Encuentro con Nobuhiro Suwa

Encuentro con el cineasta Nobuhiro Suwa, con motivo de la retrospectiva que le dedica de su obra el D’A Film Festival, en colaboración con la Filmoteca de Cataluña, junto a Octavi Martí, subdirector de la Filmoteca. El encuentro tuvo lugar el viernes 27 abril de 2018 en la Filmoteca de Cataluña en Barcelona.

Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a las personas que han hecho posible este encuentro: a Nobuhiro Suwa, por su tiempo, sabiduría, generosidad y cariño,  a Xan Gómez de Numax Distribución, por su tiempo, amabilidad y generosidad, y a Jordi Martínez de Comunicación de la Filmoteca, por su amabilidad, generosidad, tiempo y cariño.

Romance en Tokio, de Stefan Liberski

100X70_ROMANCE_TOKIO-01AMÉLIE EN EL PAIS DEL SOL NACIENTE.

“Tout ce que l’on aime devient fiction”

(Todo lo que uno ama se vuelve ficción)

Amélie Nothom

Amélie es belga y tiene 20 años. Nació y estuvo hasta los cinco años en Tokio. Ahora vuelve, fascinada por su cultura y con la intención de empaparse de todo lo que le ofrezca ese país. Pone un anuncio para dar clases de francés y conoce a Rinri, un joven de su misma edad, de familia burguesa y amante de la cultura francesa, y además, está deseando convertirse en su alumno. Se caen bien, quedan y les encanta pasar tiempo juntos hasta que se enamoran y comienzan una relación.

El director Stefan Liberski (1951, Bruselas), graduado en filosofía y literatura, y con experiencia de becario de Fellini, acomete su tercera película (basada en la novela Ni de Eva ni de Adán, de la hipnótica y fascinante Amélie Nothomb), en la que se adentra en una fábula moderna, con una estructura de cuento tradicional, en la que una joven apasionada, espontánea y aventurera se enfrenta a un país diferente al que dejó, en el que tendrá que lidiar con el choque cultural, las diferentes costumbres, el peculiar sentido del humor japonés, y sobre todo, tendrá de dirimir diferencias consigo misma, con sus miedos, contradicciones, ilusiones y demás derivas emocionales. Liberski ha fabricado una película sencilla, directa y mágica, pero también oscura y brumosa, como algunos de los ambientes por los que se mueve nuestra heroína. El relato rezuma vitalidad y sensibilidad, recorre las calles de la inmensa urbe de Tokio a modo de documental, capturando cada rincón, cada mirada, la descubrimos a través de los inquietos ojos de Amélie, su mirada será la que nos muestre ese país lleno de contrastes: por un lado, el respeto hacia los ancestros y las costumbres que conllevan rituales milenarios contrastan con problemas de la modernidad capitalista como los maratonianos horarios laborales y esa obsesión hacía el juego. Pero la piedra angular del relato, reside en la historia de amor romántica y pasional que tienen Amélie y Rinri, que descubre en la joven una sensualidad y sexualidad a través de una belleza que desconocía, y sobre todo, la conduce a un proceso de tránsito, de madurez , en el que abandonará el recuerdo de la infancia en Tokio para introducirse en la difícil existencia de la vida adulta con sus soledades, desilusiones, dudas y otros sentimientos.

TOKYO FIANCEE 10

Resulta sumamente revelador, cuando en un momento de la película, Amélie le confiesa a Christine, una amiga belga que reside en Tokio, que ser japonesa es difícil, a lo que la amiga le responde afirmativamente. Situación que perseguirá a Amélie durante todo el metraje, esa sensación de no saber quién eres ni a donde perteneces. La película también juega y muy sabiamente con el humor negro y ácido que alivia ligeramente los momentos difíciles por los que atraviesa la joven protagonista. Es de agradecer la ligereza con la que Liberski cuenta su película, pero que encierra las emociones más profundas, con ese aire poético que impregna toda narración, como cuando nos envuelve entre las brumas del bosque del monte Fuji por el que camina Amélie, ese acento tenebroso que el realizador belga impone a ese instante, que ayuda a descubrir el sentido interior que está viviendo la joven, y también las aguas termales de la isla de Onsen, donde la película desprende sensualidad y serenidad. Otro de los grandes aciertos, es la química que desprenden la pareja protagonista, que componen de forma sincera unos personajes que parecen distantes por momentos, y en otros, muy cercanos, destacando la vitalidad y complejidad de la interpretación de la joven Pauline Étienne (vista en las interesantes La religiosa y Eden). La frialdad e independencia del japonés enfrentada a la sinceridad y espontaneidad de la belga ayuda a conocer la naturaleza de un relato que pretende contarnos eso tan complicado que nos pasa en nuestras vidas, en el instante que dejamos de soñar con el niño que fuimos para convertirnos en el adulto que queremos ser, sin miedos y con la suficientemente valentía para afrontar los retos emocionales y profesionales que nos encontraremos por el camino de nuestras vidas.