Entrevista a Pablo Puyol

Entrevista a Pablo Puyol, actor de la película “La mancha negra”, de Enrique García, en el Soho House en Barcelona, el miércoles 23 de febrero de 2022.

Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a las personas que han hecho posible este encuentro: a Pablo Puyol, por su tiempo, sabiduría, generosidad y cariño, y a Rubén Codeseira de Comunicación-Cine, por su amabilidad, generosidad, tiempo y cariño. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA

Entrevista a Dylan Moreno

Entrevista a Dylan Moreno, productor de la película “La mancha negra”, de Enrique García, en el Soho House en Barcelona, el miércoles 23 de febrero de 2022.

Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a las personas que han hecho posible este encuentro: a Dylan Moreno, por su tiempo, sabiduría, generosidad y cariño, y a Rubén Codeseira de Comunicación-Cine, por su amabilidad, generosidad, tiempo y cariño. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA

Entrevista a Manolo Munguía

Entrevista a Manolo Munguía, director de la película “H0us3”. El encuentro tuvo lugar el lunes 16 de septiembre de 2019 en el Soho House en Barcelona.

Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a las personas que han hecho posible este encuentro: a Manolo Munguía, por su tiempo, amistad, generosidad y cariño, y a Carmen Jiménez de Begin Again Films, por su tiempo, paciencia, generosidad y trabajo.

H0us3, de Manolo Munguía

LAS PUERTAS QUE NO HAY QUE ABRIR.

El arranque de la película podría confundirnos, haciéndonos creer que estamos ante uno de esos productos que tanto ha trillado el cine de género contemporáneo en el que un grupo de amigos que hace tiempo que no se ven, se reúnen en un casa rural alejados de todo y todos para pasar un fin de semana. A partir de esa situación, uno de ellos, del que no se desvelará su identidad hasta el desenlace, va acabando con la vida de cada uno de ellos. O la otra vía, el mismo grupo de amigos reunidos pero en este caso no veremos sangre, sino un montón de dudas existenciales y sentimentales de los jóvenes de aquí y ahora. Ni una película de terror al uso, ni una de brotes sentimentales de juventud, la primera película de Manolo Munguía, ingeniero de telecomunicaciones que dejó su profesión para dirigir primero cortos y ahora su primer largometraje, nos lleva por otros derroteros, más estimulantes y provocadores, si, porque la premisa del relato se centra en internet y sus innumerables aciertos y desventajas. Estamos en una casa rural donde unos amigos que no se ven desde la universidad donde eran unos cerebritos de internet se vuelven a juntar junto a sus respectivas parejas.

En la primera mitad de la película, Munguía con un guión bien elaborado e interesante, nos envuelve en algún que otro juego para medir la inmensa capacidad de estos informáticos de tomo y lomo. Lentamente, Rafa, que lleva la voz cantante y organizador del encuentro, empieza a hablarles de WikiLeaks, Assange y una serie de archivos encriptados donde se guarda una de las informaciones más secretas de internet, los cuales Rafa ha lograda abrirlos y se los muestra a sus amigos, en forma de una app de realidad aumentada que tiene la capacidad de mostrar el pasado y el futuro. A partir de esa información que desborda a todos los asistentes, la película, que hasta entonces se había desarrollado entre el drama psicológico y las identidades falsas, inventadas o reales de cada uno de ellos, se encamina hacia otro estado más propio del terror psicológico con aroma de ciencia-ficción, donde los descubrimientos de lo que está por venir sacudirá a cada uno de los personajes, sumergiéndolos en una espiral de curiosidad, miedo y heroísmo que no esperaban.

Munguía sabe atraparnos con esa atmósfera propia del cine de género, situándonos en un solo espacio y dosificando con mucho acierto la información que nos va desvelando, siguiendo con detalles las distintas reacciones de sus criaturas, las cuales van tomando protagonismo según tercie en el relato. Quizás la parte más dificultosa de la historia sea convencernos que algo así pudiera suceder, y es en ese elemento donde Munguía más convence con su película, metiéndonos de lleno en todas esas materias de internet, convocando a esos informáticos con sus tecnicismos junto a sus parejas, completamente peces en la materia, y más terrenales, porque parece ser que los lunáticos de internet no tienen suficiente y quieren seguir investigando la app y sus infinitas posibilidades, en cambio, los acompañantes se muestran reacios a seguir abriendo esas puertas oscuras que pueden cambiar el curso de la humanidad.

Dentro de su modestia H0us3 se mueve como pez en el agua, sin abarcar más de lo necesario, siendo fiel a su estructura y dejándose llevar por lugares conocidos y bien transitados, mirándose al espejo de otras producciones sencillas en argumento y forma como La invitación o Paranormal Activity, creando esa sensación de suspense y terror, donde cada paso que se da lo cambia todo, donde cada personaje muestra diferentes caras o va mostrando su rostro más oscuro mientras avanzan los hechos, o quizás la curiosidad es superior a nosotros y no somos capaces de avanzar a nuestros miedos o acciones. Un reparto coral compuesto por nueve intérpretes jóvenes que derrochan entrega y naturalidad en que el conjunto es algo desigual, con personajes más atractivos o intérpretes más desenvueltos en sus roles, animan y de qué manera este relato humilde y profundo sobre internet, sus peligros, la alteración de datos y tiempo, la información como forma de poder y manipulación, la vulnerabilidad de nuestra identidad, nuestros datos, ya sean profesionales o personales, y todos los infinitos y laberínticos datos que pueden formar todo aquello que todavía desconocemos y quizás, el futuro del que habla la película solo este tan cerca que ya no somos capaces de adivinarlo. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA

Ghostland, de Pascal Laugier

HORROR EN LA CASA DE MUÑECAS.

Erase una vez una madre Coleen que junto a sus dos hijas adolescentes, Beth, introvertida e incipiente escritora de terror amante de la literatura de Lovecraft, y Vera, extrovertida y enganchada a las nuevas tecnologías. Las tres llegan a un pequeño pueblo donde les espera una nueva vida en la vieja granja de una tía lejana que coleccionaba muñecas de aspecto diabólico. La primera noche se ven asaltadas por dos psicópatas que las someten a una espiral de horror y violencia. La premisa inicial de Ghostland no parece nada del otro jueves, siendo casi un calco de tantas películas donde inocentes jóvenes son asaltadas por asesinos despiadados. Pascal Laugier, auténtico especialista en el género con títulos tan recordados como El internado (2004) o Matyrs (2008) ambas rodadas en su Francia natal antes de su salto a EE.UU. con El hombre de las sombras (2012), va algo más allá en su propuesta, porque sin pretender originalidad en un género muy machacado, si que abre nuevas ventanas para reformular este tipo de historias. Los relatos de Laugier tienen mucho que ver con los espacios cerrados o alejados del mundanal ruido, sitios oscuros, siniestros y llenos de maledicencia, donde jovencitas se ven inmersas en universos terroríficos en los que deberán sobrevivir cueste lo que cueste.

El director francés nos sitúa en un cuento de nuestro tiempo, donde lo novedoso de la propuesta será el juego con el subjetivismo del personaje principal de Beth, esa niña inquieta y observadora que sueña con escribir historias de terror, introduciéndonos en varias formas de ver y sentir la historia, llevándonos por este laberinto narrativo en el que lo real y lo onírico se dan la mano sin conocer a ciencia cierta en que universo nos encontramos. Laugier nos lelva por dos caminos, cuando Beth es adolescente y sufren el terrible ataque y luego, 16 años después, cuando Beth, convertido en exitosa escritora de novelas de terror, vuelve a su casa, donde su madre sobrevive atendiendo a Vera, la hermana pequeña que vive perturbada y anclada en aquella noche fatídica.

Cinco personajes en el interior de una casa que cruje por todos los lados, que desprende un olor entre rancio y a ambientador añejo, con una decoración de poco gusto, envejecida y carcomida, y llena de muñecas de todos los materiales posibles, abundando las de porcelana y las de aspectos siniestros y diabólicos, muñecas que parecen cobrar vida o simplemente creemos que cobran vida. Quizás para muchos espectadores el juego narrativo que propone la película les resulte ya muy visto, pero Laugier no pretende levantar de la butaca, sino todo lo contrario, cogiendo vías y propuestas ya trilladas para abrir un resquicio de luz, en este caso de oscuridad, para mantener al espectador sometido y anclado a su butaca, inquieto y revolcado entre tanta maldad, siendo testigos del horror más puro encarnado en esos dos tipejos que se enfundan en un ogro, una mala bestia enorme con una fuerza descomunal y feísimo, una especie de jorobado de Notre Dame de la maldad, a su lado, una bruja travestida que se dedica a jugar con muñecas humanas, disfrazando a las dos hermanas y convirtiéndolas en dos marionetas a la merced de ese ogro asesino.

Laugier pone sobre la mesa el secuestro, los abusos pedófilos, la depresión, la locura, los traumas psicológicos difíciles de resolver, o el pasado horrible del que tanto cuesta escapar, y todo contado entre una realidad espeluznante, esa de casos de asesinato y violaciones que podemos escuchar diariamente en los informativos mezclada con ese cuento macabro y espeluznante que traspasa lo grotesco y lo horrible, entre la realidad y el sueño, entre lo que vemos o lo que imaginamos, entre lo que está pasando y lo que nos gustaría que hubiera pasado, entre presente y pasado, con ese aroma de los buenos títulos de terror puro como La noche de los muertos vivientes,  La matanza de Texas, Viernes 13 o Posesión infernal, entre muchos otros, con el impecable reparto de la función, tanto en su adolescencia como la etapa adulta, que saben componer unos personajes reales y muy cercanos, naturales, dentro de esa casa convertida en el infierno donde ninguna muñeca está a salvo, sea real o no. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA

Entrevista a Itziar Castro

Entrevista a Itziar Castro, actriz de la película “Matar a Dios”. El encuentro tuvo lugar el miércoles 19 de septiembre de 2018 en el hall de los Cinemes Girona en Barcelona.

Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a las personas que han hecho posible este encuentro: a Itziar Castro, por su tiempo, sabiduría, generosidad y cariño, a Toni Espinosa de los Cinemes Girona, por su tiempo, generosidad, paciencia y cariño, y a Sandra Ejarque y Ainhoa Pernaute de Vasaver, por su tiempo, generosidad y paciencia.