Caure del niu, de Susanna Barranco

Poster Caure del NiuINFANCIAS ROTAS.

En Lejos (2001), de André Techiné, Serge, un camionero francés que transportaba textil en un camión de Francia a Marruecos, metido a traficante, mantenía una relación con Sarah, su amante marroquí, y prometía a Saïd, un niño de la calle, ayuda para huir escondido a Francia. Las terribles experiencias de desarraigo y abandono que sufría Saïd, le han servido a Susanna Barranco (de interesante trayectoria como actriz y directora de teatro, y poeta) para conocer de primera mano las vidas de estos niños. Su quinto trabajo como directora en el documental, sigue el camino de sus anteriores trabajos, explorando temas de cargado contenido social y planteados desde el conocimiento y la reflexión. En el 2009, realiza Heridas, sobre la violencia de género en el entorno de las personas transexuales, volvería a este tema, en su siguiente trabajo, en Buits (2011), pero ahora desde el punto de vista de los hombres agresores, y en 2013, dirigía El silenci de Jonc, sobre la discapacidad intelectual.

La directora barcelonesa habla con estos niños, se interesa por conocer sus motivos, orígenes, los primeros meses, documentar su experiencia. Barranco captura sus testimonios acercándose a ellos, mirándolos a los ojos, mostrando su interior y desnudándolos profundamente. También habla con los cuidadores que tienen en el centro, especialistas en el tema de las migraciones, médicos, cooperantes que trabajan en Marruecos, entra en las casas, nos presenta a sus familias, nos muestra el entorno difícil y desesperanzador en el que han crecido. Barranco muestra las raíces del problema, no realiza juicios de valor, su película crece pausadamente, escuchando las reflexiones de los implicados y los profesionales que explican la tutela gubernamental hasta la mayoría de edad, y el vacío legal cuando cumplen los 18 años y ante la falta de trabajo, se ven obligados a delinquir ante la falta de un trabajo, y acaban en prisión y cumplida la condena, devueltos a sus países.

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La realizadora también nos habla de esos niños que quedan en sus países cuando sus padres emigran, y luego, cuando se lleva a cabo el reagrupamiento familiar, los conflictos emocionales que sufren unos y otros por el desamparo sufrido ante la ausencia. Barranco ha hecho una película breve, apenas una hora, donde expone un tema complejo y sumamente difícil, la existencia de estos niños que se ve abocada a una vida errante, solitaria, de eterna huida, con la temible sombra de un profundo desarraigo de ellos mismos, y abandonados a su suerte, con los problemas emocionales que eso conlleva, y obligados a volver a sus países cargando con sus maltrechos sueños rotos y con la dificultad de empezar de cero en un entorno sin oportunidades. Ese mundo occidental visto como un maná de riqueza donde hay sitio para todos, y al llegar aquí, descubren la triste realidad, un mundo que los aparta, que los señala, y sobre todo, un mundo de riqueza mal repartida, injusta y con una falta de empleo que les impedirá quedarse en España. Un documento necesario y valiente, que se ve con atención y que invita a la reflexión, que cuestiona la responsabilidad estatal frente a estos niños, el tremendo vacío burocrático cuando son adultos, escenifica el fracaso de no sólo una sociedad, sino de un mundo que se niega a reconocer al otro, al que no tiene, como señala Arcadi Oliveres: “Los países han roto las fronteras comerciales, tecnológicas, financieras y de comunicación, pero mantienen las del movimiento humano”. Un tema que no tiene fin, porque mientras unos pasen carencias, buscarán su vida fuera de sus países, y los otros, los de aquí, deberán aceptarlos, o más bien, buscar nuevas fórmulas para tratar el tema de forma humana y solidaria.

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