Marisol llámame Pepa, de Blanca Torres

DEL MITO A LA MUJER. 

“Lo único que quiero es ser una persona normal”

Pepa Flores

Películas como Un rayo de luz (1960), Ha llegado un ángel (1961), Tómbola (1962) y Marisol rumbo a Río (1963), convirtieron a una humilde niña andaluza en toda una star infantil, tanto a nivel nacional como internacional, convertida en paradigma del franquismo. Su nombre era Josefa Flores González (Málaga, 1948), pero todos y todas la conocieron por su nombre artístico: Marisol. Se ha escrito, hablado y analizado su carrera artística desde que fue niña prodigio hasta que en los años setenta deja todo esa imagen y pasa a llamarse Pepa Flores y cambia su perspectiva y carrera, con trabajos de otra índole, junto a autores como Juan Antonio Bardem, Mario Camus y Carlos Saura, y su activismo político de izquierdas. La película Marisol llámame Pepa, de Blanca Torres (Zaragoza, 1977), hace un recorrido desde su infancia, su éxito y toda su vida, tanto delante como detrás de las cámaras, con el subtítulo “Proceso a un mito”, a través de material de archivo, testimonios en el que van evocando a la artista y a la persona mediante una narradora, sacada de sus propias palabras, que nos van guiando por su mundo y su historia. 

De Torres conocíamos su excelente trayectoria junto al director Gabriel Velázquez con él que ha montado sus películas Ärtico (2014) y Zamiki (2018), coescrito Amateurs (2008), Iceberg (2011), además de la codirección de Análisis de sangre y azul (2016). Con su nuevo trabajo se adentra en el universo de Marisol/Pepa Flores que describe con detalle e inteligencia el devenir de un país en dictadura y su pasó a la democracia, a partir de un personaje como Marisol y su conversión en la edad adulta en Pepa Flores, una mujer que quiso dejar atrás lo que representaba para ser ella misma, a pesar de todos y todo. La mezcla de found footage muy rico, entre imágenes de todo tipo: fotografías, cine, entrevistas, recortes de prensa, acompañado de los sinceros testimonios en los que encontramos escritoras como Elvira Lindo y Marta Sanz, la periodista Nativel Preciado, la política Cristina Almeida, la cantante Amaia, la bailaora Cristina Hoyos y el productor Enrique Cerezo, entre otros y otras, que analizan su trayectoria, su actitud y su persona, compartiendo sus ideas tanto a nivel personal como profesional, y esas voces en off en que recogen testimonios de la propia artista, en una película construida desde muchos lugares y posiciones en las que se busca mostrar y reflexionar sobre la vida del mayor mito de la historia de España, desde una forma y fondo donde se traza un espacio de reflexión, profundidad y sobre todo, muy personal. 

Una película que ha contado con un trío de productores muy potente: Chema de la Peña, director de películas interesantes como Sud Exprés (2005), y Amarás sobre todas las cosas (2016), y documentales sobre cine De Salamanca a ninguna parte (2002), Un cine como tú en un país como este (2010), o literatura Mario y los perros (2019), entre otros, y Sarao Films, que después de dos décadas en la televisión han saltado al cine con películas sobre artistas como De caballos y guitarras, de Pedro G. Romero y Antonio, un bailarín español, de Paco Ortiz. Compañeros de viaje que han ayudado a contar, quizás, la película que faltaba sobre Marisol/Pepa Flores que, sin pretenderlo, han conseguido una obra didáctica y tremendamente intensa y rítmica, con la cinematografía de Juana Jiménez, de la que conocemos su trabajo en series como Las de la última fila, y en Las paredes hablan, la última película del gran Carlos Saura, y el montaje de Martina Seminara y la propia directora, que en sus 87 minutos sin descanso, repasa la vida y la obra, lo que se vio, lo que no y deja muchas ideas y pensamientos de una mujer que en el año 1985 decidió dejarlo todo y retirarse de la vida pública para ser ella misma alejada de todos y todo. 

Hay que agradecer la audacia y la propuesta de Marisol llámame Pepa, porque a pesar de todo lo que se ha escrito, hablado y profundizado en la vida de Marisol/Pepa Flores, la película de Blanca Torres, sin ningún ánimo de hacer la película capital sobre el mito, sí que consigue acercar la persona, la mujer que había detrás, la niña que creció alejada de su familia en la casa/cárcel de su productor, la niña que fue explotada y reventada en pos del éxito promocionando la idea tradicionalista del franquismo en un país sumido en la tristeza, la violencia y el desánimo, y luego, la mujer que quiso ser, romper con esa imagen de candidez y convertirse en una mujer de pleno de derecho, tener una carrera más adulta y seria, enfocada en temas importantes, y seguir cantando y bailando, y su compromiso político en pos de la injusticia, contra la explotación y ser una más en la lucha y la reivindicación, no para borrar aquella imagen, sino para que la viesen como la artista que era, la actriz adulta que pensaba por sí misma y con personalidad, carácter y determinación en una España que estaba cambiando, que se hacía mayor, que se resistía a olvidar sus mitos franquistas y empezaba a ver que había realmente detras de todo aquello, y encontraba la imagen de Pepa Flores, de una mujer, de alguien que se sentía capaz de seguir siendo artista y sobre todo, mujer. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA

Análisis de sangre y azul, de Blanca Torres y Gabriel Velázquez

poster_20170231_ok_72EL ESPECTRO DEL VALLE.

En 1997, José Luis Guerín realizó Tren de sombras, una película mágica, reveladora y fantástica, que evocaba no sólo al cine de los orígenes, sino que imaginaba a unas gentes, un tiempo y un lugar perdidos en la memoria que, a través de la tecnología, volvía a revivir delante de nuestros. La película de Blanca Torres (Zaragoza, 1977) y Gabriel Velázquez (Salamanca, 1968) que lleva por título Análisis de sangre y azul, es hija de la película de Guerín, perdiéndose en los límites del tiempo y filmando como nuestros ancestros, utilizando las mismas técnicas y las mismas pulsiones artísticas que devoraban a aquellos cineastas primitivos y amateurs.

Velázquez arrancó su filmografía dirigiendo cortos que le valieron el reconocimiento de los festivales, luego, fue guionista del documental De Salamanca a ninguna parte (2002), que recogía las famosas conversaciones de los cineastas españoles de la citada ciudad a mitad del siglo pasado, que dirigió Chema de la Peña, con el que codirigió Sud Express (2006), una road movie que mezclaba historias cotidianas y sociales entre los viajeros de un tren. Dos años después, con la guionista Blanca Torres, dio un giro a su carrera con Amateurs, a la que siguió Iceberg, en el 2011, y Ärtico, en el 2014, todas ellas historias protagonizadas por adolescentes, en ese tránsito entre la inocencia y la edad adulta, en la que a través de un corte social y comprometido, investiga todos los conflictos y necesidades dentro de unos ambientes deprimidos y tristes, con una hábil mezcla de documental y ficción.

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En esta nueva aventura, nacida de Torres (debutante en la dirección) en la que firman juntos por primera vez la dirección, se embarcan en un viaje hacia el pasado, provistos de cámaras de super8, filmaron en los Pirineos aragoneses una película de los años 30, concretamente arranca en los primeros días de 1933, cuando el Dr. Psiquiatra Pedro Martínez encontró en el Monte Perdido a un hombre de aspecto extranjero de melenas y barbas largas rubias, y tez pálida, un individuo que desconocía su nombre y que hacía allí, sólo habla inglés, y así fue como lo bautizó el doctor, “El Inglés”. Lo recogió y lo ingresó en el sanatorio mental que regentaba, un centro en medio de un valle perdido. Allí, fascinado por el descubrimiento, empezó una serie de experimentos científicos para conocer su estado mental y físico. El inglés, rodeado de otros enfermos, actúa como un aristócrata y se muestra muy amable con el género femenino. El tiempo va pasando y el Dr. Sigue filmando sus películas domésticas/científicas (emulando a otro colega, el Dr. Charcot y sus famosas fotografías de las histéricas de Salpêtrière), y analizando a sus pacientes y estudiando sus reacciones y actitudes.

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Torres y Velázquez han construido una cinta que evoca el espíritu de las películas de Murnau, con ese aroma de misterio, ciencia y fantasía, así como a Las Hurdes. Tierra sin pan, de Buñuel, el documento fascinante y terrorífico que realizó allá por el año 1932 sobre una tierra aislada, miserable y anclada en la servidumbre del caciquismo. Los cineastas no sólo escenifican de manera prodigiosa aquellas filmaciones de antaño, sino que su película también funciona como un documento antropológico y etnográfico sobre las zonas perdidas de los montes. El super8, y algunas filmaciones en 16 mm de la época, y el blanco y negro velado, aparecen en el formato de 4 tercios, con las consiguientes ralladuras y demás imperfecciones en la película que vemos, creando un ambiente de fascinación que mezcla la naturaleza bellísima del entorno con las películas de misterio y terror, pobladas de fantasmas y seres de otro mundo, que se filmaban por aquellos años.

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Dividida en dos segmentos, el primero abarca meses de 1933, y el segundo, arranca en 1938, cuando El Inglés que se acabará haciendo llamar Sr. Valdemar Torn, en una especie de mesías que viene a anunciar un nuevo mundo, adopta una nueva identidad y una nueva vida, en la que asume su condición de semental de la institución, después que los hombres hayan huido por miedo a ser reclutados en la Guerra Civil. Las filmaciones cesan en 1942, cuando en una de esas excursiones tan apreciadas por el Dr., El inglés, desparece y nunca más se supo de él. Torres y Velázquez han construido una carta de amor al cine, a los primitivos, a sus imágenes y a los orígenes de una técnica, siguiendo los preceptos de la época, en la que han contado con el actor sueco Anders Lindström y el grupo de teatro Arcadia, que rehabilita e integra a enfermos de salud mental (una experiencia parecida al del cineasta Bruno Dumont que en Camille Claudel 1915, situó a Juliette Binoche rodeada de enfermos mentales para contar la desdichada existencia de la famosa escultora), en la que interpretan a unos personajes objetos de las filmaciones de una película a contracorriente, bellísima y que nos traslada a las primeras imágenes, unas imágenes inocentes y naturalistas, en las que el tiempo, el espacio y los personajes parecen detenidos, envueltos en el ensimismamiento de sus miradas y gestos capturados por la cámara.


<p><a href=»https://vimeo.com/188161633″>TRAILER AN&Aacute;LISIS DE SANGRE AZUL</a> from <a href=»https://vimeo.com/user16762804″>Gabri Vel&aacute;zquez (GA)</a> on <a href=»https://vimeo.com»>Vimeo</a>.</p>