CONSTRUIR UNA MENTIRA.
“Necesitamos la ficción para seguir viviendo, pero, cuidado, y esto es lo importante, al final solo la realidad nos puede salvar”
Javier Cercas, autor de “El impostor”, sobre la mentira de Enric Marco
La noticia saltó en abril del 2005 cuando el historiador Benito Bermejo desenmascaró a Enric Marco (1921-2022, Barcelona), presidente de la Amicale de Mauthausen, que afirmaba haber sido deportado al campo de exterminio nazi de Flossenbürg, aunque todo se precipitó un par de días antes de las conmemoraciones de Mauthausen previstas para el 8 de mayo, y desde ese día, todo el mundo supó de la mentira de Marco. Hubo un documental Ich Bin Enric Marco (2009), de Santiago Fillol y Lucas Vermal, en la que el propio Marco viajaba a los lugares donde estuvo cuando fue trabajador para el Tercer Reich, su prisión por propaganda comunista y la visita a Flossenbürg. También un par de libros, “En la piel del otro”, de Maria Barbal y el citado de Cercas donde hablaban de su impostura. Ahora nos llega la ficción, aunque el trío de cineastas guipuzcoanos que componen Aitor Arregi (Oñate, 1977), Jon Garaño (Ergobia, 1974) y José Mari Goenaga (Ordizia, 1976), iniciaron en 2006 la aventura de hacer una película sobre la mentira de Marco.

La película deja claro desde el primer momento, con la claqueta que abre el relato, que estamos ante una fabulación, es decir, una mentira que va a contar la mentira de Marco, cuando el protagonista acompañado de su mujer visitan Flossenbürg, el lugar en el nunca estuvo y el lugar desde el que se construía su mentira. A partir de ese instante, la historia se instala principalmente en el 2005 cuando toda la inventiva de Marco se vino abajo porque fue descubierta su verdad, no la que él durante años explicó a estudiantes y a todo aquel que se acercaba a escucharle, siendo reconocida su labor con distinciones oficiales. La película se sitúa en la posición de Marco, lo sigue con honestidad y cuenta su cotidianidad, haciendo algunos viajes al pasado en forma de flashback, donde conocemos su militancia comunista y los orígenes de la impostura. Resulta curioso que de los siete trabajos cinco de ellos están basados en personajes reales. El primer largometraje del trío de cineastas, a través de su productora Moriarte Produkzioak, fue Lucio (2007) que relata la vida de un anarquista en contra del sistema mercantilista, después llegaron 80 egunean (2010) y Loreak (2014), y siguieron con Handia (2017), La trinchera infinita (2019) y la serie Cristóbal Balenciaga, de este mismo año.

La película cuenta con un gran trabajo técnico arrancando con la exquisita e íntima cinematografía de Javier Agierre Erauso, que ha estado en todos los trabajos de los Moriarti, haciendo gala de su precisa textura para acercarse a la figura tan controvertida, sin embellecer ni ennegrecer nada de lo que vemos, sino siendo lo más cercano al quehacer de un hombre mentiroso. Bien acompañado por el importante trabajo de arte de MIkel Serrano, cinco largos con el trío, la música de Aránzazu Calleja, que debuta con el trío, después de haber hecho grandes trabajos para otros vascos como Borja Cobeaga, Paul Urkijo, Alauda Ruiz de Azúa y Galder Gaztelu-Urrutia, entre otros, donde el reto era mayúsculo al moverse por aguas muy pantanosas, y lo resuelve con inteligencia, con la distancia adecuada y nada sensiblera, al igual que el montaje de Maialen Sarasua Oliden, que ya trabajó en la mencionada serie sobre Balenciaga, en su segundo reto nada sencillo, pero bien resuelto construyendo un relato en sus ejemplares 101 minutos de metraje, en la que somos testigos de la vida de un hombre octogenario muy comprometido con la causa que representa, con esa voz que seducía y con un relato lleno de matices, momentos brillantes como la famosa partida de ajedrez con el oficial de las SS, y demás, y luego, cuando viene su caída del caballo y el foco se aleja y asistimos a un hombre sólo y cansado, que ya es la sombra de la sombra de la sombra…
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Encontrar al actor que interpretase a Marco era una trabajo arduo y complejo, pero la elección de Eduard Fernández no puede ser más acertada, porque el actor catalán, curtido en mil batallas y siendo coronado hace tiempo como uno de los intérpretes más potentes de nuestro país, en un trabajo más para el estudio porque su Enric Marco es un tipo lleno de matices, desde la mirada, el gesto y la palabra, y el gran trabajo de caracterización de Karmele Soler y Nacho Díaz en make up (con casi 80 títulos que ya estaba en la serie sobre Balenciaga) y Sergio Pérez Berbel en peluquería, sin esa máscara incómoda para no perderse todos los detalles de Fernández. Bien acompañado por Nathalie Poza, que hace la mujer de Marco, Sonia Almarcha, Jordi Rico y Vicente Vergara son los compañeros en el Amicale, junto al gran Fermi Reixach, como deportado, en su último trabajo en la gran pantalla antes de fallecer, Chani Martín es Benito Bermejo, entre otros, componiendo un grupo bien trabajado y mejor dirigido, creando una gran naturalidad y cercanía, siempre de forma concisa y hacia dentro, sin enfatizar ni nada que se le parezca, que ayuda a ver la película sin prisas, concentración y de forma reflexiva.

Una película como Marco, dirigida por Aitor Arregi y Jon Garaño, en esta ocasión José Mari Goenaga hace funciones de producción y coguionista, no es una película sólo sobre alguien que mantuvo una mentira durante muchos años, sino que es también una historia sobre la condición humana, la forma que funcionamos como personas y cómo nos relacionamos con nuestra propia historia y con los demás, y los límites que sobrepasamos para ser reconocidos y amados por los otros, de cómo alimentamos la mentira y hasta donde llegamos para tener nuestro lugar en la historia o esos 5 minutos de fama que hablaba Warhol. Muy sabiamente Esteve Riambau menciona The Stranger (1946), y Music Box (1989), de sus admirados Welles y Costa-Gavras, respectivamente. Dos cintas hermandas con Marco, porque también nos hablan de la impostura de dos nazis camuflados en la sociedad como ciudadanos ejemplares. Enric Marco ejemplifica una realidad muy triste de nuestra sociedad desde siempre y más ahora, con tantas ventanas de información, que no es otra que la proliferación de fake news y cómo toda esa no información acaba llegando y quedándose en las personas y generando, que para eso se hacen, opiniones y posiciones totalmente falsas de hechos y sucesos, como tantos que niegan relatos o inventan para hacer daño, porque contradiciendo a Goebbels, otros como Bermejo y muchos más, estarán ahí para desmentirlos y hacerlos caer desde su trono imaginario que han ido construyendo con mentiras y ficciones. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA


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