El pasado 31 de mayo, después de 4 jornadas intensas de cine, se cerraba la 18 edición del DOCSBARCELONA. Festival Internacional de Cinema Documental. Una muestra consolidada y combativa que trabaja incansablemente por ofrecernos un espacio para la reflexión y el pensamiento, un cine que precisa de ese tiempo necesario para acercarse a él sin prejuicios ni desconfianzas, un cine vital y rompedor, que nos acerca infinitas realidades y muy diversas que nos muestran la capacidad innata de los seres humanos para seguir contando historias de cualquier naturaleza y a pesar de los innumerables impedimentos en los que se encuentran en el camino. Un cine basado en el detalle y en el gesto, ajeno y alejado a las informaciones de los medios generalistas basadas en el impacto y en el titular, en una acumulación de información mareante, que no deja tiempo ni espacio para el conocimiento profundo de las informaciones para así tener una perspectiva de los acontecimientos más seria y veraz. El DOCSBARCELONA es un certamen modesto y sincero, aunque no por ello, le falta fuerza y energía para seguir en pie de guerra y lanzarse a plena mar, a través del compromiso y la aventura que requiere ofrecer cine documental en estos tiempos dados al consumo codicioso y el cinismo de los gobernantes. Mi andadura por el festival arrancó con GOOD THINGS AWAIT, de Phie Ambo. Cinta danesa dirigida por una cineasta con una interesante en documentales ambientados en la naturaleza, que se centra en la figura de Niels Stockholm, un granjero biodinámico que con 79 años sigue al frente de su negocio criando la autóctona vaca lechera roja y cultivando alimentos que acaban en la mesa de los restaurantes de alto standing. La película muestra de manera sencilla y veraz, su cotidianidad en la que debe enfrentarse a los diversos problemas que le acechan: las inspecciones del gobierno y la maldita burocracia, las plagas que amenazan sus cosechas, las inclemencias meteorológicas que perturban la paz de su granja, y además, la seria preocupación que, por su avanzada edad, no consiga encontrar a alguien que siga con su trabajo. Una fábula humanista donde el hombre sigue viviendo en concordancia con la naturaleza y lo que esta le ofrece. Un relato que atrapa en su sencillez y en las cualidades humanas que destila.
Me acerqué a la propuesta de documental interactivo que proponían los responsables de LAS SINSOMBRERO, DE Tània Balló, Serrana Torres y Manuel Giménez Núñez. Un proyecto gratamente estimulante y educativo que nos sumerge en el webdoc, en una sesión emocionante a la que asistimos los allí presentes, fuimos testigos de una navegación interactiva que nos trasladó a las mujeres de la generación del 27, esas figuras artistas femeninas olvidadas por la historia, que a partir de este proyecto que engloba, además de la página web, donde a través de audiovisuales e información, nos desentierran de la oscuridad esta serie de mujeres poetas, escritoras, cineastas, pintoras…, también hay una película documental para televisión, un libro, y un proyecto educativo que pretende viajar por las aulas de enseñanza para que los alumnos conozcan todo este pasado silenciado. La siguiente propuesta fue TEA TIME (La Once), de Maite Alberdi. La joven cineasta chilena regresa al DocsBarcelona con su segundo trabajo, vuelve a detenerse en las historias íntimas desarrolladas en la cotidianidad. Esta vez, nos habla de un grupo de mujeres septuagenarias que se reúnen a tomar el té y pastas, salomónicamente una vez al mes, y lo llevan haciendo hace más de 60 años desde que salieron del colegio. El paso del tiempo, la juventud, y la amistad conforman el contenido de sus diálogos, que algunas veces son hilarantes, y tremendamente divertidos, y en otras, llenos de nostalgia por los que ya no están, tanto sus maridos, como sus amigas ya fallecidas. Una obra sencilla e íntima, que se desarrolla en casi un único escenario, los comedores donde estas mujeres comen, hablan, recuerdan, ríen, lloran, y también toman el té.
Continúe con LAS LISTA DE FALCIANI, de Ben Lewis. Dirigida por Ben Lewis, con una larga trayectoria en este campo, el documental de investigación, en esta ocasión se detiene en la figura de Hervé Falciani, un economista que en el año 2009 robó datos del banco suizo HSBC, que contenían la lista de nombres protegidos, evasores fiscales que eludían el pago de los impuestos legales para legalizar su dinero. La película a modo del cine de espías y de thriller, viaja a todos los lugares de Europa, habla con todos los implicados para poner en liza un asunto de grandísima importancia, todo ese dinero perdido que no recaudan los estados, en tiempos de crisis económica. La película no entra en la personalidad ambigua y compleja de Falciani, porque quizás se necesitaría otra película que aclarará ciertos asuntos de esta oscura figura. Un buen ejercicio de cine político, audaz y tremendamente interesante. Luego, me acerqué a GREECE: DAYS OF CHANGE, de Elena Zervopoulou. Debutante en el largometraje y curtida en experiencia con el trabajo corporativo en Ong’s, la realizadora helena se centra en tres personas machacadas por la crisis griega. Giorgios, un hombre que tras perder su empleo vivió un tiempo en la calle y lucha por reconstruir su vida a través de un centro de acogida, Grigoris, que tras ser despedido, coge a su familia y se va a vivir al campo para cultivar alimentos y vivir dignamente. Y finalmente, Ilias, que lucha incansablemente contra el corporativismo de un mercado que sube los precios indiscriminadamente, en una acción democrática y cooperativista para hacer llegar productos de primera necesidad a la gente, a precios de coste en un acción que recibe el nombre de “Poyecto patata”. Un interesante documento sobre como en tiempos de escasez y pobreza, la única salida es la solidaridad entre las personas y remar todos en la misma dirección.
También, presencié la propuesta de THE MULBERRY HOUSE, de Sarah Ishaq. La joven directora mitad Yemen, mitad escocesa, debuta en el largo con una historia sencilla, ambientada en su visita a su padre en Yemen, después de un tiempo. Allí, mientras filma a su familia árabe, se encuentra con las protestas sociales contra el régimen, como ocurrió en otros países árabes, en las que algunas llegaron a derrocaron a sus dirigentes. Ishaq filma la cotidianidad íntima familiar, pero también las protestas y las manifestaciones que se van desarrollando durante su estancia. Un retrato personal que abarca la memoria personal y la situación de un país, en el seno de una familia acomodada, pero que también se ve implicada en esta agitación política. Un trabajo estupendo, que también reflexiona a través de los diversos puntos de vista de cada uno de los integrantes de la familia, y cómo los acontecimientos políticos van afectando a cada uno de ellos.
Mi recorrido por el festival se cerró con la película chilena, LOS CASTORES, de Nicolás Molina y Antonio Luco. Los jóvenes realizadores sudamericanos debutan en el largometraje con una película que abarca diversos temas, desde el ecologismo, la preservación de la fauna y la flora, y sobre todo, de los intereses económicos que son completamente ajenos al desarrollo de la naturaleza y los seres vivos que la conforman. El relato arranca con la llegada de dos biólogos a los parajes hostiles y agrestes de Tierra del Fuego, debido a una plaga de castores que se está cargando el ecosistema. La película navega por varios lares, desde el film de observación, al de aventuras, de expedición, al relato de intriga o policíaco, donde los científicos intentan con todos los medios a su alcance, lograr capturar y estudiar la morfología de los animales depredadores. Un interesante documento que nos conduce a reflexionar sobre nuestra manera de vivir basada en el fin económico, alejada del funcionamiento natural de las cosas. Hasta aquí mi camino por el festival, un viaje que empezó cargado de ilusión y entusiasmo y acabó con la misma emoción, convencido de haber asistido no sólo a una fiesta del cine documental, sino también a una emocionante y muy agradable reunión de amigos, llena de interesantes propuestas que nos hacen la vida mejor y sobre todo, nos hacen sentirnos más llenos de vida y algo más felices.