Entrevista a Vicky Peña, actriz de la película “Esperando a Dalí”, de David Pujol, en la terraza de Gran Torino Garage Bar en Barcelona, el jueves 13 de julio de 2023
Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a las personas que han hecho posible este encuentro: a Vicky Peña, por su tiempo, generosidad y cariño, y a Violeta Cussac de MadAvenue, por su tiempo, amabilidad, generosidad y cariño.
“En España ha habido una falta de valentía ética. Un país no puede dejar a 100.000 personas en cunetas. Es atroz. Estamos en Europa, al lado de la Merkel, y los alemanes sí han hecho los deberes… y Portugal y Chile y Argentina… ¿Dónde está el museo de la memoria?”.
Ian Gibson
Desde que Ian Gibson (Dublín, Irlanda, 1939), descubriera la poesía de Lorca a finales de los cincuenta, su vida se ha convertido en una implacable obsesión por desenterrar la historia oculta de España, y todo lo que ha tenido que ver con el citado poeta, y Buñuel y Dalí, sus dos compinches de la Residencia de Estudiantes. El hispanista irlandés les ha dedicado libros, documentales con el director británico Mike Dibb, y demás acciones y trabajos en relación a ellos, y muy especialmente, a descubrir la fosa donde se hallan los restos del poeta granadino. Toda una quimera para un hombre tozudo y paciente, en un país como España que ha olvidado su pasado más tenebroso y ha dejado en el olvido a decenas de miles de desaparecidos de la Guerra Civil y el Franquismo.
Lo que empieza como una forma de cerrar la segunda parte del libro dedicado a la vida de Buñuel, por falta de apoyos, se acaba convirtiendo en una película profundo y muy reflexiva sobre el que busca y no es otro que Ian Gibson, porque si hay una forma de retratar a alguien que rastrea el pasado. esa no es otra que verlo en acción y sobre todo, rastreando su presente y pasado. La película de Pablo Romero-Fresco, que debuta en el largometraje, después de varios cortometrajes sobre cine accesible, y su labor en Inglaterra como profesor de cine y traductor, con una película que ha sufrido una terrible odisea en su producción con ocho años de rodaje, cincuenta horas de metraje, robo del primer montaje, cambios personales del director y una pandemia, en un relato en el que acompañamos al insigne historiador y a Dibb a un viaje a Las Hurdes, como el que hizo Buñuel en 1933 para rodar Las Hurdes. Tierra sin pan, pasando también por los lugares de rodaje del mítico documental, como La Alberca y La Peña de Francia, y hablando y visitando los lugares donde casi ochenta años antes habían estado el equipo.
Una película-viaje que también pasa por Madrid, por la mítica Residencia de Estudiantes, y hablamos de Buñuel, Dalí y Lorca con el cineasta Carlos Saura y Javier Herrera, y luego por Sitges, para comentar con Romà Gubern y Paul Hammond, autores del libro “Los años rojos de Buñuel”. Personas que aportan informaciones y detalles de la vida del excelente cineasta aragonés, y finalmente, como no podía ser de otra manera en el caso de Gibson, acabamos en Granada y con Lorca, la gran obsesión del hispanista, y de recuperar los restos del poeta asesinado por el franquismo. La cinematografía de Martina Trepzcyck, que acoge con sensibilidad e intimidad una película viajera, una especie de road movie, en el que seguimos varios paseos, los de Buñuel y su mítica película, los de Gibson y su obsesión por la memoria, y finalmente, Lorca y su tumba. Destacamos el gran trabajo de montaje de Xacio Baño, cineasta gallego con una magnífica filmografía donde explora la memoria y la esencia de su tierra como en su largometraje Trote, en un estupendo ejercicio de montaje donde prima la armonía y un espacio cercano y sensible en una película breve, de solo setenta minutos de metraje, en la forma de contar y acercarnos al universo del historiador y su camino de lucha contra el olvido.
Pablo Romero Fresco Ha construido una película que también puede mirarse como el primer acercamiento al historiador Ian Gibson, en que el hispanista se abre en todos los sentidos, a pesar de su timidez y reserva, peor lo ahce a través de sus trabajos e investigaciones, en una suerte de Sherlock Holmes de la memoria, acercándose a su vida y a su universo de forma sencilla, profunda y muy reflexiva, donde descubrimos al sabio de manera humilde donde nada se subraya ni se romantiza, donde se profundiza en el ser humano, en todo lo que vemos y sobre todo, todo aquello que queda ocultado, en alguien que se ha obsesionado por Lorca y su muerte, que sigue investigando, en el oficio de detective de la memoria, en un continuo rastreo que lo ha llevado de aquí para allá, siempre en el camino, como una especie de Don Quijote, un tipo sencillo, cercano y lleno de pasión por la memoria y contra el olvido, alguien que con más de ochenta años sigue en su idea, y sobre todo, transmitiéndola a los demás, no solo con palabras, sino también con hechos, que es a la postre lo que nos define como seres humanos, todo aquello que hemos hecho, que hacemos y seguimos haciendo, todas esas huellas que los demás seguirán. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA
“A cualquiera que le interese el arte o le interese simplemente la cultura visual, le tiene que interesar la historia de Jesús, porque en ella se muestran las imágenes más bellas, conmovedoras e intensas de toda nuestra cultura visual. Sin duda, es la historia más ilustrada de la historia occidental. La ambición, el dolor, el sufrimiento, la gloria, todos los elementos de la tragedia clásica convergen en este drama increíblemente intenso”
Rachel Campbell-Johnston, historiadora y crítica de arte
Muchos de nosotros, amantes del arte y la cultura, nos hemos sentido fascinados frente a una pintura, mirándola como si no hubiese un mañana, ensimismados en sus trazos, sus figuras, sus colores, su luz, sumergidos en su contemplación, y en su interior, en la escena que representa, y no solo en ella, sino a la que la precede y también, en la que vendrá después. Una pintura explica un momento de la historia, un relato suspendido en el aire, un instante que quedará grabado para la historia y para quien la contempla.
El cineasta británico Phil Grabsky lleva toda su carrera produciendo y dirigiendo documentos sobre arte, su catálogo es impresionante y especialmente jugoso por la enorme variedad de sus trabajos que van desde grandes compositores como Mozart, Beethoven o Chopin, pintores como Manet, Vermeer, Renoir, los impresionistas europeos o americanos, Da Vinci o Picasso. Aunque, quizás le faltaba la guinda del pastel, la vida y muerte de Jesús representada en la pintura a través de la historia del arte. El relato de Grabsky arranca y se despedirá con una misa de la iglesia ortodoxa rusa, una religión muy sensible con el arte sacro, ya que sus iglesias se muestran especialmente muy recargadas de pinturas e imágenes, asistimos a su liturgia, acompañados por los cantos. Después de este intenso prólogo, la película da paso a los expertos en la materia, historiadoras/es del arte e investigadores de prestigios, empezando por Rachel Campbell-Johnston, seguido de Jennifer Sliwka y David Gariff, que nos irán iluminando con sus certeras reflexiones y estudios sobre las diversas pinturas que veremos desde Caravaggio, Raphael, Michelangelo, Leonardo, El Greco, Dalí, Rubens, Tiziano y muchos más, que nos irán contando la vida, muerte y resurrección de Jesús, dando saltos en el tiempo y viendo un recorrido brutal y fascinante por la historia del arte y sus diferentes estilos, épocas y escuelas.
Un viaje en el que nos acompañarán también, el relato en off de los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan que iremos escuchando las diversas escenas de la vida de Jesús. No solo estamos ante una película que explica como la historia del arte se ha acercado a la vida de Jesús, sino que nos sumerge en un universo fascinante, cautivador y profundo sobre la imagen como herramienta poderosa para hablar de nuestro pasado y de nosotros, como explica la historiadora e investigadora Jennifer Sliwka: “Creo que a la gente le incomoda mucho lo que no entiende. A menudo, puede que no se sienta incómoda con esas historias, ya que realmente son historias que violentan. Si el cuadro no te interpela, pasas de largo, sin más. En cambio, si dedicas un tiempo a conocer la historia bíblica, buscas respuestas en el cuadro y reflexionas como algunas obras han interpretado la historia bíblica, y la respuesta es extraordinaria en todos los sentidos. Entender la historia bíblica, nos ayuda a entender muchas cosas sobre nosotros, seamos religiosos o no”.
El cineasta británico compone un relato de 85 minutos que viaje alrededor de nuestros sentidos, mostrando con una capacidad magnetizadora las diversas pinturas que pasan frente a nosotros, en el que las diversas voces que van leyendo los evangelios nos introducen aún más si cabe en las múltiples interpretaciones que han realizado los artistas de las escenas más importantes y fundamentales no solo de la cristiandad, sino de nuestra historia occidental. Mirando, descubriendo, redescubriendo, completamente imbuidos por la fuerza de las imágenes, su contenido, su luz, sumergidos en la fascinación de todo aquello que nos explica y que interpela en nosotros, independientemente de nuestras creencias religiosas, llevados hacia el interior de la pintura, su contexto histórico, y el instante en que el artista la imaginaba y la pintaba, muchos instantes de la historia, de nuestra historia, suspendidos en una obra de arte, en una pintura que explica la vida de un ser humano convertido en la divinidad más grande de todo el mundo occidental. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA