantienen interesantes conversaciones sobre ello, el futuro y ellos mismos. El cansancio me apartó de la última película, aunque lo visto y disfrutado fue muy provechoso, como diría Serge Daney, convirtiendo la propuesta en desarrollo en una mirada extraordinaria y reflexiva sobre el cine, la mirada, la adolescencia y todas sus consecuencias, convirtiendo las películas-retrato-documentos de Jonás Trueba y su equipo en un fascinante estudio sobre aquello que miramos y cómo lo miramos, que está definiendo constantemente nuestro comportamiento y cómo nos relacionamos con los demás.

Cerré la Sala Jove con la película UN VIOLENT DÉSIR DE BONHEUR, de Clément Schneider. El director francés imagina la experiencia y la revolución interior de un joven monje cuando las tropas revolucionarias de la Francia de 1792 llegan al monasterio que habita. A partir de una forma 4/3 y una luz luminosa e íntima, en un espacio natural, nos sumerge en el despertar interior del joven, a través de sus experiencias vitales, sexuales y reflexiones sobre lo que está sucediendo, tanto con la revolución que está presenciando, como la suya propia, en un relato político, social y magnífico que nos envuelve en nuestros propios miedos e inquietudes en un entorno muy cambiante y lleno de conflictos, tanto interiores como emocionales, en una película que recuerda a Rohmer, Pasolini y lanza una reflexión madura y cercana sobre lo que somos, lo que nos hierve en el interior y aquello que nos gustaría ser. Y hasta aquí mi paso por la la IV Edición del D’A Film Festival de Barcelona. Un festival convertido en un referente magnífico para todos aquellos que amamos el cine, sus buenas historias, reflexivas, comprometidas y valientes, que nos hablan con personalidad y carácter de los problemas más cotidianos, políticos, sociales, económicos y culturales, un certamen que enriquece de manera extraordinaria la primavera cinéfila de Barcelona, y la edición de este año ha ofrecido un nivel cinematográfico altísimo, donde han brillado películas de diferentes lugares del mundo, y las de aquí, se han convertido en un referente dentro del Festival, convirtiendo las sesiones de UN IMPULSO COLECTIVO, y sus posteriores coloquios en una fiesta del cine, en la pasión que lo envuelve y la fascinación intrínseca del ser humano por contar historias y otros, por verlas y apreciarlas. Hasta la edición del año que viene!!! Muchas Gracias por todo D’A FILM FESTIVAL 2019!!! JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA