Torrente 5: Operación Eurovegas, de Santiago Segura

Torrente_5_Operaci_n_Eurovegas-241259676-largeVuelta a los orígenes

En 1998, Santiago Segura, sorprendió a propios y extraños con Torrente, el brazo tonto de la ley, dónde ejercía las funciones de guionista, director y protagonista de una comedia que recogía las andanzas y desastres de un policía español, fascista, machista, racista, alcohólico y del atleti, a través de un humor soez y grueso, donde hilvanaba de forma ingeniosa una trama de tráfico de drogas. La película arrolló en taquilla y dio el pistoletazo de salida a una saga insólita en el cine español, cinco entregas del mismo personaje ha filmado Segura hasta la fecha, algunas más conseguidas que otras, pero siempre ofreciendo lo que el público pide, humor e historias políticamente incorrectas, donde el realizador madrileño, se despacha a gusto contra políticos, banqueros, y demás poderosos. Sus referencias son múltiples y muy variadas, el inspector Clouseau, Jerry Lewis, los dibujos animados, Hommer Simpson, los tebeos de Bruguera –Mortadelo y Filemón, Anacleto agente secreto…- las comedias de Lazaga y Ozores, el cine del destape, el esperpento, la picaresca, el splastick, el cine trash, las películas de James Bond, las comedias blancas italianas, Louis de Funes… Las historias se plantean a través del alter ego, José Luis Torrente, y una retahíla de freaks, a cuál de ellos más retrasado, anormal y excluido social, que tienen una misión totalmente descabellada y gamberra entre manos, en la que deberán acabar con algún millonario psicópata. Un cine popular, un cine para el gran público, que sólo pretende hacer reír y divertir, que devuelve a la palestra a actores de aquel cine popular como Tony Leblanc, Fernando Esteso, Andrés Pajares, y algunos humoristas de los nuevos tiempos como Chiquito de la Calzada o los componentes de Muchachada Nui. La última entrega de la saga, Torrente 5: Operación Eurovegas, es una vuelta a empezar, donde recupera la buena sintonía y el espíritu de la primera aventura, un giro de tortilla, Torrente, el defensor de la “ley”, se pasa al lado oscuro. Una película donde nos volvemos e encontrar con el personaje de Cuco, -visto en la 2ª parte- ahora interpretado por Julián López, con Rafi (Javier Cámara), los personajes-escudero más conseguidos de la saga. Segura nos hace viajar en el tiempo, nos fija su relato en el año 2018, España sigue siendo un país desolador, nos han echado de Europa, hemos vuelto a la peseta y los únicos empleos que se encuentran son precarios. Torrente sale de la cárcel, y se encuentra con un mundo desconocido, el suyo ha desaparecido, está fundido en ruinas, así que la única salida posible que se encuentra, es el delito y nuestro antihéroe se convierte en un fuera de la ley, y planea junto a unos descerebrados, como no podía ser de otra manera, el golpe del siglo, atracar el casino de Eurovegas, siguiendo la ayuda del diseñador americano del sistema de seguridad del casino, que conoció en prisión. En el ambiente, todo el tinglado nos recuerda a El quinteto de la muerte, Atraco a las 3, La cuadrilla de los 11, Rufufú, todos ellos, ladrones de pacotilla y por necesidad, metidos en jaleos de muy señor mío. El cine de Segura es divertido, conecta con un público, que lo ha convertido en un fenómeno sociológico, a través de ese humor irreverente tan de aquí, de la burla, la grosería, de muchachas en bolas, bares de carretera, puticlubs, todo con mucha mugre y grasiento, donde no falta la crítica social, y sobre todo, las abundantes carcajadas y risas.