Vendrán tiempos mejores, de Phie Ambo

poster_castEL HOMBRE Y EL UNIVERSO.

“No soy de los que creen en las coincidencias. La vida tiene sentido, y uno de los sentidos más importantes de la vida es que hay que experimentar la vida. Es en la propia experiencia donde encontramos la vida”

Niels Stockholm

En el arranque asistimos al parto de una vaca, situación que aprovecha nuestro protagonista, Niels Stockholm, un granjero de 79 años, para lanzar una reflexión sobre la conciencia, la suya, comenta que nace de su interior, desde la profunda reflexión, por el contrario, la de las vacas, se gesta desde la idea del grupo, de la conexión entre ellas. Matiza que si hubiera dejado a la vaca preñada sola en el prado, las demás vacas la hubieran corneado hasta la muerte, debido al miedo que hubieran sentido por los alaridos de la preñada.  Niels Stockholm y su mujer Rita, regentan una granja biodinámica, en la que cuidan la tierra para cultivar hortalizas, la hierba, que alimenta a la raza autóctona de vaca lechera roja danesa, que proporciona leche para hacer riquísimos quesos, y carne de ternera de primera calidad, productos con destino a los mejores restaurantes de Dinamarca. La cineasta Phie Ambo (1973, Dinamarca) dedicada, a través de su compañía, la Danish Documentary Production, a realizar documentos, en los que plantea temas como las relaciones familiares, el amor, los procesos creativos y la vida artificial, con Family (2001), premiado con el prestigioso premio Joris Ivens, Gambler (2005), así como la trilogía que arrancó con Mechanical Love, siguió con Free the mind, y terminará con Ripples on the store, en la que aborda las relaciones sobre ciencia y existencia humana.

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Ahora, se centra en la cotidianidad de una granja del norte de Copenhague, en la que convivió un par de años, filmando mediante la observación la vida diaria de Niels y su granja. Un espacio en el que se respira espiritualidad y un lugar donde las fuerzas del universo convergen con todos los seres vivos que integran esa comunidad. Ambo observa con detenimiento y paciencia todo lo que sucede, no juzga, sólo mira, a una distancia que los espectadores seamos capaces de integrarnos en ese lugar, donde escuchamos el viento, miramos al cielo, seguimos con cuidado el caminar lento del ganado, y experimentamos, y nos contaminamos de toda la inmensidad de la naturaleza y todo lo que allí se respira. Nos sobrecogemos con la humanidad y filosofía que desprende Niels, su sabiduría y reflexiones ante el entorno es abrumadora. Es un ser de la naturaleza, un hombre que según explica, todo el universo está conectado, las plantas, los animales, nosotros. Todos dependemos del equilibrio sostenible que propone su granja y su forma de vida.

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Una forma de vida acechada, con diferentes oposiciones, el enfrentamiento a absurdas leyes burocráticas que imponen unas condiciones que alteran el desarrollo humano y natural que se mantiene en la granja, las empresas fabricantes de fertilizantes que abogan pro un crecimiento basado en el negocio y alejado de las leyes naturales, y la falta de un sucesor que siga manteniendo viva la granja y su modo de trabajo. Un trabajo ancestral que mira al futuro con energía, pasión y mucho trabajo. La conciencia de Niels ante las adversidades que le acechan es digna de elogio, y es modelo de ejemplo que contagia a todos sus visitantes. Un hombre de campo, de vida, del universo, que resiste los embates modernos capitalistas que no confían en lo natural y en la tierra, sino en lo artificioso con el único fin de engordar su capital. La interioridad y la fortaleza de Niels recuerda a Tasio, aquel joven que describió Montxo Armendaríz en su debut, Tasio (1984), un joven trabajador del oficio de fabricación de carbón a la antigua usanza que se enfrentaba a los poderosos por seguir manteniendo su modo de vida. Ambo ha parido una película humanista y reflexiva, que plantea otra forma de vida, y contacto con la naturaleza y con todos los seres vivos que la componen, en la que nos cuenta la vida rural, la vida de campo, con animales, como modo de vida que resiste al progreso capitalizado, con la ayuda de la naturaleza y la confianza de la calidad de un producto fabricado con amor y pasión. Estado que se refleja cuando Niels bendice la comida antes de comer: “La tierra nos ha dado el pan que ha sido alimentado por el Sol. Querido Sol. Querida Tierra. Os lo agradecemos de todo corazón. Bendecid esta mesa”.