Entrevista a Marta Nieto y Marga Almirall

Entrevista a Marta Nieto y Marga Almirall, directoras de contenidos de Drac Màgic (Cooperativa Promotora de Mitjans Audiovisuals), en el marco del 50 Aniversario de la entidad, en la Bonne, Centre de Cultura de Dones Francesca Bonnemaison en Barcelona, el lunes 10 de mayo de 2021.

Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a las personas que han hecho posible este encuentro: a Marta Nieto y Marga Almirall, por su tiempo, generosidad y cariño, y a Anne Pasek y Teresa Pascual de Good Movies, por su generosidad, cariño, tiempo y amabilidad.

Las vidas de Marona, de Anca Damian

PERRA VIDA.

“Los humanos no se molestan en aprender nuestros ladridos, pero nosotros tenemos que entender lo que nos dicen. Aprended el idioma del hombre para protegeros de él”

Si hay un perro que nos ha conmovido en el cine más personal y comprometido, ese no es otro que Flike, el perrito que seguía a pies juntillas al desamparado y solitario Umberto Domenico Ferrari, el jubilado pobre de Umberto D., de Vittorio de Sica. Flike era fiel a su dueño, a pesar de las injusticias y penumbras por las que pasaban, un perro que era más que un amigo, era el único ser vivo que nunca dejaba a Umberto. Marona, la perrita mestiza, también es un can fiel y resistente, a pesar de que, al contrario que Flike, no suele encontrar en los humanos un aliento cálido y amable. Marona hace lo imposible para ser una más, pero las circunstancias de su existencia resultan hostiles y oscuras. La cineasta Anca Damian (Clujnapoca, Rumanía, 1962) ha combinado la acción real con títulos como Crossing Dates (2008) A Very Unsetted Summer (2013) o Moon Hotel Kabul (2018) con largometrajes de animación como Crulic: The patch to Beyond (2011) donde mezclaba aspectos biográficos, aires kafkianos y experimentales, o The Magic Mountain (2015) la historia de un Don Quijote en Afganistán.

La directora rumana fusiona su fantasía visual con temas universales como el amor y la muerte, cuentos de hadas modernos, en los que prima la verdad, como espejo de la tragedia de la existencia, a través de personajes sumidos en realidades complejas y tristes. En Las vidas de Marona arranca con el atropello de la perra protagonista del relato. A partir de esa imagen tremenda con el animal tendido en el suelo y agonizando en el asfalto, arranca el relato, con la compañía de la voz en off del can, que nos irá explicando las vicisitudes de su vida, incluso antes de nacer. Siguiendo la misma estructura que Sin techo ni ley, de Agnès Varda, por citar una de las películas en las que mejor se refleja la durísima vida de Marona, la película nos irá llevando por un universo laberíntico y vital, con una apabullante y extraordinaria imaginación visual, acompañada de un virtuosismo estético y pictórico, donde se mezclan lo onírico con lo real, las formas extrañas, surrealistas y complejas, dibujando marcos y mundos dentro de este completamente inabarcables, surrealistas y esperpénticos.

Marona vendrá al mundo y será abandonada por la familia de su padre, un dogo argentino racista y malcarado. Sola y abandonada en la calle, será recogida por Manole, un solitario y melancólico acróbata, que vive en un mundo de bohemia, donde la perrita cachorra, vivirá un cuento lleno de colores, formas imposibles y ensoñaciones, aunque todo ese universo de fantasía y amor, no tardará en llegar a su fin. Luego, pasará a manos de Istvan, un conductor amable y patoso, que la llevará a su casa, un hogar lleno de normas y restricciones, donde Marona, en su adolescencia, se sentirá atrapada y desamparada. Finalmente, los huesos de la perrita acabarán en manos de Solange, una niña que a medida que se hace mayor, dejará de lado a su perrita adorable. Una vida, la adulta, en que Marona tendrá que aceptar las cosas como son y soportarlas. Damian construye una película imaginativa y visualmente magnífica, sobre la perra vida de un can que deberá lidiar con el amor y el dolor a partes iguales, o mezclado, donde la hostilidad de los humanos será el pan de cada día, como les ocurría a Baltasar y a Marie, burro y niña, en la maravillosa Au hasard Balthazar, de Bresson, maltratados y vilipendiados por sus amos, unas vidas duras que encontraban poco amor.

Damian ha construido en Las vidas de Marona, un relato humanista y sensible, donde encontramos humor, ternura, dolor y tragedia, que crítica la hipocresía de la sociedad, atizando en ese interés malvado del amor, de la utilización y el abandono, a través de la existencia de un can mestizo, una especie de patito feo, que empieza ser rechazado por su condición diferencial, por no pertenecer a lo auténtico, a lo oficial, y así, comenzará una vida de abandono, solitud y desamparo, en la que su existencia, después de algo de amor y cariño, se instala en la soledad y la tristeza, como único camino insondable en la existencia del cánido, convertida así en un espejo deformante, en que el reflejo existencial del animal, se convierte en los males de nuestra sociedad, en la que, por desgracia, reinan la competitividad, la avaricia, el egoísmo, la soberbia, la hipocresía, y demás males que, ahondan y maltratan a aquellos, como le ocurre a Marona, diferentes, llenos de bondad y fidelidad, seres inocentes, llenos de vida, y sobre todo, amor, que chocan con ese cúmulo de barbaridades tan instaladas en la sociedad. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA

Entrevista a Claire Simon

Entrevista a Claire Simon, directora de la película «Primeras soledades», en el marco de la 27a Mostra Internacional de Films de Dones. El encuentro tuvo lugar el viernes 7 de junio de 2019 en la cafetería del Hotel Ibis Style BCN Centre en Barcelona.

Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a las personas que han hecho posible este encuentro: a Claire Simon, por su tiempo, amistad, generosidad y cariño, y a Anne Pasek y Teresa Pascual de Good Movies comunicació, por su tiempo, paciencia, generosidad y trabajo.

Primeras soledades, de Claire Simon

LOS ADOLESCENTES TIENEN LA PALABRA.

“No llores, hombre… ¿Hablas con él? ¿Habláis? ¿Sabes? Creo que… eres un tío que sufre y que se lo guarda todo. Te contienes muchísimo hasta que explotas. Tendrías que hablarlo. Mi madre está presente. Yo lo hablo con ella, quizás no de la mejor manera. Pero tienes que hablar con alguien. Yo voy al psicólogo. Si te lo guardas todo dentro, no crecerás jamás, ¿sabes?”

La palabra. El diálogo. Compartir aquello que guardamos, aquello que ocultamos a los demás, aquello que nos duele y nos mata. La cámara está ahí, frente a nosotros, actuando como testigo omnipresente, en la cual desvelaremos aquello que no contamos, contaremos nuestra verdad. La decimosexta película de Claire Simon (Londres, Reino Unido, 1955) es un documento excepcional y bellísimo sobre la palabra, sobre unos cuántos diálogos entre adolescentes alumnos de un instituto ubicado en los suburbios parisinos. Un retrato de aquí y ahora, en el que los chavales dialogaran entre ellos sobre sus sueños, deseos, dolores o miedos, en su intimidad, frente a otro igual como ellos, alguien que ha vivido situaciones anómalas en su entorno familiar, que mantiene relaciones ásperas y duras con sus progenitores, que conoce la soledad, el sentirse abatido y solo en su propia casa, seres con familias desestructuradas, que desean paz y tranquilidad, aunque sea un instante, en unas vidas azotadas por el miedo, la incomprensión y la soledad.

Simon ya se había sumergido en los centros de enseñanza con anterioridad, muchos recordarán su sensible y poderosa Récréations (1998) en la que exploraba con extrema delicadeza y armonía las desventuras de un buen puñado de párvulos en su momento de recreo. O la más reciente Le concours (2016) en el que seguía con esa mirada inquieta y curiosa que la caracteriza, a un grupo de jóvenes aspirantes a la Escuela de Cine de París. La película resultante viene de un proceso creativo que arrancó cuando Simon, invitada por una amiga, accedió a dar un curso sobre cine en una asignatura optativa en la que se inscribieron 10 alumnos, que animados por la directora, les contaron sus experiencias vitales para incluirlas en un futuro corto de ficción sobre sus vidas. El contenido de sus experiencias, así como la sinceridad que mostraron en las entrevistas y la naturalidad, animó a la directora francesa a arrancar un película sobre sus vidas a través de diálogos entre ellos (un dispositivo parecido al de Rithy Pahn en El papel no puede envolver la brasa, en la que un grupo de jóvenes prostitutas de Camboya dialogaban entre ellas explicándose sus realidades y miserias) en el que se contarían sus vidas y sus miedos, esas primeras soledades a las que alude su ejemplar título.

La directora francesa sitúa frente a su mirada y su cámara a los diez adolescentes participantes en su curso, acogiéndolos con sinceridad y honestidad, ofreciendo el cine como arma terapéutica para encarar los problemas y filmarlos mientras los encaran a través de la palabra. Simon no deja fuera a ninguno de ellos, una decena de almas entre chicos y chicas, de diferentes culturas y formas de pensar y vivir, de padres inmigrantes, en la mayoría de casos, que muestran una transparencia admirable y conmovedora para abordar esos temas dolorosos que han vivido o viven en sus hogares, o podríamos decir lo que queda de ellos, con padres divorciados, con apenas relación con ellos, o con padres desconocidos, situaciones violentas, o simplemente, desamparo en muchos de sus casos, miran con dolor y tristeza esos pasados o presentes, y se animan con relativo miedo vislumbrando un futuro que miran con algo de optimismo y con actitud valiente de encararlo con energía y fortaleza, esperando que resulte muy diferente al experimentado por ellos.

Simon los filma en las clases durante y después de ellas, en los bancos del patio, mientras viajan en autobús o realizan compras, en una primera mitad en la que el invierno invade todo el recinto académico, en que todas las conversaciones son interiores, y luego, con la llegada de la primavera, la cámara abandona las cuatro paredes para mostrar el patio, la ciudad, y la calle, donde nos hablarán de esos pasados, en algunos casos, felices, en otros no, pero si desde sus miradas de adolescentes, con la suficiente edad y tiempo necesarios para comenzar a hablar de sus vidas, sus relaciones familiares y mirar su futuro. Una tarea y forma con la que podría emparentarse Primeras soledades con el proyecto de Quién lo impide, de Jonás Trueba, donde a partir de encuentros con adolescentes nacen una serie de películas-trabajo para hablar de sus vidas, de sus identidades y sus deseos y soledades, películas a las que también podríamos añadir < 3, de María Antón Cabot, en la que se también se aproximaba al mundo de los adolescentes a través de ellos cediéndoles la palabra para que pudieran expresarse con total libertad y naturalidad.

Simon ha construido no solamente una película extraordinaria sobre la adolescencia, muy alejada de esa idea maniquea que ofrecen los medios de comunicación generalistas constantemente, sino que también Primeras soledades se alza como un excepcional, desgarrador y contundente documento sobre esa adolescencia quebrada que sigue resistiendo en silencio los males de los adultos, aunque eso sí, siguen manteniéndose firmes en su decisión de seguir hacia adelante con la palabra como mejor arma, hablando y escuchando a aquellos, que al igual que ellos, han vivido o viven situaciones difíciles y complejas en sus hogares, en que la película de Simon ofrece un puerta abierta para mirarlos con detenimiento, acercarse a sus intimidades, en el que se abran y dialogan de todo lo que callan y ocultan para construir un lazo de amor y comprensión para mirar ese futuro que les espera con la mejor de las actitudes. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA


<p><a href=»https://vimeo.com/334379711″>Trailer Primeras soledades | Pack M&agrave;gic Forum</a> from <a href=»https://vimeo.com/user34637086″>Pack M&agrave;gic</a> on <a href=»https://vimeo.com»>Vimeo</a>.</p>

Entrevista a María Ruido

Entrevista a la cineasta María Ruido en el marco de la 26a Mostra Internacional de Films de Dones de Barcelona. El encuentro tuvo lugar el jueves 7 de junio de 2018 en la Filmoteca de Catalunya en Barcelona.

Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a las personas que han hecho posible este encuentro: a María Ruido, por su tiempo, sabiduría, generosidad y cariño, al equipo humano que hace posible la Mostra, por su cariño y generosidad, y a Teresa Pascual y Anne Pasek de Good Movies Comunicació, por su tiempo, generosidad, paciencia y cariño.

Entrevista a Cecilia Bartolomé

Entrevista a la cineasta Cecilia Bartolomé en el marco de la 26a Mostra Internacional de Films de Dones de Barcelona. El encuentro tuvo lugar el martes 5 de junio de 2018 en la Filmoteca de Catalunya en Barcelona.

Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a las personas que han hecho posible este encuentro: a Cecilia Bartolomé, por su tiempo, sabiduría, generosidad y cariño, al equipo humano que hace posible la Mostra, por su cariño y generosidad, y a Teresa Pascual y Anne Pasek de Good Movies Comunicació, por su tiempo, generosidad, paciencia y cariño.

Encuentro con Alba Sotorra y Carla Subirana

Encuentro con las cineastas Alba Sotorra y Carla Subirana, con motivo de la mesa redonda «Intruses». Cineastes en espais de masculinitat exclusiva, propuesta de la Mostra Internacional de Films de Dones de Barcelona, en el marco del VI Festival Internacional de Cinema d’Autor de Barcelona. Modera Marta Nieto (Miembro de la directiva de Drac Màgic). El evento tuvo lugar el miércoles 27 de abril 2016, en la sede del SGAE Catalunya de Barcelona.

Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a las personas que han hecho posible este encuentro: a Alba Sotorra y Carla Subirana, por su tiempo, conocimiento, generosidad y cariño, al equipo de Drac Màgic, por proponer el evento, su trabajo, amabilidad y cariño, y al equipo del VI Festival Internacional de Cinema d’Autor, por su trabajo y buen hacer.