Entrevista a Xun Sero, director de la película «Mamá», en el marco del LATCinema Fest, en la Casa Amèrica de Catalunya en Barcelona, el martes 21 de marzo de 2023.
Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a las personas que han hecho posible este encuentro: a Xun Sero, por su tiempo, sabiduría, generosidad y cariño, y a Anna Vázquez de Casa Amèrica de Catalunya, por su amabilidad, generosidad, tiempo y cariño. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA
Entrevista a Matías Bize, director de la película «El castigo», en el marco del LATCinema Fest, en la sede de la Casa Amèrica de Catalunya en Barcelona, el martes 21 de marzo de 2023
Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a las personas que han hecho posible este encuentro: a Matías Bize, por su tiempo, sabiduría, generosidad y cariño, y a Anna Vázquez de Casa Amèrica de Catalunya por su amabilidad, generosidad, tiempo y cariño. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA
“La frustración está provocada por una sociedad que nos pide ser lo que no somos y nos culpa de ser lo que somos”.
Alejandro Jodorowsky
Existen dos elementos fundamentales en el cine de Matías Bize (Santiago, Chile, 1979), en los que se asienta de forma implacable y estupenda sus conflictos. Todo se construye a partir de un espacio, en el que se concentran una serie de personajes en el que no deben estar, y el tiempo, también reducido, en el que podemos contar los minutos y horas como si fueran losas que van sometiendo a los diferentes individuos. Sábado, una película en tiempo real (2002), fue su debut en el largometraje. Una película-tesis y punta de lanza y que sentó las bases de las características comunes de los siguientes nueve títulos del director chileno. Con El castigo vuelve, veinte años después, a aquellos mismos parámetros de forma más explícita, porque nos sitúa en un paisaje concreto, el de un bosque junto a una carretera, y en un prodigioso plano secuencia a tiempo real como la citada película, en unos tensos y arrolladores ochenta y seis minutos de metraje, nos cuenta la tensión in crescendo de un matrimonio que no encuentra a su hijo que, minutos antes, había dejado como castigo en la vereda de ese bosque.
A partir de un guion preciso y magnífico de Coral Cruz, que tiene en su haber títulos de directores como Agustí Villaronga, Fernando Franco y Carlos Marqués-Marcet, entre otros, en el que con solo dos personajes y un fascinante e inquietante escenario, nos van sometiendo, sin prisas y sin piruetas narrativas, en una rítmica e incómoda tensión que va creciendo y generando una inquietud que sobrepasa a los nerviosos personajes. Una película vestida de intriga, de ese terror psicológico de lo cotidiano, de lo más cercano, sin nada de sustos de plantilla, o de cualquier otro artefacto para engañar al espectador. Aquí no hay nada de eso, y si hay un milimetrado cuento de terror, de ese terror setentero que se te metía en las entrañas y nos acuciaba en una maraña incierta, donde el miedo se apoderaba de nosotros, y todo contado desde la sencillez y la maldad que habita entre nosotros o en nosotros. Bize se acompaña de algunos técnicos que han ido trabajando a su lado en las nueve películas como Gabriel Díaz en la cinematografía, un trabajo prodigioso con esa cámara que se convierte en un personaje más, en ese testigo y observador de las miserias de este matrimonio o de lo que queda de él, si es que alguna vez hubo algo. Otro cómplice es Rodrigo Saquel, el montador, y el gran Martín Grignaschi, con más de 150 películas a sus espaldas con gente tan importante como Pino Solanas, Daniel Burmann y Pablo Larraín, entre otros.
Una película de estas características necesitaba unos intérpretes que con un mirada o un leve gesto materializasen todo aquello que está bullendo en su interior, y que se transmitiese toda la tensión, el miedo y la frustración que van viviendo en este lance tan horrible por el que están pasando. Una pareja o no inolvidable representan esta dupla en conflicto como son Antonia Zegers, que era la protagonista de la mencionada Sábado, una película en tiempo real, y que es su quinto trabajo con Bize, en el que vuelve a demostrar su extraordinaria brillantez como actriz, para decirlo todo a través de esa mirada tan penetrante y brutal, en su particular descenso a los infiernos que está sufriendo. La Zegers es una actriz de piel, de cuerpo, de sentir cada gesto, cada mirada y con esa innata capacidad para transmitir que tiene como ha demostrado con cineastas chilenos tan poderosos como el citado Larraín, Marcela Said, Sebastián Leilo y Dominga Sotomayor, entre otras. A su lado, otro actor Bize como Néstor Cantillana, en su tercer trabajo con el director chileno, en el rol de padre, un padre en las antípodas de la madre Ana, porque su personaje, el tal Mateo, es un padre que es más amigo que padre, y eso generará todos los conflictos habidos y por haber. También tenemos a un tercer personaje, la policía que interpreta maravillosamente bien la actriz Catalina Saavedra, que ha trabajado con grandes de la cinematografía chilena como Valeria Sarmiento, Andrés Wood, Miguel Littín y Sebastián Sepúlveda, ahí es nada. Un personaje que con sus preguntas y sus investigaciones abrirá aún más el abismo en el que se encuentran el matrimonio protagonista.
El castigo es una película magnífica, que te atrapa de forma contundente y brillante, y llena de misterios, es de esos títulos muy incómodos que analizan la pareja desde esas decisiones que tomamos y casi siempre son equivocadas, porque no escuchamos y sobre todo, no nos comunicamos con la persona que se supone que amamos, y luego, con el tiempo se vuelven a abrir unas heridas que no se cerrarán porque no se tomaron como algo importante, y un día ocurre, puede ser cualquier cosa que suceda, como la desaparición de tu hijo, y es ese día, que la herida que seguía ahí, hace acto de presencia y comienza a expulsar sangre y dolor con mucha virulencia, y es en ese momento, que nada ni nada lo podrá parar y aquello que dejamos sin hablar ni enfrentar, vuelve con una gran fuerza y nos derriba y nos saca toda la mierda que hemos callado y ocultado por miedo, por el otro, por no sé qué, y ese día, todo cambiará porque ese día habrá que hablar, habrá que enfrentar el problema que callamos, y nos damos cuenta que hay puertas que no deberíamos haber cruzado y personas a las que deberíamos haber dicho que no, que yo no quería hacer esto o aquello, porque si no enfrentamos lo que sentimos de verdad, acabamos en una carretera aislada, llenos de miedo y sin saber donde está nuestro hijo y lo que es peor, sin saber quiénes somos y cómo hemos llegado hasta ese punto. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA
Entrevista a Laura Mora, directora de la película «Los reyes del mundo», en Casa Amèrica Catalunya en Barcelona, el martes 14 de marzo de 2023.
Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a las personas que han hecho posible este encuentro: a Laura Mora, por su tiempo, generosidad y cariño, y a Sergio Martínez de BTeam Pictures, por su tiempo, amabilidad, generosidad y cariño.
“A mitad de camino entre ninguna parte y el olvido”.
Frase de Million Dollar Baby
Conocimos el cine de Laura Mora (Medellín, Colombia, 1981), en 2017 con Matar a Jesús, su primer largometraje en el que a partir de un suceso autobiográfico contaba la experiencia de una chica que presencia el asesinato de su padre y comienza una investigación para dar con su asesino, sumergiéndose en los ambientes más sucios, degradados y violentos de la urbe de Medellín. Sin salirse de esa atmósfera asfixiante y violenta, nos encontramos con los cinco chavales que protagonizan Los reyes del mundo. Los Rá, de 19 años de edad, Culebro de 16, Sere de 14, Winny de 12, y Nano de 13, son las cinco almas sin nadie, como los menciona Eduardo Galeano, esos chicos solos, sin más apoyo que ellos mismos, chicos de la calle que se buscan la vida como pueden, chicos sin más, a los que a nadie les importa. La trama es sumamente sencilla y directa, como esa espectacular apertura con la vida y el tumulto de Medellín, donde a toda prisa van los chicos de aquí para allá.
Dejamos la urbe, porque al contrario que Matar a Jesús, el fabuloso guion que escriben Maria Camila Arias, que coescribió Pájaros de verano (2018), de Ciro Guerra y Cristina Gallego, y la propia directora, no se desarrolla en lo urbano, porque Rá recibe una notificación que las tierras arrebatadas durante el eterno conflicto que afectó a Colombia, les han sido devueltas, y así empezamos un viaje muy físico en un inicio y a medida que avanza se irá imponiendo el sentido más emocional, espiritual y fantasmagórico, que les sacará de la ciudad para cruzar la cordillera hacia el Bajo Cauca en busca de esa tierra para ellos, abandonados y olvidados sin tierra. Con una contundente y mágica cinematografía de un grande como David Gallego, que está detrás de magníficas películas como El abrazo de la serpiente (2015), y la citada Pájaros de verano (2018), del tándem Ciro Guerra y Cristina Gallego, que mezcla esos momentos tan físicos y viscerales con esos otros, tan hacia dentro, donde la película se transforma en un intenso e inmenso viaje hacia nuestro interior, hacia lo invisible, hacia la imaginación, hacia todos esos mundos inexistentes tan reales que hacen que podamos seguir vivos o simplemente nos impiden tener algo de esperanza en un mundo tan devastador y tan mercantilizado.
Un viaje que nos recuerda aquel que hicieron los Juan en busca de “El Andarín”, en El corazón del bosque (1978), de Manuel Gutiérrez Aragón, y Willard tras el rastro de Kurtz en Apocalypse Now 81979), de Francis Ford Coppola, ambas películas basada en la monumental El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad, donde el viaje los adentraba en lo más profundo de su alma en contraposición con esa naturaleza tan violenta y arcaica. Un montaje alucinante y lleno de complejidad firmado por el tándem Sebastián Hernández y Gustavo Vasco, que ya trabajaron con la directora en la serie Frontera verde, que han trabajado con importantes nombres del cine colombiano como Luis Ospina, Rubén Mendoza, entre otros. El espectacular diseño sonoro de Carlos E. García, que también coincidió con Mora en la mencionada Frontera verde, y hemos disfrutado de su talento en Celda 211, Arrugas, Slimane, Blanco en blanco, Eles transportan a Morte, las citadas El abrazo de la serpiente y Pájaros de verano, entre muchas otras. Con una producción que firman la citada Cristina Gallego y Mirlanda Torres Zapata, también en Frontera verde, consiguen un look impresionante para una película con una textura y fuerza maravillosas.
Un reparto de actores naturales reclutados de la calle que imprimen naturalidad, cercanía y alma a estos cinco chicos ensombrecidos por unas existencias durísimas y sin nada ni nadie: los Rá, Culebro, Sere, Winny y Nano son respectivamente los Carlos Andrés Castañeda, Cristian David Duque, Davison Florez, Cristian Campaña y Brahian Acevedo, que no sólo conocerán la hostilidad y la violencia de algunos, sino también el amor y el cariño de otros, como esos grandes momentos con las prostitutas mayores y el ermitaño anciano que los ayudan y los miran de otra forma. Unos chavales que no están muy lejos de los Jaibo y compañía que deambulaban por aquel México de Los olvidados (1959), de Luis Buñuel, y de Mónica y demás que veíamos existir en La vendedor de rosas (1998), de Víctor Gaviria, y el Mechas y el resto de Los nadies (2016), de Juan Sebastián Mesa, con ese aire tan pasoliniano, tan cerca de la miseria y de la no vida, de la calle, de la derrota, de la desesperanza, de la violencia cotidiana, y sobre todo, de la invisibilidad, de la sombra, y de la tristeza que encoge el alma.
Los reyes del mundo no es una película cómoda ni nada esperanzadora, tampoco es una historia triste, porque hay emociones que nos acercan a la esperanza, pero de otro modo, no esa que facilita las cosas y ayuda a levantarse cada día, sino aquella otra que nos ayuda a soñar, a crear otros mundos, otros universo, otras formas de mirar y relacionarse con la vida, en el mundo de los sueños, que siempre es más agradable y bonito de esa realidad durísima y violenta a la que se enfrentan cada día este grupo de cinco almas a la deriva, perdidas y sin nada ni nadie, que los acerca a esos chicos que pululan tantas ciudades de este planeta, que esnifan pegamento, que hacen lo que sea para comer algo, y que sueñan con una vida mejor, o quizás sólo sueñan que ya es mucho debido a sus circunstancias tan adversas. La directora colombiana Laura Mora no solo va mucho más allá en su segundo trabajo, que recibió el primer premio en el último Festival de San Sebastián, el mismo galardón que recibieron primeras películas y pusieron en el panorama internacional nombres de cineastas que hasta entonces eran unos completos desconocidos, como Llueve sobre mi corazón, de Coppola, El espíritu de la colmena, de Erice, Malas tierras, de Malick, Alas de mariposa, de Juanma Bajo Ulloa, entre otras, alumbrando grandes obras y empujando miradas diferentes, incómodas y llenas de inteligencia en un cine actual que también necesita mirar hacia otro lado, mirar hacia diferentes realidades, y sobre todo, dejarnos soñar y mostrarnos sueños, aunque sean de cinco chicos que no son nadie ni tienen nada, sólo a ellos que son una familia, una familia en continuo viaje, una travesía que no solo es lo ven y experimentan, sino también todo aquello que tienen en su interior, todos sus miedos, inseguridades, tristezas y fantasmas que nunca los abandonan, que son parte de sí mismos. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA
Entrevista a Sergio Ramírez, director de la película «1991», en el marco del LATCinema Fest en el Hotel Catalonia Diagonal Centro en Barcelona, el lunes 4 de abril de 2022.
Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a las personas que han hecho posible este encuentro: a Sergio Ramírez, por su tiempo, sabiduría, generosidad y cariño, y a Anna Vázquez de Gestión Cultural de Casa Amèrica Catalunya, por su amabilidad, generosidad, tiempo y cariño. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA
Entrevista a Laura Castro, actriz de la película «El alma quiere volar», de Diana Montenegro, en el marco del LATCinema Fest en los Cinemes Girona en Barcelona, el domingo 3 abril de 2022.
Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a las personas que han hecho posible este encuentro: a Laura Castro, por su tiempo, sabiduría, generosidad y cariño, y a Anna Vázquez de Gestión Cultural de Casa Amèrica Catalunya, por su amabilidad, generosidad, tiempo y cariño. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA
Entrevista a Diana Montenegro, directora de la película «El alma quiere volar», en el marco del LATCinema Fest en los Cinemes Girona en Barcelona, el domingo 3 abril de 2022.
Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a las personas que han hecho posible este encuentro: a Diana Montengro, por su tiempo, sabiduría, generosidad y cariño, y a Anna Vázquez de Gestión Cultural de Casa Amèrica Catalunya, por su amabilidad, generosidad, tiempo y cariño. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA
Entrevista a José Pablo Escamilla, director de la película «Mostro», en el marco del LATCinema Fest en los Cinemes Girona en Barcelona, el domingo 3 abril de 2022.
Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a las personas que han hecho posible este encuentro: a José Pablo Escamilla, por su tiempo, sabiduría, generosidad y cariño, y a Anna Vázquez de Gestión Cultural de Casa Amèrica Catalunya, por su amabilidad, generosidad, tiempo y cariño. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA