Encuentro con Pau Subirós

Presentación del libro “El Productor accidental”, de Pau Subirós, donde dialoga con el periodista Emili Manzano. El encuentro tuvo lugar el lunes 23 de marzo de 2015, en la Librería Documenta de Barcelona.

Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a las personas que han hecho posible este encuentro: a Pau Subirós y Neus Ballús, por su tiempo y generosidad, al responsable de la Librería Documenta, por su recibimiento y acogida, y a la Editorial Anagrama, por apostar por el libro y publicarlo. A todos ellos, Gracias por organizar este encuentro tan especial.

Calabria, de Francesco Munzi

locandina-anime-nereLA HERENCIA DE LA VIOLENCIA

La tercera obra del realizador Francesco Munzi (Roma, 1969), se centra en la “Ndrangheta” (término calabrés proveniente del griego y que significa “coraje” y “bondad”). Se trata de una organización criminal italiana cuya radio de acción se desarrolla en la zona de Calabria. Quizás no es tan conocida como las otras actividades delictivas, la Camorra o la Cosa Nostra, pero se ha convertido en el elemento criminal más poderoso de Italia desde los años 90. La trama penetra en la familia Carbone y sus tres hermanos. El mayor, Luciano, es pastor, como lo era su padre, que fue asesinado por una familia rival del pueblo, lugar donde vive alejado de los tejemanejes de tráfico de drogas de los otros dos, Luigi, “il capo”, impulsivo y frío, y Rocco, el “cuello blanco” de la organización. El cuarto en discordia, es Leo, hijo de Luciano, que a diferencia del padre, se siente fuertemente atraído por la vida criminal de sus tíos. El conflicto estallará cuando Leo ataca un bar de una familia rival, hecho que abrirá la veda de la rivalidad entre clanes. Entonces, los tres hermanos se reunirán en el pueblo para encontrar una solución.

Basada en la novela Anime Nere, de Gioacchino Criaco, el relato se vertebra entre dos mundos, el de Luciano, la vida tranquila del pastoreo en un pueblo montañés, y en olvidar el asesinato de su padre, postura que le enfrenta a sus dos hermanos, que continúan la tradición familiar dedicándose a asuntos turbios y oscuros. Entre ellos, a modo de puente, está Leo, el joven curioso y descerebrado que admira la figura de su tío Luigi, al que considera su modelo a seguir. Una historia compleja y realista (la enorme labor respetando los dialectos calabreses y mezclando actores profesionales con habitantes de Africo). Film de gran crudeza,  y fuertes contrastes, el norte moderno, sofisticado y corrupto, y el sur, primitivo y atávico. Munzi posa su cámara tranquila y observadora, deteniéndose en lugares sin alma, sin vida, donde la violencia latente respira en cada lugar, a la espera que alguien abra el fuego. Una amistad aparente y tensa entre las familias,  donde cada uno de ellos lleva el arma a mano y cargada. Unos personajes que se debaten entre la tradición y la modernidad, entre el odio y la venganza, por la muerte del padre, y el olvido, y el perdón por el que aboga Luciano. Munzi tiñe su película de oscuridad y sombras, haciendo gala de una sobriedad de altura, donde retrata a unas personas engullidas por la violencia, atrapadas por una vida abocada al honor y la muerte.

El director romano no juzga a sus “almas negras”, las conduce hasta su propio dilema moral, donde cada uno deberá averiguar que parte le toca interpretar, en este túnel negro en el que respira su familia. Su retrato de la familia mafiosa no es edulcorado o simplista, sus personajes sufren la pérdida y el dolor. Si bien, es una cinta centrada en las figura masculina, el retrato que se hace de las mujeres, esas almas en la sombra, tampoco se queda en la superficie, están las que sufren en silencio, las que callan y dicen no saber, las que claman venganza, y las anuladas por sus maridos. Una aguda y reflexiva exploración sobre la mafia calabresa, que sigue de forma brillante la tradición de cine mafioso, emparentada con El Funeral (Abel Ferrara, 1996) y también, con Gomorra (Matteo Garrone, 2008), dos brillantes muestras de la familia imbuida por las tradiciones familiares envueltas por la violencia y la tragedia.

 

 

 

Masterclass de Pedro Costa

Masterclass de Pedro Costa. El encuentro tuvo lugar el Sábado 10 de Enero del 2015, en el CCCB de Barcelona, dentro del marco de la programación de Xcèntric.

Quiero expresar mi agradecimiento a las personas que ha hecho posible este encuentro: a Pedro Costa, por su tiempo y generosidad, y al equipo de Xcèntric, por organizar este encuentro tan especial.

Pasolini, de Abel Ferrara

tumblr_nc4tycl4T91qm7fcfo1_500ELEGÍA DE UN POETA

“Para ser poetas, hay que tener mucho tiempo: horas y horas de soledad son el único modo para que se forme algo, que es fuerza, abandono, vicio, libertad, para dar estilo al caos”.

Pier Paolo Pasolini

La película arranca con imágenes de la última película de Pier Paolo Pasolini, Saló o los 120 días de Sodoma, y se cierra con su cadáver, en la playa de Ostia rodeado de desconocidos, aquella mañana del 1 de noviembre de 1975. Un breve tiempo, acotado en el último día de su vida, en el que Abel Ferrara (Nueva York, 1951),  nos habla de Pasolini penetrando en su intimidad, acercándonos su figura, tanto física como emocional, pare un retrato del creador que venera y admira, de uno de los autores más reconocidos de la segunda mitad del S. XX. Se introduce en las múltiples personalidades del creador boloñés: el intelectual comprometido, el poeta sensible, el cineasta reflexivo que busca nuevas formas de representación y lenguaje, el homosexual en busca de amantes nocturnos, y el hombre que defendía la libertad individual, en un sistema opresor y castrador.

El recorrido del cineasta neoyorquino se detiene en los diversos aspectos, obsesiones y pensamientos que inundaban la mente del creador omnisciente, incómodo, y brillante. Desde la última entrevista que concedió en su vida, donde alerta al periodista Furio Colombo, sus temibles preocupaciones sobre la persecución sistemática del estado contra los poetas que se alzan, así como el peligro de desaparición del sistema democrático, y también, reivindica su postura de creador independiente, la define como un modo de hacer política. Ferrara también se posa en la cálida y tierna relación con su madre y hermana, vemos como escribe fragmentos de su novela Petróleo, come con Laura Betti (bellísima y cándida Maria de Medeiros) que viene del rodaje de Vicios privados, públicas virtudes, de Miklos Jancsó, se cita con Ninetto Davoli, lee el diario Il corriere della sera, y se preocupa ante unos asesinatos, y también imagina secuencias de su próxima película, Poro-Teo-Kolosal, donde sus protagonistas siguen un cometa que les ha de conducir hasta un paraíso imposible, entre medias, se verán inmersos en una orgía entre gays y lesbianas, y se cruzaran con todo tipo de personajes extravagantes y furibundos. Fragmentos de sus últimas horas que nos muestran al poeta cansado y sólo, inquieto sobre los acontecimientos políticos y sociales que acechan en su tiempo.

La postura y el tono empleados por Ferrara se aleja de la naturaleza de sus trabajos más celebrados como Teniente corrupto o El funeral, su acercamiento a Pasolini estaría más próximo a su película The addiction, aquella fábula moderna sobre vampiros en pena. Su relato se podría mirar como el diálogo que se establece entre dos cineastas, el maestro y el alumno que lo admira, entre la figura de Pasolini y el realizador que lo homenajea en su película. Si bien el cine de Ferrara entronca y se relaciona en algunos aspectos con el de Pasolini, en las miradas hacía la fealdad del ser humano y la sociedad, esos seres de los bajos fondos, que se mueven en la ilegalidad, o la traspasan, en la idea de un mundo apocalíptico, donde unos pocos manipulan, mutilan y asesinan a una mayoría abocada al caos y la desaparición. El andamiaje de la obra pasoliniana se estructura en dos conceptos: marxismo y cristianismo, centrada en el individuo y sus problemas, a través de lo más simple. Una obra de un humanista preocupado por su tiempo, que le conduce al mismo camino emprendido por cineastas como Renoir o Rossellini. Ferrara ha fabricado una pieza de cámara, (con una composición de Willem Dafoe como Pasolini, en estado de gracia absoluta, donde nos brinda una interpretación colosal, apoyada en unos mínimos gestos y miradas), nos devuelven a un Pasolini pausado, en un relato susurrado, de canto funerario, que se toma su tiempo, un tiempo de espectros, de sombras y sobre todo, de una sociedad envuelta en el miedo y la incertidumbre, en la que el genio de Pasolini se detuvo en analizar y reflexionar.

Rueda de prensa de “Els veïns de dalt”

Rueda de prensa con el equipo de la obra de teatro “Els veïns de dalt”, escrita y dirigida por Cesc Gay. El encuentro tuvo lugar el miércoles 18 de Marzo en el Teatre Romea de Barcelona.

Quiero expresar mi agradecimiento a las personas que ha hecho posible este encuentro: Sandra Costa de La Costa Comunicació, por su tiempo y generosidad, y al equipo del Teatre Romea, por su amabilidad y complicidad.

Entrevista a Jordi Morató

Entrevista a Jordi Morató, director de “Sobre la marxa (El inventor de la selva)”. El encuentro tuvo lugar el Martes 23 de diciembre de 2014, en Barcelona, en la Sala de Invitados de la Filmoteca de Catalunya.

Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a las personas que han hecho posible este encuentro: a Jordi Morató, por su tiempo, generosidad y sabiduría, a Pilar Garcia de Prensa de la Filmoteca y Esteve Riambau, Director de la Filmoteca, por su amabilidad y complicidad, y a un empleado de la Filmoteca, que amablemente tomó la fotografía que ilustra la publicación.

2 Otoños, 3 Inviernos, de Sébastien Betbeder

2-automnes-3-hivers-affiche-12308ARMAN Y AMÉLIE SE (DES) ENAMORAN EN PARÍS

Todas las películas que amamos tienen algún momento maravilloso, un instante fugaz que nos enamora, y con el tiempo evocaremos cada vez que las recordemos. Esta película contiene uno de esos momentos, cuando Arman herido en la ambulancia mira a Amélie, y exclama, mientras la cámara encuadra el rostro de la bella joven: “Amélie guapísima en contrapicado”.  Después de media docena de cortos y mediometrajes, el realizador, treintañero y francés, Sébastien Betbeder debuta en el largo, con una obra que habla de sí mismo, de sus amigos, de sus amores, y de las cosas que le gustan y odia. Nos sitúa en París, en el otoño de 2009 y nos conducirá hasta el invierno de 2012, deteniéndose en los meses fríos y grises de la existencia de cuatro treintañeros que se encuentran, se pierden, se enamoran, recuerdan, se caen y se levantan… La acción arranca con Arman, 33 años, que quiere cambiar de vida, empezando por el trabajo, luego salir a correr los findes por el parque. En una de esas salidas tropieza con Amélie. Hasta que una noche, de casualidad, se la vuelve a encontrar y acabarán saliendo, enamorándose y viviendo juntos. Entre esas, Arman tiene un amigo de la época que estudiaban Bellas Artes en Burdeos, que se llama Benjamin, que una noche sufre un ataque cerebral y mientras se recupera en el hospital, conoce a Katia, una joven logopeda y comienzan a salir. Arman y Amélie se enfrentan a su amor, a la convivencia, a los embates de la vida y a los problemas y conflictos que surgen en cualquier relación de pareja. Betbeder nos conduce hacía el territorio de la comedia romántica, un tono agridulce, hay momentos para todo, para reír, para llorar, para hablarnos de las vidas desorientadas y despreocupadas de estos treintañeros, para tocar el tema de la enfermedad y la muerte. Betbeder nos cuenta su película a través de dos partes, divididas en 40 capítulos, y utilizando varios formatos de imagen, que van desde el DV, el 16mm o el digital 5K, incluso la animación, diferentes texturas y formas que alimentan esa vocación vital que vertebra toda la cinta. Su dispositivo formal también llama la atención, introduciendo monólogos de los actores que mirando a cámara, nos van contando y analizando las secuencias que vamos viendo en ese momento en pantalla. La cinta está llena de múltiples citas y referencias cinéfilas: un cartel de Cuatro noches de un soñador, de Bresson, en casa de Arman; extractos de la película Le monde vivant, de Eugène Green; el análisis de Hazme reír (Funny people), de Judd Apatow; otro extracto del diálogo en el automóvil de los personajes de La salamandra, de Alain Tanner… También hay citas literarias, una irónica visión de las series estadounidenses, que acaban siendo devoradas las noches tristes y de insomnio, o citas musicales como Joy Division… Un nutrido y magnífico plantel de intérpretes acompaña a Betbeder en su aventura, con la brillante presencia de Vicent Macaigne –visto en la reciente La chica del 14 de julio, o Un verano ardiente, Philippe Garrel-. Una película que nos evoca a la Nouvelle Vague, pero no de una manera nostálgica, sino desde una perspectiva del recuerdo deudor, de una manera de hacer cine libre que hable de las personas que lo están haciendo. También nos remite a Resnais, en su entramado formalista, y a Rohmer, en su discurso argumental,  o a otros directores contemporáneos como el universo de Wes Anderson, Noah Baumbach, Jonás Trueba… Compartir una película con un amigo, un paseo nocturno en bici mientras suena una melodía maravillosa –preciosa la bso de Bertrand Betsch-, un encuentro inesperado con una antigua compañera de universidad, un fin de semana en un refugio en la nieve, o volviendo a casa en el último metro… Momentos e instantes de esta película íntima, sencilla y cinéfila que nos lleva a muchos rincones del alma humana y a los (des) encuentros de un grupo de personas que van y vienen por una ciudad llena de rincones oscuros y soleados.

Mis hijos, de Eran Riklis

557338LA PIEL DEL OTRO

El director Eran Riklis, israelí de nacimiento, con una trayectoria amplia que abarca más de tres décadas, convenció a crítica y público con Los limoneros (2008), donde contaba de forma audaz, brillante y sincera, el conflicto palestino-israelí a través de un campo de limoneros, propiedad de una viuda palestina, que se convertía en la causa de litigio con el Ministro de Defensa de Israel.  En su nueva aventura, basada en dos novelas semibiográficas del escritor palestino Sayed Kashua, vuelve a centrarse en los problemas y dificultades de convivencia de la comunidad árabe en Israel, que son 1’6 millones de personas que representan el 20% de la población. Si en aquella, el conflicto nacía a raíz de un problema banal, ahora Riklis ha explorado un tema más profundo y difícil. La acción arranca en 1982, y se prolonga durante una década, en el contexto del estadillo de la primera Intifada cuando el gobierno de Israel lanzó una ofensiva contra el Líbano. Nos encontramos en Tira (Israel), en un barrio árabe, donde una familia joven, compuesta por el padre, – que arrastra un pasado oscuro, ya que estuvo preso acusado de terrorista, hechos que le obligaron a dejar sus estudios-, que se dedica a recoger fruta, junto a la madre y la abuela, y los tres hijos, entre ellos, Eyad. Las buenas calificaciones del niño le permiten conseguir una beca para estudiar en el instituto israelí más prestigioso de la ciudad. Allí, empezará su verdadero conocimiento interior y personal, deberá enfrentarse a los insultos y menosprecio de sus compañeros, la complejidad de expresarse como uno mismo, la soledad que siente al estar alejado de su familia y su abuela, con la que mantiene un vínculo muy especial. Las dudas y miedos a los que se enfrentan Eyad y su novia israelí, Noemi, que ocultan su relación a los demás. El joven estudiante encontrará refugio en casa de un chico de su edad, Jonatan, que padece una enfermedad degenerativa, y al que acompaña como voluntario. Riklis imprime a esta fábula política y social un arranque costumbrista muy próximo al tono de comedia italiana de los 50,  con abundantes secuencias irónicas y  llenas de un humor irreverente y divertido. A medida que avanza la acción, y el protagonista se ve inmerso en el trasfondo negro y oculto que se ve obligado a llevar por ser diferente, la cinta se va envolviendo en un tono más crítico y duro, donde el humor del principio deja paso a unas situaciones más propias del melodrama más punzante y duro. Riklis se aleja de la cuadratura de buenos y malos, su mirada adopta la de observador y testigo de los hechos, sacude al espectador con temas candentes que forman parte de la triste cotidianidad en la que se ven inmersos muchas personas. Individuos que quedan en un limbo extraño, porque han crecido con otra cultura y costumbres diferentes, y ahora se ven en tierra de nadie, donde el otro, en este caso, los israelíes, los tratan como una minoría, que rechaza y expulsa de su casa. La supervivencia en un entorno totalmente hostil, provoca que Eyad se cuestione su verdadera identidad, de quién es en realidad, y las formas y caminos que tendrá que adoptar para sobrevivir en un lugar, que  pertenece por méritos propios, pero que el entorno de la mayoría al que es sometido diariamente, le llevan a plantearse su vida y  los mecanismos que tiene para sobrevivir.

Entrevista a Pere Vilà i Barceló

Entrevista a Pere Vilà i Barceló, director de “La Fossa”. El encuentro tuvo lugar el Viernes 19 de diciembre de 2014, en Barcelona, en el hall del Cine Zumzeig.

Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a las personas que han hecho posible este encuentro: a Pere Vilà i Barceló, por su tiempo, generosidad y sabiduría, y al equipo del Cine Zumzeig, por su trabajo, complicidad y lo estupendamente bien que me tratan cada vez que los visito.

Selma, de Ava DuVernay

selma_34131I HAVE A DREAM

En Lincoln (2012), Steven Spielberg centraba su mirada sobre la figura de Abraham Lincoln, reconstruyendo uno de los momentos cruciales de la historia de los EE.UU., cuando en 1865, en plena contienda de la Guerra Civil, el mandatario luchó lo indecible, ofreciendo bienes y todo tipo de recompensas a sus adversarios políticos, para que votaran a favor de la 13ª enmienda que prohibía la esclavitud, que finalmente consiguió aprobar. La realizadora afroamericana Ava DuVernay (EE.UU., 1972) en su tercer trabajo, centra su relato un siglo después, en 1965, en otro momento histórico para la comunidad afroamericana estadounidense. Cuando el pastor bautista y activista político Martin Luther King Jr. (1929-1968) emprende una protesta pacífica por los derechos civiles, con el fin que se apruebe una ley que permita a los negros votar libremente como ciudadanos de pleno derecho. La marcha del domingo 7 de marzo de 1965, que partió de Selma a Montgomery, en el estado de Alabama, que acabó con los manifestantes apaleados y alguno de ellos asesinado, por un destacado grupo de policías y una muchedumbre blanca que los esperaba para detener su marcha. La película habla de todos estos momentos históricos, centrándose en la figura del Dr. King, y sus colaboradores, las dudas y miedos de un hombre amenazado por los radicales, que padeció atentados y todo tipo de boicots para frenarle en su deseo de libertad para los suyos. Sigue el relato de los biopic reivindicativos, aunque su línea se bifurca ofreciendo propuestas y alternativas en otros términos. Película asentada sobre una mirada crítica y humana hacía todo el movimiento, los continuos debates y diferentes puntos de vista de la manera de afrontar la lucha de los diferentes grupos y asociaciones, la postura del líder negro Malcolm X, más radical e impetuosa, todos ellos bajo la inteligencia y la paciencia de un Luther King, que maneja como puede su liderazgo y la intimidad del hogar, alejado de su mujer e hijos. La película nos muestra el otro pensamiento, la postura blanca, el retrato que se hace del presidente Lyndon B. Johnson, que sustituyó al asesinado Kennedy, como un hombre atrapado entre sus propios intereses económicos blancos, y la injusticia hacía los negros. También, nos presentan la figura del gobernador del estado, el racista George Wallace, que hace los imposibles para que el movimiento se reduzca utilizando la violencia. Estamos ante una obra honesta y sincera, sencilla en su planteamiento, y formalmente clásica, de ritmo pausado, haciendo hincapié en todo aquello que resulta contradictorio y complejo. La figura de King está retratada de una forma similar a como Spielberg retrató a la de Lincoln, un hombre de su tiempo que dijo NO a la injusticia y no cesó en su idea para que su nación avanzase poblada de hombres libres que se les reconociera como seres humanos. Destacar el enorme y brillante trabajo  de David Oyelowo, componiendo un King de claroscuros que se debate entre el hombre y el activista líder que pone en pie a la gente, lo acompañan los efectivos Tom Wilkinson y Tim Roth, la mirada y humanidad que desprende el trabajo de Carmen Ejogo como mujer de King, y la presencia de Oprah Winfrey (productora de la cinta), que protagoniza uno de los momentos tristes de la película, cuando se inscribe para votar y el funcionario blanco la desprecia cruelmente. La incipiente carrera de DuVernay está rompiendo barreras, alzándose con premios o siendo nominada por primera vez en categorías que habían ignorado el trabajo de los creadores de raza negra. Su anterior trabajo, Middle of nowhere (2011) se alzó con el premio en Sundance, y con Selma, se ha convertido en la primera vez nominada a los globo de Oro, y en los Oscar, la película ha sido considerada al premio. Logros para una directora que  acomete una película interesante, difícil y didáctica sobre la reciente historia de los EE.UU., una película necesaria y desgraciadamente de rabiosa actualidad, como atestiguan los recientes hechos de Ferguson (Missouri), donde el asesinato de un joven negro por disparos de un policía blanco, provocaron un estadillo de protestas y violencia en varias poblaciones. Desde aquella marcha y protestas, donde se consiguió abolir una ley injusta y fascista, se ha caminado mucho, pero viendo estos casos, todavía queda mucho por caminar.