Una amiga, gallega de nacimiento, me contaba en cierta ocasión, que debíamos ser amables con todas las personas que tratábamos, porque cada una de ellas estaba librando una batalla en su interior. Short Term 12, cuya traducción vendría a ser, Acogida temporal 12, es una película que se desarrolla en un centro que acoge a menores de edad en situación de vulnerabilidad. El director se basó en experiencias personales vividas mientras trabajaba en un centro para menores, situaciones que ya recogió de forma breve, en un cortometraje, con el mismo título que la película, dirigido en 2008. La acción gira en torno a la figura de Grace, la joven educadora y alma del lugar, a su lado, le acompañan un grupo humano de jóvenes entre los que destaca, Mason, su pareja. El entramado emocional de la cinta, estalla con la llegada de Jayden, una adolescente rebelde, huraña y agresiva que llega al centro por la difícil convivencia con su padre, después del fallecimiento de su madre. El debutante Destin Daniel Cretton sitúa su relato en el difícil y complejo mundo de las emociones, en los miedos que nos amenazan, en la dificultad que reside en expresar nuestros infiernos… Situaciones todas ellas contadas de una manera natural, de un modo sincero y directo, la cámara de Cretton traza su objetivo en las personas, en las relaciones que se van originando y los conflictos que estas van generando. El realizador estadounidense se sirve de unos mínimos escenarios: el centro, donde se desarrolla casi toda la trama, y la vivienda donde cohabitan Grace y Mason. Es una obra sencilla de producción, pero gigantesca en todo lo demás, destacando su preciosismo en la economía formal, casi toda la película se filma con cámara en mano, a la manera de los Dardenne, donde no faltan los momentos duros y emotivos, en los que se continúa con la misma línea contenida, sin separarse lo más mínimo del objetivo principal de la película, que no es otro que, explicarnos como un grupo humano lucha a diario para superar sus problemas emocionales provocados por padres que no los querían. Cretton apoya su relato en la figura de su protagonista, Grace, una joven que, al igual que los niños que ayuda, también se vio inmersa en situaciones parecidas, y como ellos, tendrá que enfrentarse a sí misma, quizás por eso sabe escucharlos y protegerlos, y ayudarles a salir de sus propios miedos y monstruos que los amenazan, y de esa manera, consigan compartir su experiencia para ayudarse a sí mismos y superar lo que les entristece. Brie Larson, la intérprete que da vida a Grace, la joven heroína de lo cotidiano, esta inmensa, creando una composición llena de energía y magia, consiguiendo los momentos más emocionantes del relato. Premio del público en la última edición de la Seminci, esta película nos conduce inevitablemente a Hoy empieza todo (1998), de Bertrand Tavernier, que de forma admirable también posaba su mirada en los niños más desfavorecidos y con problemas, a través de la figura de un director de una escuela infantil. Dos historias que nos susurran al oído, nos cuentan dos fábulas modernas sobre niños que sólo necesitan un poco de afecto y comprensión.