EL POETA SILENCIADO.
“Uno no se rebela por odio, sino por amor”.
De la novela “El cordero carnívoro”, de Agustín Gómez Arcos
Un desierto rocoso y árido nos da la bienvenida a Un hombre libre, de Laura Hojman (Sevilla, 1981), acompañada del potente sonido de los Derby Motoreta’s Burrito Kachimba. Un lugar y una canción para hablar de la vida y obra de Agustín Gómez Arcos (Enix, Almería, 1933 – París, Francia, 1998), un hombre libre, como reza el título, un tipo diferente que nació en una España que tuvo una cruenta guerra y una feroz y violenta dictadura y expulsó a tantos como él, tantos que creían y luchaban por una España diferente, una España plural, abierta y para todos y todas. Un poeta que lidió contra la ira del fascismo, que tuvo que exiliarse a Francia, y sobre todo, tuvo que vivir con el resentimiento hacía un país que nunca lo quiso, que nunca lo miró y encima, lo silenció y olvidó. Esta es la historia de muchos como Agustín, que la historia los abandonó, aunque también es la historia de los que lucharon contra el olvido y los devolvieron a la vida, a la literatura y a destacarlos y darles su lugar en la historia, su lugar en el mundo que tanto tiempo se le negó.

De Hojman conocemos tres películas anteriores, todas ellas dedicadas a novelistas andaluces o con Andalucía como telón de fondo: la primera fue Tierras solares (2018), que recogía el periplo del nicaragüense Rubén Darío por la Andalucía de principios del XX, después vimos Antonio Machado. Los días azules (2020), siguiendo la travesía vital del genial escritor andaluz, más tarde hizo A las mujeres de España. María Lejárraga (2022), que, al igual que sucede con Un hombre libre, se propuso dar voz contra el silencio de grandes autores olvidados por la historia o por lo que fuese. La propuesta de la cineasta sevillana se basa en un viaje muy bien documentado en la que se acoge al archivo, ya sea documentado, audiovisual, sonoro y la aportación de expertos y figuras de la literatura que ayudan a contar y reflexionar las posiciones sociales, políticas y culturales de los protagonistas y la época que les tocó vivir y sufrir. También, hay elementos de ficción, pocos eso sí, que le dan la profundidad necesaria. Podríamos decir que sus cuatro películas abordan diferentes personajes a lo largo y ancho del siglo XX de la Historia de España, donde apareció la modernidad, la República, la Guerra, la dictadura, y la oscuridad: la violencia, el exilio, y el silencio.

En las cuatro obras de Hojman destaca una concisa y sobria imagen y sonido que detallan con inteligencia y profundidad gran cantidad de detalles que abordan con transparencia la complejidad de cada uno de los autores. La cinematografía de Jesús Perujo, que ya estuvo en la mencionada Antonio Machado. Los días azules, amén de Una vez más (2019), de Guillermo Rojas, coproductor de la cine, con que no se embellece lo que se cuenta ni mucho menos se obvian los detalles menos agradables, aquí se habla de verdad, de frente y sin tapujos. La excelente música de la artista Novia pagana, da ese calado de luz y oscuridad que recorre la vida y obra de Gómez Arcos. El montaje de Mer Cantero, que tiene en su haber películas con Antonio Cuadri y documentales, impone un fantástico y sobrio ritmo pasando por las diferentes texturas, conceptos y marcos de una vida agitada, en continuo movimiento y siempre de escape y a la carrera y vertiginosa, como el huido qué era, en sus interesantes y brillantes 88 minutos de metraje, que no dejan indiferentes y además, ayudan a conocer su carácter y su alma de forma apasionante y descubriendo a un tipo que vivió a pesar de los de siempre.

Ya hemos hablado de las presencias en formas de testimonios que aparecen en las películas de la directora andaluza. En Un hombre libre tenemos a Pedro Almodóvar, Paco Bezerra, Alberto Conejero, Antonio Maestre, Marisa Paredes, a la que está dedicada la película en su memoria, Bob Pop y Eric Vuillard, entre otras personalidades de la cultura y la sociedad que hablan de Agustín Gómez Arcos, de quién fue, de sus poderosos libros, de su homosexualidad, de su infancia en la Almería empobrecida, de sus años de aprendizaje en Barcelona, de su tiempo que no le dejaron hacer teatro en Madrid, de sus experiencias difíciles en Londres, de su exilio en París, la publicación y éxito de sus libros como el citado “carnívoro”, “el niño pan”, “Ana no”, “Escena de caza (furtiva)”, y “María República”, y muchos más que lo convirtieron en un escritor español que escribía en francés con grandes reconocimientos y aplausos en el vecino país, y tantas historias y demás que nos explican y sobre todo, sacan del baúl del olvido a uno de los más grandes autores que han habido en España, con un sello muy personal, que habla de homosexualidad, de exilio, de dolor, de heridas, de tantas heridas, y de la vida que, a veces, la mayoría de las veces, resulta muy cruel con aquellos y aquellas que sienten, piensan y hacen diferente, aunque tanto Cabaret Voltaire que ha publicado en castellano sus novelas como la película de Hojman ayudan a que la vida y obra de Agustín Gómez Arcos sigan latiendo y cada vez más. Así que, como decían en la secuencia más memorable de El ministerio del tiempo, con Lorca: “Hemos ganado”. Ya saben de que les hablo. JOSÉ A. PÉREZ GUEVARA