Lo carga el diablo, de Guillermo Polo

UN CADÁVER EN EL MALETERO. 

“Sólo se vive una vez, pero si lo haces bien, una vez puede ser suficiente”. 

Mae West

Erase una vez… un tipo llamado Tristán, un escritor frustrado que sobrevive escribiendo frasecillas en sobres de azúcar. Un día, recibe el encargo de llevar el cadáver de su hermano mayor Simón de Avilés hasta Benidorm donde será enterrado bajo un árbol. Empujado por el montante económico, Tristán decide aceptar. Quizás sea la última oportunidad de vivir una experiencia verdadera y salir de esa vida rutinaria y aburrida en la que lleva instalado demasiado tiempo. A los hermanos y cineastas valencianos Javier y Guillermo Polo los conocimos a través de El misterio del Pink Flamengo (2020), dirigida por Javier y en la cinematografía Guillermo, una extraña mezcla de comedia y aventura protagonizada por un tipo obsesionado con los flamencos que le llevará a un alucinante viaje por Estados Unidos. Ahora, nos llega la ópera prima de Guillermo, a partir de un guion firmado por Guillermo Guerrero, Mr. Perfume y Vicente Peñarrocha, del que conocemos como director de películas como Fuera del cuerpo (2004) y Arritmia (2007), y series como Sin tetas no hay paraíso y La fuga, entre otras. 

Estamos frente a un interesante cruce de comedia negra con ecos de “indie” estadounidense a lo Hellman, Peckinpah y demás, donde los vaqueros y caballos han sido sustituidos por tipos igual de perdidos y coches ochenteros, con el mejor aroma de las comedias populares negrísimas que asolaron el cine español de entonces, en un relato por el que pululan muchos perdedores o pobres tipos sin suerte o quizás, gentes corrientes metidos en empresas demasiado grandes para ellos. La estructura sigue una road movie, arrancando en Avilés pasando por Soria, Teruel, Calpe hasta el destino final en Benidorm. Pero, la cosa no termina ahí, porque a Tristán lo sigue una asesina a sueldo acompañada por su padre senil, amén de la viajera Álex, una joven que huye o simplemente anda tan perdida y desesperada como el protagonista. También, podemos verla como una crónica social muy de aquí, con una familia rota o demasiado separada, seres en los márgenes de la ley, que hacen y deshacen o quizás hacen lo que pueden dentro de lo poco que saben. La historia entretenida y cercana en la que a esta pareja accidental les pasa de todo, y donde se enfrentan a todo aquello desconocido, peligroso y diferente.  

La cinematografía de Pablo García Gallego que trabajó en La viajante (2020), de Miguel Ángel Mejías, consigue esa textura gruesa muy del 16mm y esa inmediatez que tiene toda la historia, construyendo un luz cambiante donde el día y la noche ayudan a ir cimentando emocionalmente a los personajes. La música de Pablo Croissier ejerce un espejo-reflejo de lo que vemos en la pantalla, acompañada de unos grandes temas entre los que destacan las bandas Dover, Pony Bravo, Yo diablo, The Paragons, Camela, Los Rockets y Hogar, entre muchos otros. El montaje lo firman el trío Ernesto Arnal, del que vimos En temporada baja (2022), de David Marqués, Óscar Santamaría, que tiene cortos con David Pantaleón, y Vicente Ibáñez, con más de dos décadas en el campo cinematográfico, en películas como Agua con sal, El amor no es lo que era, ¿Me esperarás?, entre otras, que consiguen una película dinámica, muy física, y con sus partes emocionales, espontánea y libre, con esas dosis de drama cotidiano, comedia negra muy loca y psicótica, tanto en lo físico como en lo emocional, con sus rítmicos 103 minutos de metraje, con referencias a Ola de crímenes, ola de risas (1985), de San Raime, y escrita por los hermanos Coen, y otras famosas de los dos hermanos como Arizona Baby y El gran Lebowski, entre otras.  

Su extraordinario reparto encabezado por un desatado Pablo Molinero como protagonista, bien acompañado por Mero González como Álex, y un siempre fabuloso Isak Férriz como “hermano”, una estupenda Antonia San Juan como “asesina”, y Manuel de Blas como su padre senil, Emilio Buale y Luifer Rodríguez como polis enfadados, y la desaparecida Itziar Castro, siempre tan fantástica, y las presencias de Pino Montesdeoca, Manolo Kabezabolo y Eloi Yebra como punkis. si quieren pasar un buen rato no dejen de ver Lo carga el diablo, de Guillermo Polo, porque disfrutarán de lo más nuestro y cañi con ese aire de road movie negra y buenas dosis del cine gamberro estadounidense, pero no de la risa floja y chistes por doquier, sino de todo lo contrario, aquel que se distingue por retratar a personajes de fuera, aquellos que la vida los asume a una existencia anodina y aburrida, pero ellos se empeñan en lo contrario que, aunque les vaya de aquella manera, siguen intentándolo, a pesar de ellos y de su alrededor, todavía mantienen algo vivo que les empuja a creer algo en ellos, no mucho, pero les hace levantarse cada vez que la vida se empeña en lo contrario. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA

The Mistery of the Pink Flamingo, de Javier Polo

DEL NEGRO AL ROSA.

“Lo único que tienes y que nadie más tiene eres tú. Tu voz, tu mente, tu historia, tu visión. Así que escribe y dibuja y construye, juega, baila y vive como solo tú puedes».

Neil Gaiman

Había una vez un tipo que se hacía llamar Rigo Pex, aunque cambió el nombre para ser llamado diferente al resto, aunque vivía igual que la mayoría. Rigo Pex vivía en Valencia, era ingeniero de sonido, siempre vestía de negro, grababa y archivaba sonidos de su ciudad, y su existencia era de los más anodina y convencional. Pero, algo sucedió en la vida de Rigo Pex, algo que lo cambiará todo, su obsesión por los flamencos, que comienza a ver en cualquier lugar, tanto en su forma natural como artificial, razón que lo lleva a investigar sobre el tema, acercándose a artistas relacionados con lo rosa, el kitsch y lo diferente. Los hermanos Polo, Javier y Guillermo, de la década de los ochenta y de Godella (Valencia), se reparten las tareas de dirección y cinematografía, respectivamente, ya los habíamos conocido en Europe in 8 bits (2013), en la que investigaban la corriente de la música “chip”, generada a través de ordenadores y consolas antiguos, mostrándonos un universo de artistas obsesionados con lo retro y sus nuevos sonidos.

Después de la película corta El ascensor (2015), y trabajos varios en la publicidad y en televisión, los hermanos Polo vuelven a unir fuerzas para mostrarnos la aventura cómica, introspectiva e incierta, como son todas las aventuras, empezando por la vida, de Rigo Pex, una aventura que consistirá en un viaje, que empezará en el interior del inquieto joven, luego exterior, buscando a aquellos artistas de lo rosa y lo kitsch, y luego, cruzaremos el charco junto a él, y nos trasladaremos a Miami, Las Vegas o Baltimore, para seguir adentrándonos en un mundo excéntrico, diferente, plagado de personajes variopintos, singulares, que rompen cualquier estereotipo, seres que viven a su manera, ajenos a ese mundo encajonado, lleno de prejuicios y muerto en vida. Una travesía a partir de alguien que deja el negro y su aburrida monotonía para descubrirse y descubrir otras formas de vida, otras mentes inquietas, otras verdades, y sobre todo, a cruzar el otro lado, aquel en el que ya no quieres ser como los demás, sino como tú mismo. Guiados por la narración de Miguel Ángel Jenner, que actúa como voz de la conciencia para Rigo Pex, seremos testigos de la andadura extrañísima y honesta del susodicho.

The Mistery of Pink Flamingo es un documento que va más allá del mero retrato de una figura, para mostrarnos todo un universo de lo kitsch, de lo absurdo, de lo raro, de lo estrambótico, del mal gusto, y lleno de personajes auténticos, libres y muy transgresores, a modo de encuentro-entrevista, como el veterano cineasta John Waters, y su grandiosa Pink Flamingos (1972), una obra de arte del género “trash” o basura, repleta de transgresión, suciedad y múltiples perversiones, la productora musical Alee Willis, que nos muestra ese mundo rosa y kitsch en el que ha convertido su hogar, con su irreverencia y naturalidad, el peculiar y original universo del mal gusto rosa, dándole la vuelta a su aparente significado, que reivindica el cineasta Eduardo Casanova, con su singular Pieles (2017), llena de seres deformes y llenos de amor, el artista visual Antonyo Marest, con sus murales y su forma de interpretar el arte desde lo absurdo y lo diferente, el grupo de pop Kero Kero Bonito, con su buen rollo de música pegadiza con estética de videojuegos y rosa, influenciados por un curioso e inquietante humor.

También habrá espacio para esos personajes denominados “freaks”, o quizás, más bien, serían personas que han decidido vivir una experiencia vital a su forma y semejanza, alejados de lo calificado de normal, siendo fieles a sus sueños y deseos, como el imaginario de Cindy Lundlow, que ha llenado su casa de flamencos de todo tipo, llena de souvenirs, juguetes, y demás objetos y cachivaches relaciones con el mítico y fabuloso animal, y finalmente, Kitten Kay Sera, más conocida como “The Pink Lady of Hollywood”, una mujer que ha encontrado en lo rosa su forma de vida, con una casa solo de rosa, y una apariencia que reivindica el rosa como arma contra un mundo cada vez más estúpido y vulgar. Un montaje lleno de energía y rítmico que firma Yago Muñiz, que tiene en su haber trabajos en el campo documental con Fernando León de Aranoa, y como asistente en labores editoras en muchas películas de Julio Medem.

 Javier Polo ha construido un relato peculiar y alocado, con estética y música pop, que se mueve por varios terrenos, siempre con el toque de humor y transgresor, con ese equilibro exacto entre lo ridículo y lo humano, desde la aventura existencial, con el conocimiento del otro y lo otro, el documental honesto que muestra y retrata universos paralelos que están dentro de este, y sus mágicas criaturas que lo habitan, la comedia muy excéntrica, divertida y llena de pop, y muy hortera, pero no en el sentido peyorativo, sino todo lo contrario, haciendo bandera de lo diferente, de lo contracorriente, de lo sincero y personal, aunque sea tan diferente a lo convencional, a ser raro y no sentirse mal, a dejarse llevar por tus sueños, aunque vayan en otra dirección que el resto, a mirarse en el espejo y reconocerse, no intentar parecerse a aquel que no quieres ser, y nunca te atreviste a ser, a empezar la revolución más importante de tu vida, y es descubrir quién quieres ser, y no tener miedo a serlo, aunque para ello debas viajar al otro lado del mundo, a conocer a los seres tan extravagantes y extraños que te puedes echar a la cara, pero eso sí, personajes que un día dijeron basta y empezaron a ser esa persona que descubrieron ser, empezando a vivir, a sentir, y sobre todo, a soñar. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA