Entrevista a Kari Anne Moe

Entrevista a Kari Anne Moe, directora de la película «Mina y la radio de los presos», en el marco de El Documental del Mes, iniciativa de DocsBarcelona, en la terraza del Hotel Casa Gràcia en Barcelona, el martes 4 de febrero de 2025.

Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a las personas que han hecho posible este encuentro: a Kari Anne Moe, por su tiempo, sabiduría, generosidad, a Sam Wallis, por su gran labor como intérprete, y a Carla Font de Comunicación de El Documental del Mes, por su generosidad, cariño, tiempo y amabilidad. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA

Mina y la radio de los presos, de Kari Anne Moe

LA MUJER INCONFORMISTA. 

“Hay que dar bastante guerra. Con los perros rabiosos nadie se atreve, en cambio a los mansos los patean. Hay que pelear siempre”. 

Isabel Allende

En tiempos actuales donde la masificación audiovisual nos ciega y nos aparta del tiempo de reflexión, es de agradecer que todavía existan pequeños espacios de luz. Películas que no sigan la corriente imperante por las televisiones, y se aventuran a explicar temas que los poderes invisibilizan y prejuzgan a diario. El trabajo de la directora y productora Kari Anne Moe (Sandefjord, Noruega, 1976), es un cine a contracorriente que investiga conflictos sociales como la educación en Bravehearts (2012), sobre cuatro estudiantes juveniles y activistas enfrentados a la masacre de Utoya, en la que murieron 69 jóvenes, y en Rebels (2015), sobre cuatro jóvenes que han dejado el instituto, y ahora nos llega Mina y la radio de los presos, sobre la vida de Mina Hadjian, una periodista iraní-noruega que tenía un programa de radio muy popular y contestatario del que fue despedida por presiones y más tarde, ha creado el podcast “Radio Bandit”, en el que habla con presos profundizando en sus vidas, circunstancias e ilusiones.  

La cineasta noruega construye una película incómoda, en la que sitúa frente a la cámara la cotidianidad de Mina y la estrecha relación que tiene con sus colaboradores. Tenemos a varios presos como un musulmán convertido que era adicto a las drogas, un transgénero y Rune, un inadaptado que ha crecido en ambientes de violencia y ahora lucha contra la injusticia, incluso en la guerra de Ucrania. Tres almas que iremos conociendo a través de Mina y su espacio de radio, donde nos dan cuatro hostias de realidad y se investiga y analiza la realidad de las prisiones en Noruega, y su falta de humanidad en la rehabilitación de los presos. La película pone voz y alma a unas personas completamente estigmatizadas por un sistema demasiado racional y poco empático ante las situaciones de muchos jóvenes sin futuro y que han crecido en ambientes muy desfavorables. La película huye del panfleto y consigue eliminar bastantes prejuicios y convencionalismos que arrastran muchos de estos jóvenes. Una cinta construida a través de la intimidad y la transparencia de los personajes, donde hay muchos altibajos emocionales, enfrentados a sus luchas internas y sociales, amén de la propia Mina que no ceja de trabajar por construirles un futuro emocional diferente.

La película de Kari Anne Moe es crítica contra el sistema fallido y deshumanizado basado en el castigo para los individuos, pero lo hace desde el conocimiento situándonos en el centro de la cuestión, conociendo y escuchando las diferentes realidades de los presos en cuestión, con una cámara que huye de lo convencional y la superficialidad para adentrarse en las profundidades, donde todo se construye desde la naturalidad, construyendo un espacio íntimo y cercanísimo en el que Mina y sus colaboradores se erigen como vehículo perfecto para conocer sus vidas y sus pasados y sus posibles futuros. Es una película sobre el encuentro y el diálogo, también de la escucha, a través de su sencillez y honestidad en el que responde con hechos y realidades a las leyes prejuiciosas y clasistas de la élite política que no soluciona problemas sino que los hace más grandes, debido a una vagancia consumada en que no investiga los diferentes casos y circunstancias. La película recupera parte del cine político que nos deslumbró en los sesenta y setenta en que se hacía política a través de un cine inconformista y crítico que buscaba realidades invisibilizadas y les daba una visibilidad que no correspondía con las falsedades que lanzaban los medios oficiales. 

No deberían dejar pasar una historia como la de Mina y la radio de los presos, de Kari Anne Moe, porque seguramente no conocen su trabajo y sólo por eso debería ser suficiente para acercarse a su propuesta de podcast, en una actualidad donde hay propuestas de todo tipo y tan prescindibles la mayoría, que optan al entretenimiento sin sustancia. El trabajo de Mina es de verdad, porque ella es una activista que lucha encarnizadamente por sacar de los pozos del olvido a personas de carne y hueso que tienen una vida, unas ilusiones y proyectos como todos y todas. Debemos agradecer a la iniciativa de DocsBarcelona y su trabajo de comunicación con la propuesta de El Documental del Mes, porque no sólo acercan un cine totalmente invisibilizado por los poderes, que aquí tiene no sólo su espacio sino una forma de resistencia y fuerza como la cineasta Kari Anne Moe que sigue en la trinchera haciendo cine y promoviendo reflexiones de lo que nos rodea y por desgracia, ni vemos ni mucho menos conocemos, porque si lo hacemos nos daremos cuenta de todo lo que no sabemos y sobre todo, lo que damos por hecho y lo que nos influyen las ideas oficiales construidas desde el desconocimiento. Así que, sigan investigando y encontrarán y de esa manera, podremos conocer la realidad de forma honesta e íntima. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA

Entrevista a Xavi Esteban

Entrevista a Xavi Esteban, codirector de la película «Perifèria», en el Zumzeig Cinema en Barcelona, el sábado 10 de julio de 2021.

Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a las personas que han hecho posible este encuentro: a Xavi Esteban, por su tiempo, sabiduría, generosidad y cariño, y a Johanna Tonini de Movies for Festivals, por su generosidad, cariño, tiempo y amabilidad. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA

Overseas, de Sung-A Yoon

LAS MUJERES QUE LIMPIAN.  

“No importa lo duro que trabajes aquí en Filipinas, nunca vas a ganar el mismo dinero que limpiando váteres en el extranjero”.

La primera imagen que vemos en una película tiene una importancia primordial en el desarrollo del relato. Una primera imagen que definirá tanto el contenido como la forma de dicha obra. La primera imagen que vemos de Overseas (que se traduciría como “de ultramar”), vemos en un plano fijo, en silencio, a una joven filipina, de rodillas, mientras limpia un váter. En cierto momento, comienza a llorar desconsoladamente, sin dejar de seguir con su tarea. Sin recurrir a ningún diálogo, la directora Sung-A Yoon (Seúl, Corea del Sur, 1977), nos explica que sienten las llamadas OFW (Overseas Filipino Workers),  mujeres filipinas que marchan al extranjero a trabajar como empleadas del hogar. La cineasta francesa, nacida en Corea, y afincada en Bruselas, debutó en el largometraje con el documental Full Of Missing Links (2012), en la que emprendía una búsqueda de su padre, ausente desde su infancia, que la llevó por muchos certámenes internacionales. Ahora, nos habla desde la intimidad y la sensibilidad, de un grupo de mujeres filipinas, mientras se preparan en un centro de formación para trabajar en el extranjero. A modo de diario, la película nos muestra varias de estas mujeres, sus actividades de formación, sus formas de comportarse a la hora de trabajar y tratar a sus futuros empleadores, asistimos a las representaciones de su futura cotidianidad, en la que hacen tanto de criadas como amas, trabajando las situaciones a las que deberán enfrentarse, como posibles abusos, maltratos y demás vejaciones.

Seguiremos la cotidianidad formativa de un grupo de mujeres a las que conoceremos y escucharemos, como hablan de la familia que dejarán por algunos años, de la falta de oportunidades en Filipinas, de los miedos e inseguridades que las acechan, de enfrentarse a una vida en el extranjero y solas, sin nadie que las ayude o las socorra, de las tremendas dificultades de las exhaustas jornadas laborales a las que serán sometidas, y a no rendirse jamás para ayudar a su familia. La directora sur coreana-francesa nos brinda la oportunidad de testimoniar estas sesiones de preparación, de conocer su interior y sus sentimientos, sus desconsolados llantos al dejar a sus familias y enfrentarse a un mundo hostil, que hablan en otro idioma, y además, el aura de servidumbre y pobreza que las persigue, empleos esclavizados en que el mundo privilegiado y dominante explota al resto del mundo, a aquellos que siglos de colonización y abusos económicos, sociales y culturales, los han abocado a una realidad de inmigración y desarraigo.

Overseas lanza una mirada crítica, durísima y de denuncia, ante la situación de vulnerabilidad y abusos que viven estas mujeres, aunque la película también muestra un lado más amable, desde el humor negro y las situaciones surrealistas que viven cuando cambian su rol y hacen de ama, y es cuando las risas y la relajación afloran en unas mujeres, que algunas ya han vivido y sufrido la experiencia de trabajo en el extranjero, y otras, se preparan para vivirlo por primera vez. En la película escuchamos los idiomas originarios de las mujeres, como el talago e ilongo, y también, el inglés, el idioma del trabajo en el extranjero, el que hablan sus “amos”, que vivirán en Corea del Sur, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, etc…, todos ellos países donde el neoliberalismo acomodado explota sin compasión a todos aquellos que llegan con la ilusión de mejorar sus vidas, algunas mujeres se encuentran jefes amables y comprensivos, pero otras, se tropiezan con seres abusadores, explotadores y malvados.

Sung-A Yoon no solo ha construido una película inteligente y conmovedora, sino también, un retrato humanista y honesto, en el que no lo visibiliza el trabajo y el sacrificio de todas estas mujeres, según cálculos oficiales, se trata de unas 10 millones de trabajadoras filipinas que cada año se van a trabajar como empleadas en el extranjero. Overseas nos muestra quienes hay detrás de estas cifras económicas, quienes son realmente, que sienten y sobre todo, sus humildes y cotidianas existencias, en una película que se desarrolla íntegramente en las cuatro paredes del centro de formación, con ese precioso epílogo que seguro emocionará a los espectadores, porque como nos viene a decir la película, en las vidas de estas mujeres hay muchas más cosas a parte del trabajo, la servidumbre y la explotación a laque son sometidas en el extranjero, también, hay vida y sentimientos, aunque estos no se vean, y haya que sumergirse para mostrarlos. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA

Los tomates escuchan a Wagner, de Marianna Economou

SEGUIR LUCHANDO.

“No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo”.

Mario Benedetti

En la película Grecia: Reinventarse para sobrevivir (2015) de Elena Zervopoulou, también distribuida por El documental del mes, centrada en un grupo de agricultores que constituían una cooperativa, en plena crisis griega, para crear una red de alimentos para protegerse de los precios abusivos de las grandes cadenas del sector. Ahora, nos llega Los tomates escuchan a Wagner, de Marianna Economou, una productora y directora que lleva creando cine independiente griego hace casi dos décadas. La directora griega nos sitúa en Elias, un pequeño pueblo perdido en la Grecia profunda de tan sólo 33 habitantes, en el que dos primos, Christos y Aleco, junto a ocho octogenarias, se reconvierten en cultivadores de tomates orgánicos que exportan por el mundo, con la peculiaridad que colocan altavoces en mitad del cultivo en el que suena música tradicional griega y Wagner, para que los tomates crezcan y sepan mejor.

Economou construye una película sencilla y honesta, explorando la cotidianidad de unas personas que ante la crisis económica, se han reinventado y han convertido sus tomates en algo diferente, en una fuente de ingresos para seguir disfrutando de la tranquilidad y la paz de su pueblo. La película no sólo nos habla de la forma que tienen este grupo, muchos de ellos familiares, de hacer frente a la crisis económica, sino que también, explora la despoblación de los pueblos debido a los problemas económicos, y sobre todo, nos habla de fraternidad y relaciones humanas, de cómo un reducido grupo es capaz de hacer frente a las adversidades, y desde lo más íntimo y honesto, emprenden una lucha incesante para mantener sus vidas rurales a través de un trabajo artesanal para encontrar esos sabores y formas diferentes, que les hagan novedosos en un mercado orgánico internacional muy exigente que requiere fuerza e ímpetu para vender tu producto.

El relato muestra la intimidad y la cercanía de esta pequeña comunidad que funciona como uno solo, donde todos participan en la elaboración del tomate y su posterior mezcla para encontrar esos sabores que se venderán en pequeños tarros por el mundo, creando sabores diferentes para todo tipo de paladares. Economou lanza una película que es un granito de esperanza ante las dificultades económicas de Grecia, una manera diferente de encarar la adversidad y los conflictos en el aspecto laboral, y sobre todo, la cinta se desmarca de otras películas que abordan las crisis laborales de manera cruel y desesperanzadora. En Los tomates escuchan a Wagner, el camino en el que se aborda la dificultad es muy diferente, centrándose en la lucha diaria, en las dificultades en mantenerse en un mercado como el orgánico difícil que requiere una dedicación constante en toda la producción, mimando los detalles y creando unos sabores que se desmarquen del resto. La película respira vida, humanismo y comunidad, donde un grupo de personas intenta romper la oscuridad de una realidad sangrante, y emprende un camino de lucha, de seguir remando a contracorriente, de seguir en pie frente a la adversidad, de crear equipo y luchar por mantenerse en el partido, creando grupo y sobre todo, no perder la ilusión por aquello que están creando, aunque haya un sinfín de dificultades e inesperados infortunios.

Economou no se olvida del sentido del humor de sus personajes, y filma esos instantes donde a pesar del duro trabajo y los conflictos, ya sean personales como económicos, unos momentos en el que todos se ilusionan y ríen mirando un mapa, como si fuese el de la isla de las oportunidades, y siguen con sus dedos los trayectos que hacen sus tomates por el mundo, o los momentos en que reciben a los escolares franceses y les muestran con orgullo y humildad el proceso de elaboración de sus productos, o aquellos instantes impagables cuando todos viajan a Alemania para ver in situ sus productos en las estanterías de los supermercados ecológicos o esperando en los almacenes su distribución. Una película humanista y sincera, que aborda de manera sencilla la capacidad innata del ser humano para crecer ante la adversidad, formar grupo y levantarse una y otra vez para poner en pie la economía de su pequeño pueblo y así parar la despoblación. Christos y Aleco y el grupo de las cinco mujeres octogenarias forman un maravilloso grupo humano y magnífico que con su trabajo artesanal y su lucha se convierten en un símbolo para todos, en una forma de lucha en el que todo es posible, en el que las cosas pueden ser de otra manera, en que todos podemos cambiar nuestro presente con ilusión, trabajo y creyendo en nosotros.  JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA