El pasado 22 de noviembre hecho el cierre la 22 edición de L’Alternativa. Festival de Cinema Independent de Barcelona. Fueron 7 días, una semana, de cine combativo, militante, reflexivo y necesario. Un cine que nace desde los márgenes, ajeno a la industria, o podríamos decir, que la industria va por otro camino, diferente y alejada al cine de denuncia, de protesta, más cercano a la sociedad y sus problemas, que a otros menesteres, seña de identidad de este certamen. Un festival comprometido con su propuesta, que sigue año tras año, luchando lo indecible para mantenerlo en pie, y combatiendo contra la crisis económica que ha exprimido al máximo el volumen de ayudas, que la escasez y la falta no acaben con este sueño e ilusión emocionantes que respira cine por donde lo mires, y se ha ganado el respeto de todos, creciendo edición tras edición, a pesar de su presupuesto, que ha descendido dos tercios en cinco años, pero la fuerza y el combate titánico de todos aquellos que lo hacen posible, sigue con determinación, constancia e inteligencia para seguir soportando todos los envites a los que se enfrentan para mantenerlo en el camino y en la lucha. Este viaje arrancó con la sección oficial y la película MAURO, de Hernán Rosselli. Un retrato sobre un tipo que vive en los márgenes, ganándose la vida fabricando dinero falso con la ayuda de un amigo. Todo cambia, cuando conoce a una chica, que se convierte en su cómplice y amante. Una muestra del potente cine argentino de la actualidad, en la que la forma en la que está narrado el film, se convierte en sus señas y características, envolviendo a los personajes en un ambiente claustrofóbico, donde el espacio y los leves movimientos, se convierten en un enorme trabajo sobre el sonido y la cotidianidad en un entorno asfixiante y durísimo donde la única salida es la ilegalidad. Siguiendo con los largometrajes de la sección oficial me acerqué a LE RÉCIT DE MON PÈRE, de Philippe Van Cutsem. Cinta explicada a través de la contraposición de dos lenguajes, por un lado, las filmaciones de super 8 filmadas por el padre del autor, en el que se reflejan escenas familiares de tono alegre y distendido que fueron grabadas durante los 70 y 80, y por otro lado, la voz en off del director belga que explica todos los momentos difíciles y complejos que vivió junto a su padre. Cuesta entrar en la propuesta, y en ocasiones se muestra complicada seguirla, ya que las imágenes que vemos parecen ir por un camino, y la voz del director, va por otro diferente. Un experimento si más no, interesante, aunque quizás el resultado final, sea un mosaico atrayente, eso sí, pero que se pierde por caminos confusos.
Una de las obras que más me emocionaron fue RABO DE PEIXE, de Joaquim Pinto, Nuno Leonel. Una película muy interesante sobre unos pescadores artesanales en una aldea costera de Las Azores. Los directores siguen a Pedro, un joven pescador que huye de la tiranía de la industrialización para continuar como sus ancestros y vivir de manera libre pescando de forma tradicional. Los cineastas portugueses filman los rostros y las manos de los pescadores, la dureza y la cotidianidad de una vida difícil y llena de obstáculos. Una obra que nos recuerda ciertas maneras del cine neorrealista, pero también el cine documental observacional y el cine directo que pretende almacenar algo de la vida y la humanidad que desprenden estos hombres alejados de todo, pero que disfrutan con su vida y su oficio. Cerramos la sección oficial con la película UNE JEUNESSE ALLEMANDE, de Jean-Gabriel Périot. Brutal y magnífica cinta que se sumerge en los convulsos años 60 en Alemania y la creación de la fracción del Ejército Rojo. Rescatando material de archivo de la época, donde jóvenes comunistas, realizan desde la universidad acciones contra un sistema capitalista y fascista que les agrede sus derechos y libertades. Un montaje magnífico que nos lleva de forma vertiginosa y con encomiable audacia, formando un potente mecanismo para la reflexión y el pensamiento, donde se discute sobre el activismo político y se cuestiona su funcionamiento como medio para la lucha de clases. Un found footage, que recoge el espíritu del Grupo Dziga Vertov, edificado de forma ejemplar que emociona y vibra, elaborando un discurso tenaz y contundente que nos lleva a la situación política y el aburguesamiento de los gobernantes y los ciudadanos.
De la sección de cortometrajes, rescato LA FIÈVRE, de Safia Benhaim. La joven directora, mediante la metáfora, la simbología y lo mágico, se detiene en el pasado colonialista de su país, Marruecos, para hacer una reflexión profunda y crítica de los males actuales de su país, que provocan la miseria, el desempleo y la huida de los jóvenes hacía Europa en busca de nuevos caminos. SIN DIOS NI SANTA MARIA, de Helena Girón, Samuel M. Delgado. Este último, guionista de Slimane, ahora dirige conjuntamente este retrato protagonizado por personas mayores, mientras escuchamos en off relatos sobre la naturaleza de las tierras que habitan. La noche, compañera fiel, donde los viajes cobran vida y resultan posibles. Un ejercicio estimulante donde se mezclan la tradición de los viejos ancestros y la sabiduría de los mayores, filmado de modo abrupto y crudo recreando las filmaciones antiguas de cine. OK GOOD, de Aleksandra Kulak, Yuliya Kurmangalina, Anna Kornienko. Situado en Vólogda, en Rusia, en un lugar remoto, nos llega este documental musical donde unas personas mayores nos hablan de su vida y su pasado a través de temas musicales. Una interesante pieza de 20 minutos que en algunos momentos resulta muy divertida, y en otros, permanece un silencio sepulcral que sobrecoge, donde impone una manera de filmar muy propia del documental observacional. De la sección Panorama, que rescata producciones nacionales, me dejé llevar por INGEN KO PÂ ISEN (NO HI HA VAQUES SOBRE EL GEL), de Eloy Domínguez Serén. A través del diario personal filmado, el joven realizador gallego nos explica su aventura en Suecia, donde viaja con su novia sueca, los trabajos que desempeña, sobre todo, en la construcción, y la relación con sus compañeros, y su evolución con el idioma. Contada a través de dos partes, la segunda entrega, arranca cuando se rompe la relación sentimental, el joven decide continuar y seguir filmando y filmándose, descubriendo otro país y su propia mirada. Un retrato en primera persona que nos introduce una forma muy personal y honesta sobre la inmigración de los jóvenes en la actualidad, donde se ofrece un ejercicio sobre la construcción de una película y todo lo que ello conlleva.
También pude ver SUEÑAN LOS ANDROIDES, de Ion de Sosa. Después de su interesante debut en True Love, el segundo trabajo de Sosa apuesta por la ruptura, concentrada en una película que mezcla varios conceptos, una adaptación de la novela de Philip K. Dick (de la que coge la mitad de su título) que se decanta por las zonas muertas del relato, donde se profundiza en la situación y la complejidad de los personajes, o también puede verse como un film ensayo donde el espacio juega un papel importante, creando una irrealidad difícil de digerir en el interior de cada plano. O finalmente, también podríamos verla como una mirada sobre la crisis económica, donde vemos una ciudad, Benidorm, reflejo de la codicia constructora, habitada por mayores de fiesta, y unos androides que se sobreviven en trabajos precarios, y encima, el sistema los elimina. Un trabajo que bebe del género, la ciencia-ficción y el policíaco, pero también en lo social y el esperpento de una sociedad sumida en una pesadilla eterna. Me llamó mucho la atención el cortometraje PUEBLO, de Elena López Riera. Situado durante una larga noche que parece no tener fin, seguimos los pasos confusos y meditabundos de un joven que vuelve a su casa. El chico parece desorientado y no reconoce a su pueblo ni tampoco a sí mismo. La directora va mezclando estás imágenes con las de la procesión de semana santa, donde la liturgia católica deja paso a la incertidumbre y el desamparo de alguien que ya no sabe quién es, y para más confusión, lo que le rodea se ha convertido en un lugar extraño y vacío. También me acerqué a conocer el cine de Hubert Sauper. Fui a la proyección de la Filmoteca de WE COME AS FRIENDS. El cineasta austríaco, afincado en París, vuelve a África, y siguiendo el espíritu que recogía su aclamado y deslumbrante documental de La pesadilla de Darwin, filmado en el 2004, se construye un avión y viaja hasta Sudán, un país dividido en dos por la guerra civil, y ahora liderado por los unos genocidas que malvenden su tierra a los colonizadores extranjeros, estadounidenses y chinos, que vienen como amigos, alusión del título, para robar impunemente y llevarse el oro y el petróleo, mientras el pueblo, vive sumido en la pobreza y la miseria. Una película brutal, sin concesiones, donde Sauper filma de manera directa y honesta los rostros y las personas, y también los amos del mundo, que no se detienen ante nada con el firme propósito genocida y colonialista de conseguir los recursos de los países. Una cinta para la reflexión, que denuncia y clama ante los poderosos y la injustica. Dos horas de cine grandioso que escarba y desentierra las heridas que siempre vuelven, que no se van nunca, que simplemente se ocultan o dejan de mirarse.
Para cerrar esta 22 edición, L’Alternativa nos preparó un cierre de grandísima altura, un final protagonizado por LA ACADEMIA DE LAS MUSAS, de José Luis Guerin. En la que el cineasta sigue, como en sus anteriores obras, empeñado en una búsqueda incesante de la narrativa cinematográfica y de todos sus elementos en pos de una forma de contar que convierta cada película en un viaje lleno de incertidumbre, descubrimiento y conocimiento. La película arranca en una aula de la universidad donde un profesor habla de poesía y de Dante a sus alumnos. A partir de ese instante, la palabra y el gesto se adueñaran de la película y los personajes se cuestionaran a sí mismos el valor de la poesía como medio para enfrentarse al mundo, síntomas e ingredientes que recuerdan al cine de Rohmer. Una película filmada a modo documental en su arranque, para derivar en una muestra de la sorprendente capacidad de Guerin para transformar la cotidianidad en un universo lleno de paradojas, incertezas y caminos por andar que invitan a reflexionar sobre el saber, y la validez y vigencia de los maestros clásicos, y sus enseñanzas en las relaciones personales de hoy en día.
La excelente película de Gerin cerró la 22 edición de L’Alternativa, un fin de fiesta extraordinario, que colgó el cartel de no hay billetes en la sala Chomón de la Filmoteca, como ocurría antaño en algunas sesiones de cine en la ciudad. Esperemos y deseemos que sea un augurio para la vida de este festival tan querido y necesario por el público que se ha acercado a descubrirlo y compartirlo, y no sólo asistiendo a las proyecciones de la variadísima programación, sino a las mesas redondas donde se ha dialogado y discutido sobre el cine y sus diversas herramientas y consumo, los talleres para todos, las sesiones gratuitas de la Alternativa Hall, o la maravillosa y pedagógica Masterclass del cineasta Hubert Sauper. Actividades que no sólo alimentan el espíritu curioso y transformador de todos los que asistimos, sino también el de una ciudad tristemente abocada al turismo suicida, en la que los festivales culturales, como este, y demás que existen en la ciudad, vienen a ofrecer corrientes, caminos y alternativas para todos aquellos que deseen disfrutarlos.