EL ALMA DEL OTRO
En la mítica y extraordinaria novela Robinson Crusoe, de Daniel Dafoe, que retrata el naufragio de un marino inglés en una isla que parecía desierta, en la que salvaba de los caníbales a un nativo negro, que llamaría Viernes, con el cual entablaría una relación estrecha amistad a pesar de las diferencias culturales y de idioma. Un caso parecido ocurrió con el cineasta español Manuel Hernández Sanjuán y el guineano Angono Mba, cuando el primero llegó en 1944 a Guinea Ecuatorial, colonia española por entonces, y junto a otros tres colaboradores, estuvieron dos años filmando cerca de 31 películas y realizando más de 5500 fotografías, documentando la fascinante y exótica biodiversidad del país a través de su naturaleza, sus gentes y costumbres.
Alex Guimerà y Juan Pajares, cineastas curtidos en el campo documental y en técnicas de animación, y el guionista Pere Ortín, encontraron este material olvidado, y primero realizaron un libro de fotografías en los que se acompañaba unos documentales, uno de ellos Cazadores de imágenes en la Guinea Colonial, que junto a la novela Los elefantes de la luna, escrita por el guineano Juan Tomás Ávila Laurel, sirvieron de punto de partida para una película que ha supuesto un arduo e inmenso trabajo de investigación de 16 años. La acción arranca en la actualidad, donde un octogenario paralítico llamado Angono Mba, nos cuenta su experiencia con aquellos blancos que llegaron a su país, y su relación con Hernández Sanjuan y la expedición que emprendieron río arriba, con destino a las montañas, donde se encontrarían un lago misterioso en el que se podían ver 10000 elefantes, según los viejos del lugar le habían contado al cineasta madrileño. Utilizando una mezcla fascinante e hipnótica, donde los realizadores fusionan material de archivo, fotografías, ilustraciones animadas, animación stop motion y video digital, nos sumergen en este lírico viaje de otro tiempo, donde retratan el colonialismo, el encuentro entre el hombre blanco y el otro, la sumisión y la esclavitud, una sociedad sometida a la doctrina religiosa, donde los amores furtivos nacen y mueren con amantes separados, la invasión y el salvajismo del blanco frente a las raíces y las costumbres arcaicas de una cultura diferente que vive completamente mezclada con la naturaleza.
Un tiempo de aventura y exotismo, de descubrimiento y conocimiento, donde se viaja a lo desconocido, a penetrar y poseer el alma del otro, a navegar por lugares remotos, donde la naturaleza invade nuestros sentidos y nos descubrimos en lo que somos y lo que perseguimos. Una aventura que nos recuerda a aquellos hombres obstinados del cine de Herzog, hombres que se enfrentan a los caminos complejos que emprenden como Lope de Aguirre, el conquistador en busca del dorado, o Fitzcarraldo, el lunático que quiere construir un teatro para escuchar ópera en mitad de la selva. Cine documental que rescata una memoria olvidada y lejana, como lo hicieron Ari Folman en Vals con Bashir, en el que utilizando técnicas similares de animación, se enfrentaba a él mismo cuando fue soldado en la guerra del Líbano en el 82 y se asesinaron 3000 palestinos refugiados, o aquí en casa, el trabajo que hizo Manuel H. Martín en 30 años de oscuridad, también con técnicas de animación, rescataba aquellos “topos” que se encerraron en su propia casa huyendo del franquismo. Un cine vivo, un cine sobre la memoria, nuestra memoria, el terror del colonialismo, y sobre todo, una película sobre el encuentro entre el blanco, “el civilizado” y el negro “el salvaje”, entre dos formas de vivir, pensar y sentir.
<p><a href=”https://vimeo.com/134171752″>Trailer "Un día vi 10.000 elefantes"</a> from <a href=”https://vimeo.com/severalstudio”>SeveralStudio.</a> on <a href=”https://vimeo.com”>Vimeo</a>.</p>