Entrevista a Roser Texidó y Núria Florensa

Entrevista a Roser Texidó y Núria Florensa, codirectora y actriz de la película «Barcelona Mon Amour», en el entresuelo del Café del Born en Barcelona, el lunes 24 de noviembre de 2025.

Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a las personas que han hecho posible este encuentro: a Roser Texidó y Núria Florensa, por su tiempo, sabiduría y generosidad, y a Begoña Barrena de comunicación de la película, por su tiempo, cariño, tiempo y amabilidad.  JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA

Entrevista a Víctor Jiménez, Andreu García y Pol Subirà

Entrevista a Víctor Jiménez Lafuente, Andreu García Antolí y Pol Subirà i Moragreca, directores y director de fotografía y coproductor de la película «Apartamentos Paradiso», en el Círcol en Badalona, el martes 2 de julio de 2024.

Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a las personas que han hecho posible este encuentro: a Víctor Jiménez Lafuente, Andreu García Antolí y Pol Subirà i Moragreca, por su tiempo, sabiduría, generosidad. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA

Esmorza amb mi, de Iván Morales

DES-AMOR, DES-ENCUENTROS. 

“Tras arder siempre, nunca consumirme; y tras siempre llorar, no consolarme; tras tanto caminar, nunca cansarme; después de tanto mal, no arrepentirme; ni haber, por tanto olvido, recordado (…)”

De Francisco de Quevedo cantado por Manzanita en “Naino”

Todo empezó como un guion que no logró rodarse. Más tarde, se convirtió en una obra de teatro que se representó con mucho éxito en la Sala Beckett en la temporada de 2018. Ahora, vuelve a la casilla de salida y Esmorza amb mi, de Iván Morales (Barcelona, 1979), se convierte en una película que nos habla de cuatro almas del Raval barcelonés que están en tránsito, o más bien, en una especie de limbo emocional, en el que arrastran sus existencias como pueden. Tenemos a Natàlia, que trabaja en un pub y lleva años haciendo un docu sobre el desamor, que acaba de tener un accidente que la hace ver la vida de otra forma. Está Salva, ahora enfermero que dejó atrás una vida de camello del barrio, y ahora, intenta construir un futuro diferente junto a Carlota, que estuvo a punto de palmarla de sobredosis y ahora también se está reconstruyendo, y finalmente, Omar, el agitador de los tres anteriores, alguien que iba para músico, pero todo cambió y ahora, se pierde por las noches, sin rumbo, sin vida y amargado. 

Morales es un artista muy inquieto y cinéfago empedernido, debutó como guionista con 19 tacos en Mi dulce (2000), ha hecho mucho teatro como autor, director y adaptador, y lleva más de 30 años como actor en películas y series junto a Judith Colell, Darío Argento, Daniel Monzón, etc…, además de haber dirigido algunos cortos como el multipremiado Sushi (2023). Ahora debuta en el largo con un guion coescrito con Almudena Manzú y Marta Armengol, muy imaginativo ya que está contado a lo Rashomon y las Vidas cruzadas, de Altman, en el que en forma episódica vamos adentrarnos en los pasados y presentes de cada personaje, y por ende, su relación con los restantes. Una historia llena de honestidad y sobre todo, de humanismo, que planta su cámara para hablarnos de aquello que nos duele, aquello que nos sobrepasa, y todas esas cosas que tenemos en nuestro interior, y que tanto cuesta sacar y compartirlas con los demás. La enorme experiencia teatral del director ayuda a sumergirnos en personajes complejos, con miedo, vulnerables y muy creíbles y cercanos, de esos que traspasan la pantalla con una gran naturalidad. Individuos que son como nosotros, escapando de sí mismos e intentando ayudarse y ayudar al otro. 

La película está muy cuidada formalmente transmitiendo una fuerza visual con unos planos y encuadres que observan, pero guardando la distancia adecuada y sin entrometerse en juzgar y otros menesteres. Aquí se busca una verdad y se consigue con transparencia y nada condescendiente. La magnífica cinematografía de Agnès Piqué, que conocíamos por sus trabajos con Laura Ferrés, y los documentales Canto cósmico. Niño de Elche, Mentre siguis tu y Las novias del sur. El gran trabajo musical que va ejerciendo de agitador junto al citado Omar, donde escuchamos el temazo de Manzanita, que encabeza este texto, otro gran tema de la cantante urbana Lia Kali, y las composiciones de Nara is Neus, que hizo la de La revolución de las musas y Nora Haddad, codirectora de Alteritats. El excelente trabajo de montaje que firma Jaume Martí, con más de 40 títulos en su filmografía, y el montaje adicional de Xavi Esteban, que ya hizo el del mencionado Sushi, construyen un relato enrevesado pero nada complicado, creando ese intenso cruce de miradas, gestos y acciones que los personajes van y vienen, cruzándose en su historia y en las otras, en un interesante ejercicio cinematográfico que devuelve la artesanía al cine, al hecho de no sólo contar una historia sino contarla con todos los medios expresivos a su alcance para hacerla seductora al público. 

El inmenso reparto elegido por Iván Morales brilla con gran intensidad en sus personajes rotos, quebrados y sonámbulos por una Barcelona de verdad, muy alejada del Posa’t guapa y diferentes movidas que nada tienen que ver con la realidad social que vive la mayoría. El director reivindica la Barna auténtica o lo que quede de ella. Tenemos a una especial Anna Alarcón, la única actriz que repite personaje de la obra, junto a un impresionante Álvaro Cervantes, el músico maldito o el que fue y ya no es. Iván Massagué imponiendo carácter y fragilidad y Marina Salas más de lo mismo, y una breve pero interesante presencia de Oriol Pla, que no dejará a nadie indiferente, quizás, el actor más camaleónico de la farándula de este país. Todos componen desde la verdad, desde el alma, como esos intérpretes polacos de las películas de Zulawski, Skolimowski y Kieslowski, que se abren en canal en sus películas, creando un torbellino de emociones desbordante hacia el abismo. O las almas que tanto le gusta retratar a Leigh, esas gentes de barrio que deambulan por las ciudades en un no tiempo donde todo lo que conocieron parece haberse borrado o simplemente marchado y ellos no se han enterado. 

Celebramos con gran entusiasmo la puesta de largo de Iván Morales, mola qué tipos de Barcelona, tan sanos y creativos, nos abran su mirada a otra ciudad, más real, más humana y más cercana, que se aleje de esas historias de la parte de arriba, que son de otro rollo, pero se agradece más visiones y diferentes miradas que no había. Morales se ha parido un pedazo de película que habla de todos nosotros/as, y lo hace desde la verdad, desde lo más íntimo, desde lo más profundo, y también desde lo más incómodo, complejo y duro, porque la vida tiene lo que tiene y es lo que es, con sus ratos maravillosos y otros, en los que lo mandarías todo a hacer puñetas y más allá. Déjense llevar por los personajes que construye con acierto e inteligencia el director porque los conoce muy bien, porque los trata con sinceridad, y porque no quiere que sean como los que ya conocemos, sino otros, diferentes porque se han filmado muy poco en los últimos tiempos. al fin y al cabo lo que explica la película no es un almuerzo más porque Esmorza amb mi reivindica la necesidad de los seres humanos de querer y sentirse queridos, pero no como la mayoría, sino de verdad, de la que sacude la caja torácica, aquella que no se olvidará nunca. Ustedes ya me entienden, y si no, ya lo verán cuando les pase. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA

Grup Natural, de Nina Solà Carbonell

LA ADOLESCENCIA Y LA ENSEÑANZA.  

“La adolescencia representa una conmoción emocional interna, una lucha entre el deseo humano eterno a aferrarse al pasado y el igualmente poderoso deseo de seguir adelante con el futuro”. 

Louise J. Kaplan 

En los últimos años hemos visto muchas películas sobre adolescentes. Pensamos en Premières solitudes (2018), de Claire Simon, La nova escola (2020), de Ventura Durall, Quién lo impide (2021), de Jonás Trueba y Néixer per néixer (2023), de Pau García Pérez de Lara, entre otras, donde a través de un cine directo y en formato documental, se ha profundizado en las complejidades, deseos, tristezas y demás cuestiones de los adolescentes, siempre ofreciendo un marco íntimo y sensible desde donde los jóvenes han podido expresar sus sueños y pesadillas en libertad, con un tono muy sincero y cercano. Un cine que hable de la adolescencia desde dentro, sin tapujos ni cortapisas, ni mucho menos condescendiente, tratando las dificultades de una época crucial en la vida de cualquier individuo. Cintas deudoras de aquel monumento al cine que fue High School (1968), de Frederick Wiseman, una de las películas cumbre sobre el dolor y la alegría de lo que significa ser un adolescente en cualquier país occidental. 

A esta ilustre terna se suma Grup Natural, de Nina Solà Carbonell, formada en la Escac en documental, con amplia experiencia en dirección de teatro y cine, y en los equipos de películas como Alcaldesa (22016), de Pau Faus y la citada La bona escola. Su primer largometraje se centra en un grupo de adolescentes y en las cuatro paredes de Súnion, una escuela concertada/privada, regida por un innovador método pedagógico, dando mucha autonomía al alumno y al grupo, con los denominados “grups naturals” formados por ocho alumnos en los que se van generando dinámicas para ver cómo se desarrollan y cómo gestionan las actividades en la que participan y los conflictos y demás. Seguimos tres: uno de primero de la Eso, otro de tercero de la Eso y finalmente, uno de segundo de bachillerato. Tres momentos importantes en la etapa escolar y vital de un grupo de chicos y chicas. La cámara encuadra la película a través de las aulas, espacios y demás espacios de la citada escuela, a través de un año: al inicio de curso, a su mitad y en la despedida. Somos testigos de sus encuentros y desencuentros de los diferentes alumnos, sus primeras alegrías y derrotas, sus relaciones en clase, con la escuela y su futuro. Los vemos hablar entre ellos, con sus maestros y haciendo trabajo en la escuela, otra faceta del mencionado método. 

Los planos y encuadres de la excelente cinematografía de Núria Gascon Bartomeu, también fogueada en la Escac, de la que hemos visto interesantes trabajos como Animal salvatge y Els Orrit, entre otros. Su cámara se muestra como un testimonio inquieto y muy curioso que va documentando todo lo que va sucediendo, eso sí, sin caer nunca en una sensibilidad impostada ni tampoco en la tramposería de muchas películas del mismo dispositivo. Aquí vemos una verdad de tantas de las que suceden en la escuela mostrada con rigor y sentimiento.  El gran trabajo de sonido de Nora Haddad Casadevall, con más de veinte títulos entre los que destacan Balandrau, l’infern glaçat, El techo amarillo y La singla, entre otros, y Borja Barrera Allué, con más de 30 trabajos, ayuda a sumergirnos en la cotidianidad que desprenden unas imágenes tan cercanas y poderosas que vemos, al igual que la música, tan sutil y brillante que firma Antoni Mairata. El magnífico montaje de Marta Forné, que la conocemos por sus colaboraciones con el director Manuel Pérez en La hora del pati, Frontera, Metamorphosis y más, amén de Clase valiente (2016), de Víctor Alonso-Berbel,  porque en sus reposados y concisos 88 minutos viajamos por las cuatro paredes de las aulas y los diferentes espacios reflexionando a través de estos tres grupos adolescentes tan diferentes y tan parecidos a nosotros a su edad. 

Mención especial tiene el trabajo de la productora Fractal que integran Marc Guanyabens, Izaskun Arizkuren Astrain, el citado borja Barrera Allué y el mencionado Víctor Alonso-Berbel, que se mueven tanto en ficción y documental, generando nuevas miradas e historias sobre el momento actual. Grup Natural es un gran trabajo sobre la adolescencia, y cómo no, sobre la educación, y todos los puentes, obstáculos y caminos que se abren entre los que enseñan y los enseñados, o mejor dicho, entre todos ellos, que aprenden, porque en el fondo todos enseñan y aprenden a la vez, en una película tan necesaria como audaz, porque siempre se sitúa en el que observa y no juzga, en el que recoge el testimonio y documenta unas realidades tan diversas como complejas. Una cotidianidad que varía diariamente, un universo tan rico como difícil, tan innovador como perplejo, donde dos grupos de personas de generaciones muy alejadas están ahí, y se miran, y comparten un espacio en el que unos ayudan a otros a crecer y desarrollarse como personas, como individuos pensantes y críticos y sobre todo, a descubrir su camino y dotarlos de herramientas y capacidades físicas y emocionales para afrontar su viaje. La película es un alumno más que ayuda a qué los espectadores seamos uno más y reflexionemos sobre lo que vemos y lo que fuimos en un tiempo presente que siempre va hacia adelante. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA

Entrevista a Pau Calpe

Entrevista a Pau Calpe, director de la película «Llobàs», en el parc Monterols en Barcelona, el viernes 19 de julio de 2024.

Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a las personas que han hecho posible este encuentro: a Pau Calpe, por su tiempo, sabiduría, generosidad y cariño. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA

Entrevista a Jordi Torrent y Randy Simon

Entrevista a Jordi Torrent y Randy Simon, director y coproductor de la película «Third Week», en el marco de la Americana Film Festival, en el hall de los Cinemes Girona en Barcelona, el viernes 8 de marzo de 2024.

Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a las personas que han hecho posible este encuentro: a Jordy Torrent y Randy Simon, por su tiempo, sabiduría, generosidad, a mi amigo Juan Ignacio, por su gran labor de traducción, y a Sonia Uría de Suria Comunicación, por su generosidad, cariño, tiempo y amabilidad. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA

Entrevista a Aaron Poon y Richard Vetere

Entrevista a Aaron Poon y Richard Vetere, intérpretes de la película «Third Week», de Jordi Torrent, en el marco de la Americana Film Festival, en el hall de los Cinemes Girona en Barcelona, el viernes 8 de marzo de 2024.

Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a las personas que han hecho posible este encuentro: a Aaron Poon y Richard Vetere, por su tiempo, sabiduría, generosidad, a mi amigo Juan Ignacio, que hizo una gran labor de traducción, y a Sonia Uría de Suria Comunicación, por su generosidad, cariño, tiempo y amabilidad. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA

Third Week, de Jordi Torrent

ALVIN HA SALIDO DE LA CÁRCEL. 

“La vida no es sino una continúa sucesión de oportunidades para sobrevivir”.

Gabriel García Márquez 

La película se abre con un plano en Staten Island, en New York, al otro lado del río Hudson, donde se ven a lo lejos los rascacielos de Manhattan. Uno de esos lugares que los turistas no conocen, uno de esos lugares que, tiempo atrás, fue próspero, y ahora, se ha convertido en un espacio fantasmal, donde todavía resisten pequeños talleres como el que acoge a Alvin después de dos años de cárcel. Alvin quiere dejar atrás todo aquello, y volver a su vida, regresar al tipo que deseaba ir al Instituto de Arte para dibujar y frecuentar los lugares donde alguna vez estuvo bien. Alvin es un buen chico aunque tropezó y se dejó llevar con las personas que no debía haberse cruzado. Ahora, huye de ellos, quiere paz y tranquilidad en su nueva vida. Trabajar haciendo piezas, vivir junto a su abuela, aunque el pasado siempre se empeña en aparecer, en rendir cuentas, en estar presente y Alvin debe convivir con él, debe aceptarlo y sobre todo, seguir su camino cueste lo que cueste y vencer la estigmatización de algunos, aunque para ello deba enfrentarse a sus miedos e inseguridades. 

La cuarta película de Jordi Torrent (Sant Hilari Sacalm, Girona, 1955), después de L’est de la brúixola (2001), La redempció dels peixos (2013), e Invisible Heroes: African-Americans in the Spanish Civil War (2015), amén de trabajar en películas de Raúl Ruiz y en Mi vida sin mí (2003), de Isabel Coixet, se enmarca en el contenido social, el lado humano, y el interés por mostrar a los invisibles, a aquellos que el cine comercial no hace caso, a aquellos como nosotros, a las personas que sufren las mercantilizaciones de una no sociedad empeñada en enriquecerse y ocultar la miseria que provoca. Un tipo como Alvin podría estar en las películas citadas y viceversa, porque como los anteriores personajes de Torrent es alguien que quiere una vida mejor, que trabaja para tener aquella oportunidad de volver a empezar, no es sino la vida eso, como menciona García Márquez en la cita que encabeza este texto. Un marco en el que la historia, escrita por él propio director, se sitúa entre la clase trabajadora, la gran olvidada de mucho cine actual, entre lo que ocurre en esos día en que no aparentemente no pasa nada y en realidad, está ocurriendo la vida con sus cosas, una mirada que se concentra entre los pliegues de la intimidad, de la cercanía, de mostrar lo invisible de la condición humana, todos esos pequeños y cotidianos ratos que van conformando nuestras existencias, todos esos momentos que están ahí y que lo son todo. 

La estupenda y sobria cinematografía en blanco y negro tan bien elegida de James Callanan, que ha estado en los equipos de películas tan importantes como Mystic river, de Eastwood, o series como The Americans, con esa cercanía y limpieza visual, donde lo sucio y espectral del lugar deja paso a una especie de poética donde lo mundano se hace único, donde la miseria tanto física como moral funciona como espejo para descifrar el alma de los diferentes personajes, en especial, la de Alvin. La formidable música de Marc Durandeau se desmarca de la típica composición de acompañamiento para posicionarse en otra música, es decir, en una que vaya describiendo los continuos miedos del protagonista que no quiere volver al lado oscuro como antaño. Un conciso y pausado montaje de Ray Hubley, todo un veterano en la materia que ha estado en los equipos de películas como Kramer vs. Kramer, de Benton y directores como Brian de Palma, entre otros, donde la edición da ese ritmo sencillo y muy cercano que tanto necesita una película de estas características, alejándose de las estridencias y piruetas formales de ese cine muy vistoso pero muy vacío. 

Un personaje como Alvin, muy del western y del New Wave American, que habla poco y va de aquí para allá con paso firme y tranquilo, debía tener un rostro y un cuerpo de alguien que está dejando atrás mucha oscuridad y desea una vida tan diferente en el mismo lugar, un tipo como Aaron Poon, con una gran interpretación donde transmite toda esa desazón que arrastra, todos sus miedos en una mirada, en un gesto, en un silencio. Todo un gran acierto porque el bueno de Poon es el Alvin perfecto y mucho más, es la película y todo lo que no vemos. Le acompañan toda una retahíla de intérpretes que están en el mismo tono, el de transmitir un microcosmos donde aparecen reflejados toda la multiculturalidad y racialidad existente en un país como Estados Unidos. Encontramos a Lucinda Carr como la Grandma, un faro para Alvin, Richard Vetere es el jefe que le da la oportunidad del trabajo, y al otro lado, Ron Barba, el encargado con malas pulgas, Edu Díaz y Chang Liu son compañeros de trabajo, tan diferentes y tan ellos, Lashonda Corder y Taquan Percy Brown son otros aliados en la causa de Alvin, y Aiysha Flowers es una mujer del pasado que está presente e inquieta al protagonista. 

Una película como Third Week, de Jordi Torrent tiene el aroma del no western, el que hablaba de cosas de verdad y con verdad, o de ese cine independiente estadounidense que siempre se ha detenido en visibilizar a los invisibles, fijándose en todo ese cine neorrealista que marcó la mirada de lo social en el cine. No dejen pasar una película así, porque eso hará que podamos ver más relatos sobre el trabajo y los trabajadores, y que sean con esta mirada tan profunda, nada manierista y fingida, sino como lo hace la historia de Torrent, con intimidad, abriendo las puertas y mirando la cotidianidad, eso que vivimos cada día, lo que forma parte de nuestra vida y que refleje nuestros miedos e inseguridades. No podemos olvidar a Toni Espinosa de Toned Media que, a parte del gran trabajo que hace con la exhibición con los Cinemes Girona, también trabaja en el otro lado, el de la distribución y producción, que ya estuvo en la mencionada La redempció dels peixos, y The Golden Boat, y en Mia y Moi, y La última noche de Sandra M., entre otras. Háganme caso, o mejor, háganse caso y acudan a conocer Thrid Week porque descubrirán a Alvin y las vidas que empiezan de nuevo una y otra vez, y también, Staten Island que ni les sonará y eso que anda por New York, la ciudad tan famosa y visitada, aunque siempre se queda atrás esa parte al otro lado del río. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA

Entrevista a Laura Alvea

Entrevista a Laura Alvea, directora de la película «La mujer dormida», en los Cines Renoir Floridablanca en Barcelona, el miércoles 29 de mayo de 2024.

Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a las personas que han hecho posible este encuentro: a Laura Alvea, por su tiempo, sabiduría, generosidad, y a Katia Casariego de Revolutionary Comunicación, por su generosidad, cariño, tiempo y amabilidad. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA

Entrevista a Hèctor Hernández Vicens

Entrevista a Hèctor Hernández Vicens, director de la película «Beach House», en la terraza del Antic Teatre en Barcelona, el miércoles 13 de diciembre de 2023.

Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a las personas que han hecho posible este encuentro: a Hèctor Hernández Vicens, por su tiempo, sabiduría, generosidad y cariño, y a Pere Vall y Sonia Uría de Suria Comunicación, por su generosidad, cariño, tiempo y amabilidad.