JFK: Caso revisado, de Oliver Stone

STONE VUELVE A KENNEDY.

“¿Qué clase de paz buscamos? Yo hablo de la paz verdadera, la clase de paz que vuelve a la vida en la tierra digna de ser vivida, la clase que permite a los hombres y a las naciones crecer, esperar y construir una vida mejor para sus hijos”

John F. Kennedy

La película JFK: Caso abierto, de Oliver Stone (New York, EE.UU., 1946), se estrenó en España el viernes 13 de febrero de 1992, el día de mi 18º cumpleaños. Yo fui a verla cuatro días después junto a dos amigos al desparecido cine Euterpe de Sabadell, ya desparecido. Imposible de olvidar todas las sensaciones e inquietudes que me produjo la película. Apenas conocía el caso del asesinato de Kennedy. La película resultó toda una elaboradísima investigación, a través de imágenes de archivo y ficción, de todo lo que sucedió aquel mediodía en Dallas, el 22 de noviembre de 1963, cuando el 35º Presidentes de los Estados Unidos fue asesinado. Las tres horas de la película eran fascinantes, con un ritmo frenético, de aquí para allá, capturando todos los individuos, organizaciones y demás objetos implicados. Todo se trataba desde la minuciosidad y el detalle más exhaustivo. La cinta volaba ante mis ojos, deslumbrado por la lección de historia y política del Sr. Stone, en que el cine iba muchísimo más allá, y volvía a sus orígenes, o a uno de sus propósitos, documentar la historia, observar los acontecimientos y registrarlos para las generaciones venideras.

Hay dos momentos que recuerdo con una nitidez asombrosa. El extraordinario momento del encuentro de Garrison (el personaje que interpretaba magistralmente Kevin Costner), con el Señor X (que hacía Donald Sutherland), donde le destapa todas las operaciones secretas de la CIA para aniquilar gobiernos democráticos con golpes de estado, y demás actividades para seguir con la guerra, y sobre todo, todas las oposiciones a tales operaciones de Kennedy, y aún más, todos los enemigos interiores en el ámbito militar estadounidense, que se iba creando el presidente ante su oposición en seguir con este tipo de operaciones secretas. Una secuencia que siempre ha vuelto a mi cabeza para explicar el triste funcionamiento del mundo en el que vivimos. Y el otro momento imborrable de la película, cuando Garrison muestra la película de Abraham Zapruder, en el que vemos el asesinato del presidente y todos sus detalles. Una de las pocas veces que el cine era testigo y lo documentaba de semejante suceso.

Han pasado más de treinta años de aquella película, y casi medio siglo del asesinato del presidente, y todavía hay demasiados secretos ocultos de lo que sucedió aquel día de 1963 y sobre todo, de quiénes fueron los responsables. Stone ha vuelto a Kennedy, ha vuelto a la investigación de su asesinato. Stone vuelve a hablarnos de Kennedy en JFK: Caso revisado («JFK Revisited: Through the Looking Glass, en el original), ¿Por qué lo hace? Porque Kennedy es su obsesión y el presidente que quería un mundo diferente. Si en la primera, la de 1991, se basaba en sendos libros del citado Jim Garrison y Jim Marrs, en un excelente guion que firmaba él mismo y Zachary Sklar. Ahora, vuelve al libro homónimo de James DiEugenio, que ha dedicado varios años de su vida a investigar el magnicidio, también autor del guion, y como no podía ser de otra manera hace referencia a JKF: Caso abierto (1991), que ayudó a desclasificar documentación del suceso, y vuelve al lugar de los hechos. Vemos a Stone pasear por la actual plaza Dealy en Dallas donde todo empezó o mejor dicho, donde todo acabó para Kennedy. El mismo director se entrevista con otros investigadores que se han propuesto esclarecer todo lo que envuelve al relato. Cada uno de los investigadores va informándonos de las falsedades y mentiras del relato construido por el gobierno, a través de la Comisión Warren y la culpación de Lee Harvey Oswald, que fue asesinado por Jack Ruby, dos días después del asesinato de Kennedy, y en una comisaría.

No encontramos nuevamente con un extraordinario minucioso tratamiento de búsqueda de imágenes de archivo hasta ahora inéditas, a través de sus magníficos y documentados ciento dieciocho minutos, en los que a través de testigos e investigaciones se tiran por tierra toda la versión oficial, se vuelve a profundizar con numerosos datos, documentación y objetos para esclarecer aún más si cabe todo lo que envolvió a Kennedy, desde su elección y su mandato que arrancó en enero de 1961 y acabó aquel mediodía en Dallas. Se repasa cada detalle escrupulosamente, nada se deja al azar, frente a nosotros vamos mirando atónitos toda la documentación que se nos va revelando, los testimonios que la han estudiado e investigado a fondo todo el caso. En JFK: Caso revisado, no hay ficción o quizás, todo lo que envuelve a Kennedy es una ficción, porque estaba el presidente con sus actividades para desarmar el país y quitar el poder a la Cia y los servicios secretos, y sobre todo, su misión para hacer del mundo un lugar más pacífico y seguro, no solo para Estados Unidos, sino para el resto del mundo. En definitiva, para virar la política internacional y nacional del país y dejar de ser el sheriff del mundo para construir un mundo muy diferente. Frente a esa idea estaban “los otros”, la CIA, los servicios secretos, los militares y los fabricantes de armas que no estaban dispuestos a obedecer los planes de Kennedy y urdieron un golpe de estado contra su presidente y usaron a Oswald como cabeza de turco, como él mismo denuncia cuando fue detenido.

Stone se ha consagrado como cineasta gracias a sus películas-denuncia como hizo en Salvador (1986), sobre las guerras en Centroámerica y la participación estadounidense, Platton (1986) y Nacido el cuatro de julio (1989) sobre la guerra del Vietnam donde estuvo como combatiente, y la crítica sobre el trato a los veteranos, y en El cielo y la tierra (1993), las dificultades de un estadounidense casado con una vietnamita, en Nixon (1995), sobre la corrupción política, y muchos documentales sobre figuras políticas como Fidel  Castro, Hugo Chávez y otros dirigentes americanos, Putin y demás cintas, tanto para cine como televisión, donde investiga y retrata la política en todo su detalle, la manipulación que existe por parte de los medios, y sobre todo, construyendo visiones personales y profundas de toda la sociedad estadounidense de los sesenta y los líderes de la segunda mitad del siglo XX y comienzos de este siglo. Stone vuelve a codearse de algunos de los técnicos que le acompañaron en su primer JFK, y algunos otros de su filmografía, como el cinematógrafo Robert Richardson,  Donald Sutherland en la narración, junto a Whoopi Goldberg, el músico Jeff Deal, que ya estuvo en su trabajo sobre Putin, el editor Brian Berdan, que ya estuvo en Asesinatos natos y Nixon, que junto a Kurt Mattila y Richard B. Molina firman el detallista e inteligente montaje de la película, nada sencillo porque mezcla con audacia e inteligencia entrevistas a testimonios y abundante material de archivo, donde todo es analizado con profundidad, dando forma y fondo a todos los datos, por insignificantes que sean, realizando una exhaustiva investigación sobre el asesinato de Kennedy, y todo lo que ha ocurrido respecto al caso hasta nuestros días.

JFK: Caso revisado aporta nueva información no solo sobre el asesinato de Kennedy, todo lo que lo produjo y la conspiración que hubo detrás de él, y los posteriores asesinatos de Malcolm X en 1965, Bobby Kennedy y Martin Luther King en 1968, y todo ese período tan convulso y sangriento de los sesenta en EE.UU. con problemas raciales y demás,  sino que lanza todo un detallado estudio sobre el funcionamiento de la política internacional de este mundo, y más concretamente, de los Estados Unidos, porque Stone, que empieza y acaba con un par de discursos de Kennedy, donde se puede conocer las intenciones del presidente de acabar con una forma de hacer violenta hasta entonces y el cambio que quería cambiar a su país y por ende al mundo. Stone lo tiene claro, con Kennedy se acabó la esperanza de un mundo mejor, porque él tenía el poder para hacerlo, o no, porque con su asesinato finalizó el mundo que soñaba él y otros, porque con su muerte y la de otros líderes pacifistas y dialogantes en Estados Unidos, el mundo siguió a lo suyo, la CIA también, y ahora estamos así, con un mundo militarizado, más de sesenta conflictos en funcionamiento en la actualidad, y después de la guerra de Ucrania, con más deseos de los países enriquecidos de seguir armándose para seguir dominando a los empobrecidos y sometiéndolos a sus reglas del juego. Stone explica que tiene más material sobre el asesinato de Kennedy, así que JFK: Caso revisado, es otro capítulo en su lucha contra todos y todo, para esclarecer el asesinato que lo cambió todo, o mejor dicho, el asesinato que se produjo para que no cambiará nada. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA

A Good American, de Friedrich Moser

a_good_american-284301233-largeEL PATRIOTA TRAICIONADO.

“(…) si quieres que se haga algo debes hacerlo tú. No hay que pedir permiso, solo pedir disculpas, si es necesario. A veces no es necesario. Si el problema está arreglado, ya no hay problema”.

Bill Binney

En la actualidad, los gobiernos, amparados en la seguridad nacional, han invadido cualquier lugar del mundo instalando cámaras, servicios de vigilancia, y todo tipo de aparatos digitales en los que pinchan nuestros móviles, conexiones a internet, etc… con el fin de controlar y espiar a todos los ciudadanos del planeta, los cuales, aparte de vulnerar nuestra intimidad y privacidad, nos hemos convertido, sólo por el mero hecho de existir y utilizar estas nuevas tecnologías, en hipotéticas amenazas para el mundo en el que vivimos, trabajamos y nos relacionamos. El cineasta Friedrich Moser (1969, Austria) que ya presentó hace cuatro años el documental Los negocios de Bruselas (¿Quién dirige la Unión Europa?), codirigido con Matthieu Lietaert, en el que sacaba a la luz las entrañas podridas y corruptas de la estructura económica de una organización más propia del mundo del hampa que de una asociación democrática de un grupo de países para cooperar y velar por los intereses de los ciudadanos.

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Ahora, su objetivo son los EE.UU. y su Agencia de Seguridad Nacional (NSA) y más concretamente uno de sus miembros más prestigiosos, Bill Binney, criptógrafo y director técnico, especializado en el análisis de información,  que junto a su quipo de analistas de datos crearon el “Thin Thread”, un sofisticado programa de recopilación de datos que contenía un sistema de última generacón que una vez almacenaba la información, conseguía filtrarla por objetivos, y dejar solo aquellos datos de suma importancia, además, de dejar fuera todos aquellos datos que invadían la intimidad de los ciudadanos de a pie. Moser nos cuenta su película a través de un docu-thriller, como ya hizo con su anterior cinta, investigando los orígenes de Binney, su reclutamiento durante la guerra del Vietnam y su inicio de  trabajador de incógnito para los servicios de inteligencia, pasando por las diferentes áreas investigando y recopilando datos de las posibles amenazas, y el cambio que supuso el final de la Guerra fría y los nuevos enemigos del terrorismo árabe internacional, y su manera de actuar a través de las redes informáticas, la modernización de su trabajo con el “boom” de la era digital, donde todo ha cambiado, en un mundo lleno de cables, en el que todos sabemos todo de todos, y los gobiernos, y sus intrincados funcionamientos, son los primeros interesados en conocer al detalle la intimidad de todos los ciudadanos del planeta, traspasando los derechos fundamentales de libertad y protección de datos, por el bien de la seguridad, o eso dicen.

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El realizador austriaco cimenta un fascinante y terrorífico viaje en el que nos transporta a diferentes tiempos, situaciones y acontecimientos, utilizando imágenes de archivo para contarnos todos los sucesos importantes a lo largo de este período, y también, filma reconstrucciones de ficción para observar el funcionamiento de la NSA, todo ello mezclado con los testimonios de los verdaderos protagonistas: Bill Binney y su equipo hablan con sinceridad a la cámara, detallan todos los acontecimientos, nos explican la invención de su maravilloso programa y sobre todo, reflexionan y emiten sus propios juicios cuando se detienen en la estructura interna de su gobierno, y cómo actuaban después que la información confidencial llegaba a su poder, su incapacidad para detener futuros atentados (como el gravísimo contra el Worl Trade Center el 11 de septiembre del 20011), no haciendo el trabajo que tenían que hacer para evitarlo, anteponiendo los intereses económicos personales de los componentes jerárquicos del país, buscando la manera más sucia y corrupta para aumentar los ingresos a favor de una seguridad del país solo aparente, una excusa terrible y maléfica que termina con vidas inocentes.

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La cinta desarrolla el enfrentamiento que tuvieron Binney y su equipo con el gobierno y el final de su trabajo. El proceso de Binney, el ciudadano americano que cree que trabaja para un país libre y democrático, en el que su trabajo de investigación ayudará a salvar muchas vidas, se encuentra que todo es una farsa, una gran mentira en el que solo ha sido un títere más, dentro de un eje oscuro y fanático que insta sus intereses a los puramente económicos, y nada más. Un proceso parecido al de Jim Garrison, fiscal del distrito de Dallas que, investigó el magnicidio del presidente Kennedy para descubrir que todo era un trama planificada por el gobierno de su país para acabar con su mandatario que no permitía más gasto militar ni invasiones, que Oliver Stone hizo la película con resultados ejemplares. Hombres buenos, hombres de principios que se enfrentan a un poder corrupto y asesino, un poder que hace y deshace sin importarle las vidas de las personas. Moser ha construido una película política, con pulso firme y seria, un valiente alegato y muy necesario en los tiempos actuales, en el que podemos ver el aroma de las buenas películas de intriga, de espías, cine negro potente y cuidado, en el que teje una madeja pulcra y enérgica, compleja pero eficiente, pero logrando dosificar la información y dejándonos el tiempo necesario para la reflexión profunda y seria que evocan unas imágenes duras y tristes, si, pero reales, al fin y al cabo es el mundo que hemos creado y hacemos funcionar entre todos.