FIRE!! 23a Mostra Internacional de Cinema Gai i Lesbià 2018

El pasado domingo 17 de junio se cerró el telón del FIRE!! 23 Mostra Internacional de Cinema Gai i Lesbià, en su sede habitual del Instituto Francés en Barcelona. Este año el tema central del festival se ha centrado en la adolescencia, en ese período capital donde, tanto niños como niñas, experimentan su propia intimidad, en el descubrimiento sexual, el rechazo y estigma social, y los conflictos propios de la edad. Las películas que han formado parte de las diferentes secciones, de procedencias diversas y formatos, han incidido en el deber de mostrar a cada uno como se siente, y en trabajar para la aceptación, tanto a nivel personal como a nivel social. Mi primera aventura en el FIRE!! Arrancó con la película MA VIE AVEC JAMES DEAN, de Dominique Choisy. La primera película del director francés es un hermoso y divertido cruce entre el cine de Eric Rohmer y Wes Anderson, en el que Géraud, un joven cineasta independiente presenta su película (que da nombre al título de la película) en lugares costeros donde el cineclub se mantiene gracias a la voluntariedad de algunos románticos. Una cinta donde el amor se presenta como algo que choca con la libertad individual, las ansías de ser uno mismo, en un relato lleno de ironía, donde en que el amor abierto y sincero, se mueve entre contradicciones, pasados revueltos y situaciones rocambolescas, y más propias del cine cómico de antaño. Choisy nos hace pasar un rato agradable, mezclando paisajes bellos, personajes solitarios y amores difíciles, en una película donde se habla de amor libre, de personas que no lo son tanto, más por sus propios miedos, y el rechazo de los suyos.

Continúe con la película 1:54, de Yan England. La cinta se centra en Tim, un adolescente que siente el rechazo y la presión social de su instituto por el hecho de ser diferente. El cineasta canadiense muestra el acoso escolar, la soledad que provoca y la fascinación de las redes sociales como herramienta para provocar dolor en los demás, y lo hace en un relato que muestra crudeza y violencia, pero de un modo sincero y directo, sin caer en la condescendencia  o el discurso fácil, sino en ahondar en las violencias adolescentes y en los conflictos que todo eso provoca en un joven, que encontrará en el deporte un aliciente para combatir tanta crueldad y hostilidad, planteando una historia donde la falta de comunicación deviene en un conflicto de compleja solución. La poderosa interpretación de Antoine Olivier ayuda a convencernos de la amarga situación que viven muchos adolescentes en su cotidianidad en sus institutos. La siguiente película que tuve oportunidad de ver fue LOVE, CECIL, de Lisa Immordino Vreeland. Documento didáctico e interesante sobre Cecil Beaton, uno de los fotógrafos, escritores y pintores más influyentes del siglo XX, que se codeó con artistas de toda índole y la realeza europea. Su controvertida personalidad queda patente a lo largo de su vida, sus aires de dandi, su amor por la belleza y el glamur, y su pasión por la vida y el arte, le llevó a amar a hombres y mujeres, siempre con esa pasión que le caracterizaba. Vreeland, una experta en la biografía, traza una película que recorre la vida de Beaton, desde muchos ángulos, desde la complejidad del personaje, y sin ningún atisbo de endiosamiento, dejando entrever todas sus caras y facetas, desde lo íntimo hasta lo más abierto y social, presentando a un hombre marcado por su infancia, amante de la poesía, de la clase y la extravagancia, que siempre deseó capturar la belleza, aunque sólo durase un suspiro.

Después me acerqué a EVA + CANDELA, de Ruth Caudeli. La ópera prima de la directora española afincada en Colombia, es un retrato sobre el amor, arrancando con la pasión devoradora de los primeros momentos, continuando con la convivencia y los proyectos en común, y finalmente, el desgaste de la relación y el distanciamiento por intereses diferentes. Todo contado desde el mundo del cine, ya que una de ellas es directora, y la otra, actriz, capturando la intimidad del hogar, los sueños comunes y como estos se van resquebrajando con el inevitable paso del tiempo y las diferentes circunstancias a las que tienen que enfrentarse. Caudell nos habla de amor, de pasión, pero también, de la difícil vida en común, de compartir sueños y de los conflictos que se van generando por el cariz diferente que van adquiriendo las respectivas carreras profesionales, en un relato íntimo y natural, en el que destacan la interpretación de su maravilloso dúo protagonista. Después, le tocó el turno a LOS MODERNOS, de Marcela Matta y Mauro Sarser. La primera película que dirigen conjuntamente los cineastas uruguayos, es una película fresca, inteligente y sencilla, en la que con un primoroso blando y negro, nos retratan la vida de tres parejas y sus conflictos sobre la paternidad, la realización personal a través de una profesión artística, y la libertad sexual, creando situaciones divertidas, dramáticas y surrealistas, en una película que crítica con ironía la impostura del arte, sus excesos y miserias, a través de unos personajes íntimos, contradictorios y perdidos, dejando entrever el mundo moderno, donde las relaciones siempre penden de un hilo muy frágil, la vulnerabilidad de las emociones, y la incertidumbre de una sociedad cada vez más superficial, en el que las personas se mueven casi a tientas y con un excesivo temor a los cambios personales y profesionales.

Seguí con la película THEY, de Anahita Ghazvinizadeh. La directora iraní nos sitúa en los suburbios de Chicago para hablarnos de J, adolescente que se encuentra en un tiempo de transición, en el que ha dejado el tratamiento hormonal, para decidir sobre su identidad de género. La realizadora nos habla de un período corto, un fin de semana donde J recibirá la visita de su hermana mayor y el mejor amigo de ésta, en un instante, en el que los tres personajes se encuentran en la tesitura de tomar decisiones, de encaminar una vida hacía un lugar u otro. Una película contada de manera cadente e íntima, como si fuera una leve brisa, donde el tiempo pesa y las situaciones mezclan conflictos emocionales, la incertidumbre profesional, el desarraigo del inmigrante, y demás problemas a los que los personajes saben que tarde o temprano deberán enfrentarse. Mención especial a la interpretación de Rhys Fehrenbacher, que encarna con sutilidad y honestidad los conflictos del adolescente en ese trance de decidir su género. Finalmente, vi la película MARVIN OU LA BELLE ÉDUCATION, de Anne Fontaine. La experimentada cineasta francesa retrata en dos tiempos la vida de Marvin, inspirada en una experiencia real, donde vemos la dura y conflictiva infancia de un adolescente con su familia en su pueblo, y luego, en su juventud, cuando se prepara como actor de teatro. Fontaine, con su estilo naturalista y cercano, huye de cualquier atisbo de panfleto y sentimentalismo, retratando a un chaval solitario y acosado, que encontrará en el teatro una vía de escape y una oportunidad para salir de ese ambiente opresivo, tanto en el instituto como familiar. En la ciudad, con más edad, también, se topará con un ambiente sofisticado, pero también no carente de miseria emocional e hipocresía. Un titulo estupendo y profundo que maneja con soltura e intimidad temas complejos y dolorosos, pero lo hace desde muchos prismas posibles, y dejando libertad a los espectadores, en la que podemos disfrutar de la maravillosa presencia de Isabelle Hupert interpretándose a sí misma. Hasta aquí mi aventura en la 23 edición del FIRE!! un festival interesante, muy concurrido y cercano, que nos acerca un cine que nos habla de primera mano y con honestidad sobre los problemas del colectivo LGTBI, que no sólo afectan a las personas que los sufren en carne viva, sino a toda una sociedad que necesita imperiosamente mirar al otro, sin prejuicios ni convencionalismos, y dejándose llevar por el amor y la educación. LARGA VIDA AL FIRE Y HASTA EL AÑO PRÓXIMO!!!

 

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