Gett: El divorcio de Viviane Amsalem, de Ronit y Shlomi Elkabetz

254221.jpg-r_640_600-b_1_D6D6D6-f_jpg-q_x-xxyxxUNA MUJER SOLA

Gett, es una palabra hebrea que significa “papeles de divorcio”. Los hermanos Ronit y Shlomi Elkabetz vuelven a ponerse tras las cámaras para cerrar su trilogía sobre la emancipación de la mujer en Israel, a través de su protagonista, Viviane Amsalem, (personaje que encarna la propia directora Ronit Elkabetz, portentosa y fascinante su composición). Trilogía que arrancaron en el 2004 con To Take a Wife, donde Viviane, quería separarse de su marido, pero sus hermanos la persuadían para que no lo hiciera. A continuación, en el 2008, presentaron  Los siete días, donde situaban a una familia velando el cadáver de uno de los suyos, y finalmente la que nos atañe.

 La trama es sencilla, Viviane lleva años separada de su marido Elisha, pero ahora quiere un divorcio legal para ser completamente libre y empezar una nueva vida. La cuestión radica en una incomprensible y abusiva ley hebrea que dicta que el divorcio sólo es posible si el marido da su consentimiento. El dispositivo de los realizadores hebreos es simple y contundente, unos pocos personajes que utilizan tres idiomas (hebreo, árabe y francés), el matrimonio en litigio, los respectivos abogados, y los testigos –familiares y amigos- que bajo sus testimonios contradictorios y complejos se desatan en una radiografía particular y honesta de la situación social en Israel. Una estructura formal que encierra a los personajes en las cuatro paredes de la sala de juzgados, apenas hay algunos planos de los pasillos de afuera, dotando a la trama de una atmósfera opresiva y muy asfixiante. Bajo este yugo de mise en scène, donde el tratamiento del punto de vista entre los personajes alcanza cotas de virtuosismo y grandeza, colocando a cada uno de ellos frente al otro y así mismo, apoyándose en sus gestos y miradas sostenidas. Una elaborada trama sobre la obstinación de una mujer frente a la inflexibilidad de su marido y de unos rabinos/jueces que justificarán la ley religiosa frente a ella, poniéndose de parte del marido que tiene las de ganar. Un marido que se empeña en continuar con su mujer y que ésta vuelva al hogar familiar.

 Durante los cinco años que transcurren desde el comienzo del proceso hasta que se da por zanjado. Uno de los aciertos de la película, es la montaña rusa de tono y perspectivas de su andamiaje, pasamos del relato noir, en algunos momentos nos encontramos frente a una de terror, en otros se impone la comedia, donde el absurdo de la situación adquiere situaciones de auténtico ridículo y farsa. Un cuento cotidiano donde la intolerancia religiosa se ve incapaz de respetar los deseos y libertades individuales de la mujer, que se encuentra inmersa en una locura kafkiana que convierte su demanda en una condena, y su existencia en una cárcel donde es tratada y vejada como si fuera una presa. Una historia cruel y terrorífica que nos habla de la terrible situación en la que se encuentran muchas mujeres en el mundo, donde la religión las ha anulado completamente, convirtiéndolas en seres invisibles e indefensos, donde las pocas salidas que tienen son las de luchar hasta la saciedad sin desfallecer en su vía crucis particular, porque el objetivo del estado no es otro que alargar los procesos para que el agotamiento se apodere de las demandantes, y así éstas se retiren y vuelvan a su hogar, y sigan siendo un ejemplo de esposas (in)felices y sometidas a la voluntad marital.

 

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